Dice una parte de la chacarera A mi legüero querido, con letra de Mario Santillán y música de Luis Saltos. Muy bien dicho, porque antes de tocar el bombo, hay que tensar los parches, para evitar deformaciones a causa del toque con los palillos.
Después de usar el bombo, es mejor aflojar la tensión de los parches, porque una elongación prolongada puede dañarlos. También hay que tener cuidado al elegir los palillos, para evitar daños al parche cuando se toca; son mejores los palillos livianos y de un espesor que no “lastime” al parche; son mejores los palillos moderadamente gruesos.
No se debe poner nada encima del bombo, al igual que no se debe cargar con peso a ningún otro instrumento. Cada instrumento musical tiene un valor material, además del valor sentimental para el propietario.
Un antecedente conocido del bombo es de hace unos 4.500 años en Sumeria, actual territorio de Irak y Kuwait. Es muy posible que, en distintos lugares del mundo y desde tiempos más antiguos, la percusión haya sido una manifestación musical o comunicacional, con batir de palmas, golpes de manos en el pecho o piernas y golpeteo en troncos huecos.
Es muy posible que en diferentes lugares del mundo hayan surgido los instrumentos membranófonos, con parche de piel para batir y lograr un sonido particular.
Dicen historiadores, que los actuales bombo de orquesta y bombo de marcha, derivan del davul, tambor con dos parches que estaban tensados por cuerdas, que utilizaban las bandas de los soldados del imperio turco en los siglos diecisiete y dieciocho. Era un tambor de marcha, de regular tamaño y con una correa que permitía llevarlo apoyado en el pecho en posición vertical, para tocar de ambos lados. El músico tocaba de un lado utilizando una baqueta curva de madera, y en el otro parche tocaba con una varilla. Eso permitía un sonido grave y profundo en uno de los lados y un sonido más ligero y agudo en el otro.
Un instrumento que es tocado con una maza de un lado y una varilla del otro es llamado zabumba en Brasil. El nombre zabumba nos hace pensar en un origen africano. La palabra bombo también puede llevarnos a pensar en una palabra africana, aunque según el diccionario español, viene del latín bombus, que significa ruido.
En Brasil tocan un instrumento muy parecido al bombo que usamos en Argentina para la música nativa. Se parece por la forma y el tamaño, y su nombre es alfaia o bombo de maracatú. Maracatú es una expresión musical del nordeste brasilero. La palabra alfaia nos estaría remitiendo al árabe, pero no tenemos certezas.
El bombo que utilizamos en el arte nativo del noroeste argentino, especialmente santiagueño, tiene un casco o cuerpo hecho en madera, preferentemente de ceibo. Tiene dos parches de cuero, tradicionalmente cuero de oveja donde se va a tocar y de cabra del otro lado. Los grupos de danza prefieren ambos lados de cabra, por el sonido seco que les sirve para el malambo norteño. Se usan dos palillos de madera, generalmente con una maza en uno de ellos, para aumentar la superficie de golpe.
En las últimas décadas, hay grupos folclóricos que prefieren los instrumentos electrónicos y la batería en lugar del bombo. Los parches de plástico resisten mejor la humedad, pero no tienen la calidad sonora que poseen los de piel de oveja y cabrito.
Es más práctico cambiar un parche plástico a un tambor de batería que a un bombo, pero los elementos autóctonos son más económicos y están más a mano, especialmente si uno vive en un lugar cercano a la ruralidad, como Santiago del Estero y cualquier ciudad del Noroeste Argentino. Uno puede no tener las concidiones económicas para comprar un instrumento importado, pero sí puede acceder a un bombo tan sencillo que merece el cariñoso apelativo de “bombito”.
A causa de la condición humilde del bombo santiagueño, Carlos Carabajal dice, en Chacarera del bombisto (música de Los Hermanos Ríos): “Un bombito santiagueño, en mi pobreza yo tengo, y para alegrar las almas de la salamanca vengo”.
15 de Octubre de 2024.