Dice un trecho de la chacarera Ckarisitu descalzo (Hombrecito descalzo), de Marcelo Salvatierra.
Uno de los juegos preferidos de la infancia era el de subir a los árboles. Conocer por dentro un edificio de muchos pisos también ha sido una experiencia fascinante, con esa magia que tiene el poder mirar los alrededores desde una altura. Viajar a Guasayán, a Ojo de Agua o a Tucumán, subir a un cerro, no dejan de ser experiencias valiosas para un changuito de estas llanuras. A medida que uno iba conociendo la ciudad de Santiago sentía deseos de ir a Las Lomas Coloradas, las barrancas en el Río Dulce, cruzar por el Puente Carretero y, mejor aún, vivir la aventura de una caminata por el Puente Negro.

La mayor parte de nuestra provincia tiene terreno llano. A lo sumo, en algunos lugares de esas planicies encontramos algunas ondulaciones que nos permiten otear el lejano horizonte, así que el subir a lo más alto de un quebracho u algarrobo, nos hacía sentir como soldados fortineros, los que podían mirar desde la altura de la torre de palos. Los árboles eran nuestro mangrullo natural. Cuando nos contaron la leyenda del cacuy, hemos imaginado la gran altura del quebracho incluido en el relato, seguramente mucho más alto que todo lo conocido.

Hay quienes, al llegar a la adultez, superan ese deseo de mirar desde las alturas, lo disfrutan cuando ocurre, pero no lo buscan. También hay quienes procuran la aventura de la visión desde las alturas y la sensación de acercarse al cielo por un momento. Son quienes suelen practicar montañismo, paracaidismo, aladeltismo, vuelo a vela, vuelo a motor, vuelo en globo aerostático.

Si por algún motivo no se puede hacer una práctica directa de los deportes que consisten en ganar altura por propios medios, se puede también disfrutar de ascensiones, viajando en un automotor hasta la cima de un cerro que tenga buena ruta de acceso, como el cerro San Javier en Tucumán, o la Cuesta del Portezuelo en Catamarca, o la Cuesta del Totoral en la misma provincia, u otros muchos impresionantes cerros y cuestas, como la Cuesta de Miranda en La Rioja, o la Cuesta de Lipán en Jujuy. El viaje entre las ciudades de Salta y San Salvador de Jujuy por la ruta 9, también nos muestra bellísimos paisajes de altura entre las yungas, selvas húmedas de altura.

En nuestra provincia, recorriendo solamente 60 kilómetros por la ruta nacional 64, accedemos a la cadena llamada Los Cerrillos, con poca altura y hermosos paisajes boscosos, más una visión espléndida hacia el Este, donde está la ciudad capital de la provincia, y una similar al Oeste, hacia la provincia de Catamarca.

Hay que comprender los afanes de los montañistas, esa gente que conserva su deseo de subir por propio esfuerzo a grandes alturas naturales. Los montañistas, llamados andinistas en América del Sur y alpinistas en Europa, suelen comenzar en la infancia, subiendo a cerros por senderos más o menos transitados. Poco a poco, se prueban a sí mismos haciendo una “cortada”, aprovechando las hendiduras en las rocas y los troncos de los árboles de las laderas.

Después, el amante del montañismo va a invertir sus esfuerzos hacia ascensiones cada vez más complicadas. Si es alguien de Santiago del Estero, posiblemente se probará en montañas de Tucumán, Catamarca y Córdoba. Siguiendo dentro de nuestro país, condicionados por las posibilidades económicas, los montañistas apuntarán al Aconcagua, en Mendoza, que es el pico más alto de todo el continente americano, superado en el mundo únicamente por las elevaciones de la cadena del Himalaya, en Asia.

Un gran desafío para los montañistas del mundo es el cerro Chaltén, de “solamente” 3.400 metros de altura, en la provincia de Santa Cruz, en la frontera con Chile. El nombre tehuelche de este pico se debe a las nubes que suele mostrar en su cima: Chaltén significaría “montaña humeante”. 

En 1877, el perito en límites geográficos Francisco Pascasio Moreno, bautizó a El Chaltén con el nombre Fitz Roy, en homenaje al marino británico Robert Fitz Roy, que había recorrido el río Santa Cruz y cuya familia había cedido al perito argentino los mapas de la zona hechos por Fitz Roy.

Comparado con las grandes montañas de Los Andes, el Chaltén es de “altura media”, pero sus paredes lisas y verticales, al igual que el clima cambiante que lo rodea y los fuertes vientos, ya cobraron vidas de expertos escaladores.

Las noticias y obras de cine que cuentan sobre tragedias en las montañas, llevan a que una gran cantidad de gente prefiera y sugiera quedarse en la seguridad de la casa, del barrio, de la ciudad de uno, pero siempre aparecen quienes deciden arriesgarse para lograr un objetivo.

Es justamente el afán por alcanzar las alturas, en sentido real o figurado, lo que moviliza a la Humanidad para ir cada día “más alto, más rápido y más lejos”. En algún momento histórico hubo quienes se arriesgaron a subir cerros que, con el correr de las décadas, tuvieron rutas pavimentadas por las que podemos transitar cómodamente sentados en un automotor, particular o colectivo.

Queremos el horizonte, queremos el cielo, y poco a poco los vamos alcanzando, gracias al esfuerzo de otros pioneros y al propio también.   

19 de Diciembre de 2023.