Dijo el cantor al reportero, aclarando que había copiado esa expresión de una vecina. Hay lugares donde el agua potable viene de una perforación y procesos de filtrado; en otros lugares, el agua es bombeada de una represa y pasada por la planta de potabilización. Esa represa puede contener agua de lluvia, o de un canal que ha tomado agua del río que está más o menos cercano.
Un problema que suele darse en nuestra provincia con el agua de perforación, es la salinidad o, peor aún, el arsénico contenido en ella. Si la planta potabilizadora está muy bien equipada y recibe buen mantenimiento, el resultado sería agua en buenas condiciones. El agua de río y de represas suele estar más cerca de ser potable. Con un buen filtrado, puede ser útil para la población.
Una situación muy distinta es la de quienes viven en casas alejadas de las poblaciones, especialmente en esas casas “perdidas en el salitral”. Cuando uno pasa por una ruta, ve caminos que entran hacia ambos lados y, a veces, se ve a lo lejos una casa, pero también hay casas que están a muchos kilómetros de la ruta.
Quienes viven en esas casas, suelen cavar una represa, a fuerza de pala y acarreando la tierra con carretilla para formar el bordo que dará más capacidad a la obra. Contaba el joven entrevistado que, otro método para acarrear la tierra, es ponerla sobre un cuero de vaca y hacer que un burro arrastre ese cuero. Hay también unas pesadas palas de arrastre que cavan y acarrean, todo más rápido, y son remolcadas por un tractor. Se utilizan para grandes represas comunitarias.
Las represas suelen estar alambradas, para evitar el pisoteo de los animales grandes que vendrían a beber. Mediante baldeo o bombeo, se saca agua que va a los bebederos de los animales. Para el uso humano, también se saca agua baldeando o bombeando, pero esa agua pasa por un filtro o por una decantación para dejar el agua limpia. El agua para la represa puede venir por un canal o puede depender de las lluvias.
Para un mayor aprovechamiento en épocas de sequía, algunas represas tienen en su centro, en la parte más profunda, un pozo que será la última reserva ante una gran bajante. Para sacar agua de esos pozos se usa un balde, generalmente de lona, para poder sacar agua aún cuando quede muy poca.
En las casas que están enclavadas en zona salitrosa, suelen hacer una represa para los animales y una cisterna o dos para la gente. Esas cisternas, también llamadas “piletas”, son cubos o cilindros construidos con ladrillos y revocados por dentro con cemento. Al construir la casa, el galpón y alguna otra dependencia de la casa, se pone finalmente un techo de chapa en cada construcción. La parte más baja de ese techo tiene una canaleta unida a un sistema de caños gruesos, los que van a llevar el agua de lluvia hacia la pileta, también llamada calicanto.
El nombre calicanto es más o menos antiguo, por las construcciones hechas con piedras planas unidas con cal. Aunque las piletas o cisternas son hechas con ladrillo asentado en cemento y arena, aún son llamadas calicanto, por las antiguas de cal y canto.
Una vez terminada la cisterna, se la cubre con una tapa que puede ser de chapa metálica, o de madera o de material plástico grueso. La ventaja del plástico está en que con él se puede cerrar todo herméticamente, sin resquicios por donde pueda entrar el polvillo característico de los suelos salitrosos. Ese plástico está atado con cuerdas y sobre él se ponen chapas o madera, para evitar roturas por granizo; y unos elementos pesados encima para sujetarlo contra los vientos.
Cuentan los pobladores de esos parajes que, si una larga sequía los deja sin agua, tienen que ir a buscar gente que tiene vehículos capaces de transportar agua, para pagarles uno o varios viajes de agua. Lo que ese aguatero particular cobra es el uso del vehículo y el trabajo, no el agua. Hay zonas donde el municipio cercano brinda ese servicio en forma gratuita. Otra forma de proveerse de agua, si se está a cierta distancia de un canal o de un río, es la de acarrear el agua en tachos a lomo de burro.
En esos lugares alejados de los centros urbanos, el cielo muestra una cantidad enorme de estrellas en las noches límpidas; por eso, algunos pobladores de esos salitrales suelen decir: “Aquí faltan cosas que hay en las ciudades, pero el cielo es muy lindo y nos regala el agua para beber”.
03 de Septiembre de 2024.