Dice Felipe Corpos en su chacarera Cuando me llamen shalaco. Finaliza la chacarera diciendo: “Y han de sacarse el sombrero cuando me llamen shalaco.”
En esa letra, Corpos está encarnando a un paisano que defiende su modo de ser, su cultura. Hubo un tiempo en que la palabra “shalaco” era usada en forma despectiva por alguna gente de las ciudades, generalmente para referirse a quichuistas que estaban aprendiendo a hablar en castellano. Se escuchaban afirmaciones como: “Éste es un shalaco, no sabe hablar bien”, o: “Hablá bien, pareces shalaco”. Es que, entre quichuistas santiagueños, se dice “shalacu” para referirse a un hombre del Río Salado, o de zona cercana a ese río que pasa por una zona quichuista. Por influencia castellana, shalacu o shalaco tiene su femenino: Shalaca. La música de la chacarera La Shalaca ha sido registrada por Manuel Gómez Carrillo en 1940. En 1976, Marta de los Ríos aparece en la película El canto cuenta su historia, cantando esta chacarera, acompañada por Waldo de los Ríos.
Poniéndose en el lugar de un hombre de la zona del Río Salado, como él mismo, que era del departamento Figueroa, Corpos hace una férrea defensa del obrero rural, especialmente el hachero, un hombre al que algunos desavisados llamaron “shalaco”, por decir que ese obrero no hablaba bien el castellano. Más que nada, defiende su modo de ser y de vivir; en síntesis, está defendiendo la cultura del obrero rural santiagueño y de la gente quichuista.
La cultura de una comunidad es el conjunto de características propias, en el modo de ser, en las costumbres y en sus actividades. La educación es la base de la formación cultural de una persona y de una comunidad. La primera y principal educación que uno recibe, ocurre en el seno de la familia, con la cual uno interactúa desde el primer instante de vida, hasta que culturalmente está en condiciones de vivir por cuenta propia, cerca o lejos del grupo familiar.
En toda comunidad hay agentes culturales; es decir, personas o grupos de personas que con sus acciones influyen culturalmente en esa comunidad, si no en todos sus individuos, al menos en una cantidad significativa.
Los medios de difusión masiva son agentes culturales que ejercen una marcada influencia en gran parte de la población. Ello se puede percibir en lo que se conoce como moda, ya sea en la vestimenta, en las preferencias por lugares para diversión, en el habla, en los gustos artísticos y en otros aspectos de la vida cotidiana.
Se puede percibir cómo los medios de difusión influyen en ciertos individuos de la comunidad con sólo observar su vestimenta o escucharlos hablar. Dentro de las comunidades, hay quienes siguen firmes en la orientación cultural que recibieron en su etapa formativa, a menudo enriquecida con nuevos buenos hábitos, pero también hay quienes siguen los cambiantes rumbos determinados por vaya uno a saber quién, y que procuran imponerse desde los medios de difusión.
La cultura del dinero, la ambición, suele atentar contra la cultura tradicional de un pueblo. En el mundo hay naciones que conservan sus tradiciones culturales pero, gracias al poderío económico que han logrado por su modo de actuar en la vida cotidiana, venden a otros países los productos que inventan y fabrican, o el permiso para fabricar esos inventos. Todo sirve a la hora de recaudar. La mentira también ayuda a esos recaudadores, que mandan a decir en los países compradores que lo mejor es lo que los grandes comerciantes venden, que los productos materiales y culturales de los otros pueblos ya son obsoletos.
El Miércoles 24 hemos vivido y celebrado el Día de la Cultura Quichua, en homenaje a Don Sixto Palavecino, que falleció el 24 de Abril de 2009. Don Sixto vivió buscando espacios para el quichua hablado y cantado, a la vez que clamaba por nuestras tradiciones santiagueñas; lo hacía escribiendo, hablando y cantando. Así es que en castellano creó Lamento de chacarera, en quichua: Quichuizar al mundo, Causani para cantarte, Noticias del monte, y varias otras exhortaciones para no apartarnos de lo nuestro, como cuando nos decía refiriéndose al programa de radio: "Cuando nos visiten de otras provincias, no sólo tenemos que permitirles, sino pedirles que canten lo de su tierra; pero nosotros, los santiagueños, debemos cantar el folclore de nuestra provincia". Desde el Alero Quichua Santiagueño, sostuvo con sus compañeros: Ama súa, ama llulla, ama ckella, mandato que prohíbe el robo, la mentira y la pereza.
Si queremos tener cultura quichua, tendríamos que bregar para ganar espacios para el quichua y el nativismo santiagueño, no permitir que nos arrebaten esos espacios, no creer las mentiras de quienes nos dicen que vamos a andar mejor apartándonos del rumbo marcado por nuestros mayores. Hay que dedicarse a todo ello con firmeza, sin dejarnos ganar por el facilismo, no dejarnos vencer por la pereza y permanecer firmes en lo nuestro, desde nuestra propia estatura.
30 de Abril de 2024.