Es el nombre de un poema del gran artista pampeano Alberto Cortez. Hay nombres que sintetizan el contenido de lo que anuncian, como es el caso, por ejemplo, de una casa con un cartel que anuncia MIEL. Quien vaya pasando y se interese por alguna de las presentaciones en que pueden ofrecerle la miel, o algún subproducto (caramelos de miel, pan de miel, etc.), deduce que ése un el lugar donde podría encontrar lo que busca.
Un nombre bien expresivo y sintético de lo que se ha querido hacer desde un comienzo, es el del Alero Quichua Santiagueño. Quien decide escuchar nuestro programa de radio, lo hace con la idea de encontrar en él expresiones santiagueñas, el quichua cantado y hablado, el Santiago auténtico. La palabra Alero transmite la idea de un espacio donde hay libertad para entrar o salir, al no haber puerta.
Exclamar que uno considera una suerte el hecho de haber nacido, es una forma elocuente de mostrarse agradecido por la vida y todo lo que ella contiene. Si se habla de la vida, se puede hablar de lo bueno que tiene, de los avatares del andar por ella, de algunos malos momentos, de los cambios que ocurrieron y, muchas veces se hace inevitable acordarse de la muerte, el final de la vida terrenal.
Hay mucha teoría respecto a lo que pasa con uno mismo al morir el cuerpo físico, si consideramos que el cuerpo es solamente una parte de nosotros mismos, un vehículo, una herramienta, algo así. ¿Será que dejamos de existir definitivamente? ¿O será, como sentimos los cristianos, que nuestra alma queda en espera de la resurrección cuando llegue el día del Juicio Final? También hay creencias que nos hablan de reencarnación, de volver a la vida de otra forma, etc. Sea como fuere, la muerte es la que nos separa definitivamente de nuestros afectos.
La muerte es considerada parte de la vida, como su punto final, o el extremo opuesto al nacimiento, como una consecuencia lógica, pues todo lo que llega, en algún momento debe retirarse y todo lo que comienza debe terminar. Conscientemente, esa visión de la vida nos parece razonable, pero algo en nosotros mismos, un sentimiento íntimo, desea que la vida dure para siempre, que siempre estemos juntos y bien con las personas que queremos, que no se vaya nadie y que nadie sufra.
En la vida nos pasa de todo. Dicen que si todo fuese malo, llegaría un momento en que ya no desearíamos seguir viviendo; por otra parte, si todo fuese bueno, sería una vida chata y aburrida. Los creyentes, agradecemos a diario a Dios por lo que tenemos, comenzando por el hálito de vida, y por los desafíos diarios o habituales que tenemos que enfrentar y tratar de solucionar. Toda vida es valiosa, como es valioso lo que hacemos con lo que nos pasa.
En quichua, cáusay es vivir, es vida, es la vida. Aunque a veces nos parezca una lucha ardua y despareja, a la vida hay que apreciarla como el mayor tesoro que tenemos, como la posibilidad de tener vivencias muy gratas, especialmente si esas vivencias son compartidas y sirven para el bien de alguien más. En esos casos, no estaría de más exclamar: "¡Qué hermosa es la vida la que me ha tocado en suerte!"
También podríamos decir, como repetía hace poco un amigo: "Voy a vivir para siempre, o voy a morir en el intento"
29 de Octubre de 2024.