Así se llama la vidala más conocida de Don Zenón Revainera, vidalero mayor de Atamisqui.  

Cuentan que Don Zenón Revainera tenía su casa en la orilla de Villa Atamishqui, como yendo hacia Yacu Chiri. Ahí, con su familia, se dedicaba a la cría de animales y todas las tareas rurales. Cada tanto viajaba a otras provincias para los laboreos de los campos en que trabajan los peones golondrinas. Gustaba de tocar la guitarra y cantar vidalas creadas por él mismo.  

Cada año, Don Zenón Revainera preparaba su gran patio, rodeado de algarrobos, para un gran baile con “trincheras”, una prueba de destreza de jinetes. En cierto momento de la fiesta, Don Zenón cantaba vidalas desde el escenario donde también actuaban los músicos. 

Don Luis Gardella era Comisario de la Policía de la Provincia y estaba a cargo del departamento Atamisqui; además, se ocupaba del Club Rural Policial y era muy amante del arte nativo y las manifestaciones culturales. En cierta ocasión, Don Luis Gardella le propuso a Don Zenón Revainera realizar un festival de vidaleros. Estuvieron de acuerdo en que Don Zenón lo organizaría en la práctica, con el respaldo y el marco institucional como organizador oficial del Club Rural Policial.  

El Festival de los Vidaleros se hizo cada año a partir de Octubre de 1968. El gran patio se llenaba de sillas y mesas frente al escenario. La gente de distintos lugares llegaba en sulky, de a caballo y por otros medios de transporte. También venían desde la ciudad de Santiago del Estero, La Banda, Añatuya, Frías, Salavina, Ojo de Agua, Los Telares, Brea Pozo, Loreto. 

El Alero Quichua Santiagueño también fue un protagonista importante en el Festival de los Vidaleros. La delegación del Alero Quichua solía estar encabezada por Felipe Corpos, Don Sixto Palavecino y Don Vicente Salto. En la sección de Fotos Históricas de la página del Alero Quichua Santiagueño, hay una fotografía de 1974 en la que se puede ver en el escenario a Don Vicente Salto, Nidia Franichevich conversando con el Sr. Coco Mattar. Al pie del escenario: Con caja vidalera y vistiendo poncho, el dúo Los Hermanos Mattar; en el centro de la foto: Julio Sequeira, a su lado Don Sixto Palavecino; de barba, con sombrero, Julio Rodríguez Ledesma; siguen Juan Carlos Almada, Las Calandrias Santiagueñas (Graciela González, Ana Campos y Luisa Galván), Don Fortunato Juárez, Don José Marcelino Ruiz y Don Pedro Silvetti. Junto a Don Sixto está el joven cantor loretano Fermín Peralta. 

Conducían el festival, Hugo Ocaranza, Felipe Corpos, Nidia Franichevich y La India Hoyos. Es decir, nuestro Alero no sólo participaba en el canto, sino también en la conducción y coordinación del festival. 

Participaban vidaleros de todas partes, entre los cuales se elegía quiénes serían premiados. Un momento culminante era cuando cantaba Don Zenón Revainera, por fuera del concurso.   

Cuenta Juan Carlos Almada que el predio donde se hacía el festival estaba rodeado por catorce algarrobos, que el lugar tenía un cerco de palo a pique, que en el centro de la pista de baile se ponía un par de sillas en las que se apilaban las gruesas de cohetes que explotaban marcando el comienzo del festival, mientras desde el escenario, Felipe Corpos decía las palabras de apertura, Los Coyuyos Atamishqueños cantaban una vidala y no faltaban los gritos emocionados que acompañan el canto de los vidaleros. Integraban Los Coyuyos Atamishqueños: Elpidio Herrera, Bebe Herrera, Ramón Leguizamón, Luis Rodríguez y Germán Edgar Díaz.  

Recuerda también Juan Carlos Almada que solían presentarse en el escenario: Alfredo Ábalos, Carlos Carabajal, Los Fogoneros y otros artistas de renombre. También recuerda que acostumbraban salir a dar serenatas en “El país de la vidala”, como llamaba Felipe Corpos a Villa Atamishqui.  
Cuando se iba a hacer la quinta edición del festival, Don Zenón anunció que no cantaría, pues estaba con problemas cardíacos y el médico le había prohibido los esfuerzos y emociones fuertes. Cuenta Carlos Revainera, bisnieto de Don Zenón, que en la mañana del 30 de Octubre, habían ido a conversar con el cantor Don Sixto Palavecino y Elpidio Herrera, y lo habían convencido para subir esa noche al escenario y cantar una vidala. 

Esa noche del 30 de Octubre de 1972, a los 75 años de edad, Don Zenón Revainera subió al escenario del 5º Festival de los Vidaleros, recibió un merecido homenaje y cantó su vidala Nuestra vieja tradición no debemos olvidar. Al bajar del escenario se sintió mal y enseguida falleció. 

Don Zenón Revainera es recordado en temas musicales, como por ejemplo en la chacarera La Yacu Chiri, de Juan Carlos Carabajal (letra) y Elpidio Herrera (música), en la que Don Zenón es mencionado como “aquel viejo vidalero que muriera cantando". 

En Octubre pasado, en la Legislatura Provincial, se hizo la exposición pictórica “La inmortalidad del Vidalero”, en conmemoración de Don Zenón Revainera. Los diputados provinciales entregaron un reconocimiento post mortem a los familiares del homenajeado. 

El pasado Sábado 4, en el Encuentro de Músicos Sacheros, celebrado en Villa Atamishqui, con la participación de familiares de Don Zenón, cantores atamisqueños, de la ciudad capital y de otras procedencias, incluso de Buenos Aires, hubo un nuevo homenaje a este prócer de la vidala. 

Esa misma noche, Sebastián Barraza cantaba una vidala de la cual es autor, en el Festival Nacional de Música Popular Argentina, en Baradero, provincia de Buenos Aires. 

Los santiagueños vamos a seguir cantando vidalas durante toda la vida, para seguir siendo nosotros mismos. 

07 de Febrero de 2023.