El año 1941 lo encuentra viviendo en Villa Salavina, distante 25 kilómetros de la localidad que lo vio nacer, constituido en matrimonio con Doña Argelia del Carmen Monte, quien le brindó un varón y dos niñas que desde temprana edad lo acompañaron en la conformación del conjunto "Sixto Palavecino y sus hijos", el conjunto más duradero de los formados por el mismo, con el cual ha de recorrer el país, representando a nuestra provincia y en los principales escenarios y medios de difusión como: el Estadio del Luna Park, el programa de televisión de Mancera, "Sábados Circulares", el programa radial de la otrora Chela Jordán de la recordada Radio Libertad y otros tantos de idéntica jerarquía que iban cimentando su personalidad en el folclore y haciendo cada vez mas sólido su norte, la defensa de la lengua y la cultura quichua.
Con este conjunto, Don Sixto grabaría, en el sello RCA-Víctor, su primer doble duración para orgullo de los santiagueños, ya que para esa época no eran muchos los representantes que alcanzaban esta distinción, lo cual lo lanzaba al mercado nacional.
Sixto ingresa aquí al campo profesional de la música y hasta 1969 ha de grabar tres dobles, reeditados por el éxito de la venta, convertidos ese año en un larga duración.
Hoy se sigue escuchando ese picaresco gatito "Agrede soy rizongón", tema que lo popularizó en esa época.
Las naturales obligaciones de sus hijos desvanecen la actividad del conjunto. Don Sixto se aferra a su violín -hasta este momento dirigía él mismo y ejecutaba el bandoneón- lanzándose como solista.
La mayoría de sus temas serían una mixtura de "cartilla y quichua", "overitos" como el los llama, método tendiente a facilitar al público la interpretación de las letras y sin duda, para ir acostumbrando a los oídos a escuchar la lengua desterrada y oficialmente prohibida, en estos momentos de la historia.