Dice José Hernández en una de las primeras estrofas del capítulo inicial de El Gaucho Martín Fierro.
Cuando hablamos de pintura, inmediatamente pensamos en quienes pintan cuadros, y generalmente nos vienen a la mente nombres célebres de pintores europeos, americanos y argentinos. Recordamos nombres famosos, algunos de los cuales utilizaron sus pinceles hace varios siglos y otros hace algunas décadas. Pensando mejor, hay prácticamente en todo el mundo, pinturas que tienen milenios de existencia: Son expresiones de arte rupestre, que se encuentran en cuevas y piedras por todo el mundo y en varias provincias argentinas, incluso en la nuestra.
Es evidente que el arte de la pintura evolucionó desde aquellas imágenes simples sobre superficies de rocas, hasta las actuales pinturas en telas, madera, cerámica y otras superficies. No hay que olvidar a los muralistas, que hacen también hermosas obras en paredes de distintas dimensiones. También son artistas los obreros del pincel, esas personas que hacen trabajos artísticos por encargo. Generalmente, a esas obras les vemos el aspecto utilitario, omitiendo el lado artístico.
Los vecinos de la calle Catamarca entre Roca y Olaechea de Santiago del Estero, solíamos admirar la capacidad artística de Don Héctor Rojas, experto fileteador. El fileteado es un arte consistente en pintar líneas rectas, curvas, flores estilizadas, arabescos, todo con una combinación de colores que dan una sensación de luces y sombras. Hubo fileteadores dedicados a hermosear carros, carteles, bicicletas y algunos otros objetos pintados.
Otros artistas del pincel son quienes pintan letras en paredes y carteles. Las pinturas en paredes suelen tener también rostros y otras imágenes, generalmente para publicidad. Entre los pintores de carteles también están los letristas que no hacen dibujos. Es admirable la belleza que logran en las letras de sus anuncios, el contraste con el fondo, para facilitar la lectura rápida, y el buen uso de los espacios, para lograr que las letras sean de buen tamaño y que la imagen resultante sea armónica y simétrica.
Muchos de esos pintores letristas arman un esquema previo en papel, otros hacen un boceto a lápiz sobre la superficie a cubrir omitiendo el esquema previo, siempre sobre la base del texto que ha recibido. Hubo en nuestra ciudad de Santiago, por lo menos hasta fines de la década de 1960 o comienzos de la década siguiente, uno de estos artistas del pincel llamado “El Rápido”, por la prontitud con que hacía cada trabajo. El Rápido leía el texto, observaba la superficie a cubrir, preparaba sus elementos de trabajo y comenzaba a escribir de corrido, logrando carteles con la estética esperada, pero en un tiempo sorprendentemente breve.
Los grupos que hacen pintadas en paredes para propaganda de partidos políticos, tienen por lo menos un pintor que sabe hacer las letras bien distribuidas y ocasionalmente agregar una imagen; es muy posible que estos pintores sean muralistas o pintores de cartelerías, que están colaborando con la tendencia partidaria de su preferencia.
Hay también quienes hacen finos trabajos de restauración. Un ejemplo de ello tenemos en el ya fallecido Ernesto Baldomero Suárez, a quien Don Sixto Palavecino le había agregado el mote de “Shaticu” (Entrometido, meterete), por su exceso de comedimiento. Don Ernesto Suárez quería estar en todo, ayudar en todo, por eso es que pasó a ser conocido como Shaticu Suárez. El querido e inolvidable Shaticu tenía el taller de cuadros y santería San Cayetano, cuyo nombre había sido elegido como agradecimiento al santo proveedor de pan y trabajo.
Don Ernesto agradecía también siendo benévolo y generoso. Además, tenía por costumbre que cada 7 de Agosto, en su taller hubiese pan del día, suficiente como para regalar a quien lo requiriese, en honor a San Cayetano.
En su taller, Shaticu también hacía restauración de imágenes. Hay imágenes religiosas y de otra índole que se deterioran por el tiempo y la manipulación. El trabajo de restauración consiste en dejar la imagen “como nueva”.
El poeta y cantor José Luis Ávila es uno de esos artistas santiagueños que no sólo pinta propagandas vistosas. Además, entre otras obras, hace fileteado y restauraciones. José Luis contaba en una reunión, que fue parte del equipo de restauración de la Catedral Basílica Nuestra Señora del Carmen, la catedral de Santiago del Estero. Su descripción del trabajo realizado, ha despertado en quienes lo escuchaban, el deseo de ver y también palpar lo que fuese accesible de ese trabajo descripto con gran pasión.
Las ciudades tienen sus paisajes: En vez de bosques, planicies y montañas, las ciudades nos muestran edificios altos, calles con características pintorescas, plazas arboladas, carteles y muros con obras de artistas del pincel. En cuanto a la Catedral de Santiago, habría que ir a rezar y, de paso, admirar el trabajo de los artistas.