Muchas veces imaginamos cómo habrán sido los caminos que transitaron el General Manuel Belgrano, el General San Martín, el Coronel Juan Francisco Borges, los chasquis y los viajeros,en una época en que los medios disponibles eran rudimentarios si los comparamos con lo que disponemos hoy. Con la infraestructura de rutas y la tecnología actual con que cuentan los vehículos automotores, individuales o colectivos, cualquier viaje es un paseo placentero, si lo comparamos con las travesías del Siglo XIX, por ejemplo.
En la época actual, hay una buena infraestructura vial. Hay rutas y autopistas excelentes; también las hay muy buenas, buenas y, parafraseando a Don Atahualpa Yupanqui: “Otras, pobres… más o menos”.
Las provincias argentinas están interconectadas por una amplia y variada red vial, que en algunos casos nos da distintas opciones; por ejemplo, para ir desde la ciudad de Santiago del Estero a la ciudad de Rosario, o a la ciudad de Buenos Aires, se puede ir por la ruta nacional 34, que es directa a Rosario, pasando por Fernández, Herrera, Selva, Ceres, Sunchales, Rafaela, y muchas ciudades más de nuestra provincia y de Santa Fe. Al Sur de Rafaela, se puede ir hacia el Este por la autovía que viene de Córdoba para después tomar la autopista va que de la ciudad de Santa Fe a Rosario, estirando la distancia pero ganando en fluidez y seguridad en el tránsito.
Otra opción para ir a Rosario y, si se quiere, seguir a Buenos Aires, es por Córdoba. Este viaje por la ruta nacional 9 es más largo que por la ruta 34, pero a partir de Jesús María tenemos autopistas hasta Buenos Aires. Habría que comparar cuánto se demora y cuánto combustible se consume por cada una de las dos rutas.
Hay rutas interprovinciales particularmente gratas para transitarlas. Por ejemplo, un viaje de Santiago del Estero a Puerto Iguazú nos permite ver distintos paisajes argentinos. Salimos de Santiago por el puente San Francisco Solano, admiramos el querido Río Dulce; un poco más allá pasamos junto al barrio Mishqui Mayu. Por la ruta provincial 51 vamos hasta la ruta nacional 34, en San Carlos, y vamos disfrutando de montes, campos sembrados, pueblos y ciudades de nuestra provincia, hasta Estación Taboada, de donde vamos hacia el Noreste por la ruta nacional 89 para cruzar, varios kilómetros más adelante, el Río Salado, mirar Suncho Corral y seguir hasta pasar junto a Quimilí hacia el Chaco, hermosa provincia que dejaremos al cruzar sobre el río Paraná por el majestuoso puente General Belgrano.
Después de pasar por el centro de la ciudad de Corrientes, en la rotonda Virgen de Itatí optaremos por tomar la ruta nacional 12, para ir hacia la provincia de Misiones, pasando por la entrada a lugares señeros, como Paso de la Patria, Itatí, Ita Ibaté, Ituzaingó y, después de muchos kilómetros admirando campos con lagunas y ganado vacuno, además de las casas aisladas y las poblaciones, pasamos sobre el arroyo Itaembé y entramos en Misiones. La belleza que encontramos en la ciudad de Posadas es indescriptible. Es como para quedarse, pero seguimos viaje entre la selva, la tierra roja, los ríos y arroyos que van hacia el Paraná, las casas y poblaciones, los pinares y campos cultivados, hasta que llegamos en Puerto Iguazú, la ciudad de las tres fronteras, pues desde aquí podemos ir a Brasil o el Paraguay. Si queremos, podemos ir caminando. Es muy posible que vayamos a las cercanas Cataratas del Iguazú.
Salvando las distancias, otro viaje muy lindo que se puede hacer desde la ciudad de Santiago del Estero es a cualquier ciudad, pueblo, paraje o localidad de nuestra provincia. Tenemos distintos lugares para elegir; podemos ir a las hermosas Sierras de Guasayán, a las bellas serranías de Ojo de Agua y Sumampa, a los esteros y lagunas cercanos a Selva, Argentina o Palo Negro, los campos cercanos a Los Juríes y Bandera, los trigales de Campo del Cielo, los algodonales cercanos a Quimilí, el Parque Nacional Copo en el Norte de la provincia, el departamento Río Hondo… en fin, hay mucho para visitar en nuestra provincia.
Llevados por el ansia de compartir el quichua hablado y cantado, los caminos nos llevan algunas veces a esos lugares no tan lejanos, y el pasado Viernes 21 nos ha llevado, en el primer viaje invernal de este año del Alero Quichua Santiagueño, hasta Barrancas, departamento Salavina, donde hemos vivido intensamente el decimotercer Encuentro con el Arte y la Cultura Ancestral, en la Escuela 804 “Fermín Sabalza”, donde hemos cantado y conversado a gusto, con gente que conocemos de hace tiempo y gente que hemos conocido en esta ocasión.
Como siempre nos sucede en la visita a Barrancas, hemos vuelto anchami cusicus (muy contentos), por las atenciones recibidas y por habernos brindado de todo corazón para que ocurra como dice el lema de este año del Encuentro: Quichuacka mana huañonckachu (El quichua no morirá).
25 de Junio de 2024.