Dice Blanca Irurzun en su poema Los ojos de los niños. La docente, artista plástica, poeta y escritora bandeña, reflejaba así algo que vemos a diario, lo percibimos y no lo incorporamos al conocimiento consciente, o no sabemos expresarlo. 

“No hay hijo feo para la madre”, suelen decir, cuando en realidad, lo que vemos es que toda persona de corta edad es bonita, encantadora, incluso los “mana casúcoj”, “niños terribles” que no hacen caso, que no siguen las indicaciones.  
Es en el jardín de infantes donde los niños comienzan a socializar, a compartir elementos y momentos con otros de su misma edad que no son de su familia; también tratan a diario con personas adultas a las que no conocían y que ejercen autoridad en el ambiente en que ahora se encuentran durante unas horas por día.  

En poco tiempo, los chicos se hacen de amistades; se acercan a quienes les son afines. El establecer relaciones sociales, resulta más fácil para unos que para otros, y el personal docente va observando cómo reacciona cada huahuita ante la nueva situación. Unos pocos niños parecen entrar en pánico al verse fuera del entorno familiar, pero ahí cerca está la madre, que se queda en el establecimiento durante los primeros días. 

Hay alumnitos que pronto ven que están en un buen lugar para hacer amistades, otros ven que su apoyo firme es la maestra y comienzan a sentirse a gusto en el jardín de infantes. Poco a poco se empieza a ver que hay niños que aprenden rápidamente, siguen las consignas y no se pierden cuando hay algún juego grupal.  

Los pequeñitos que se muestran difíciles de manejar, suelen ser más enérgicos que el resto, quieren hacer todo por su cuenta y a su modo, generalmente en sentido contrario al indicado. Son los mana casúcoj que se encuentran encerrados en un círculo pequeño para sus ansias de hacer cosas, o también puede ser que de ese modo están tratando de llamar la atención para recibir un trato especial que necesitan. Desde la primera infancia, cada persona es un mundo de vivencias y sentimientos. 

El jardín de infantes es el lugar donde se aprende a vivir en sociedad y se preparan los futuros alumnos de la escuela primaria. Desde el primer día de clases, e incluso desde el primer día de vida, uno recibe la preparación necesaria para que en el futuro pueda desempeñarse en la vida por cuenta propia, afrontando aventuras y desventuras, en ambientes que algunas veces son hostiles y difíciles de soportar. 

La familia y la enseñanza inicial van preparando de la mejor manera a esas personitas, para que disfruten de la vida, sean gente con buenos sentimientos y con firmeza para luchar por causas nobles. 

En el jardín de infantes, los ojos de los niños se abren grandes por el asombro ante los portentos que puede hacer el personal docente que les habla, los guía, les muestra juegos novedosos, canta, baila y les enseña a hacer todo eso. 
Los ojos, los oídos y las manos de los niños están descubriendo el mundo; en la casa ya han aprendido lo agradables que son los olores de las flores, del pan casero y de todo lo que hace a una linda vida en familia. También han aprendido a convivir con sus hermanos y a prestar atención a las indicaciones de sus mayores. En el establecimiento escolar comienzan a prepararse para “conquistar al mundo” en un futuro que en ese momento parece lejano.  

Felizmente, hay jardines de infantes en los que su alumnado siente las cosas de su pago, expresadas en el canto, la danza y las otras manifestaciones del arte nativo.  

Entre cantar juntos las canciones patrias y canciones infantiles, también aparece el canto folclórico y, en algunos establecimientos, alguna vez al año suenan voces quichuas. Es muy posible que los chicos “puebleros” no entiendan esas voces que escuchan, pero van quedando en su interior para aflorar algún día, cuando sea preciso, como un recuerdo de la tierna infancia. 

Uno va a un jardín de infantes por cualquier motivo, o pasa frente a uno de ellos en horario de entrada o de salida, y ve una cantidad de pequeñas personas que se fortalecerán cada día al amparo de personas grandes, parientes o docentes, mientras van dirigiendo sus sentidos hacia los aprendizajes de cada día. 

Cada día representa un cúmulo de maravillas: El canto de las aves, la salida del Sol, las voces de la gente, el día fresco, cálido, lluvioso, sin lluvia o como sea, pero siempre con una invitación a marchar hacia los mejores objetivos. 
La vida en nuestra tierra nos ofrece en forma cotidiana una gran cantidad de posibilidades, pero lo mejor de mi tierra, son los ojos de los niños.       

25 de Abril de 2023.