Así dice Don Sixto en su chacarera Tacko Yúraj, para luego completar: “El tacko yúraj, mi mama; a ellos me parezco tanto”. (Mi abuelo, quebracho colorado. Mi abuela, quebracho blanco. Mi madre algarrobo blanco. A ellos me parezco tanto).
En los alrededores de la ciudad de Santiago del Estero y en uno que otro patio de las casas que tienen terreno hacia el fondo, encontramos el tacko yúraj (algarrobo blanco), algún tacko yana (algarrobo negro), tala, mishtol, chañar, tusca y otros ejemplares de la flora regional. Uno de los tantos atractivos de la Plaza Libertad es que en ella se puede encontrar toda una exposición de estos árboles, incluso hay huíñaj, cina cina, itín.
Saliendo de la ciudad hacia el Sur por la ruta nacional 9, veremos alternarse campos labrados, casas de fin de semana, casas de residentes históricos y trechos de bosque nativo. En algunos tramos del viaje, veremos a la izquierda una fila de ceibos bordeando una acequia de riego, ya que el ceibo es amigo del suelo húmedo.
Una fila de eucaliptos nos anunciará que estamos llegando a la ciudad de Loreto. Una vez que pasamos Loreto, pronto veremos el río Namby, un brazo del Río Dulce que va hacia el Oeste. Un poco más adelante, los árboles comienzan a no tener mucha altura. A medida que se avanza hacia el Sur, van apareciendo los vinales y cardones. No se ven quebrachos, pero sí hay algunos algarrobos y tusca.
Más al Sur, aparecen grandes manchones blancos en el suelo. Son vestigios de las salinas, que hasta hace medio siglo veíamos desde pocos kilómetros después de Loreto. Felizmente, el verdor está avanzando paulatinamente en esta parte de nuestra provincia. El jume se hace ver en los campos salitrosos. Hay distintas especies de jume que la gente de la zona sabe diferenciar; para el viajero son solamente unos grandes y otros chicos, unos de color muy oscuro y otros de color verde claro, pero en definitiva son todos jumes.
La aparición de grandes superficies de jumeal y suelo blanco, nos avisa que estamos llegando al río Saladillo, un río estacional que en esta época del año tiene su blanco cauce sin agua. En Verano, en época de fuertes lluvias, el Saladillo puede crecer al punto de causar la migración de vecinos cuyas casas se ven amenazadas por el avance de las turbias aguas. Cuando se calma, el Saladillo tiene aguas límpidas.
Siguiendo el viaje hacia el Sur, comenzamos un suave ascenso y pocos kilómetros más adelante desaparecen el salitral y los jumes. La vegetación se hace más rica, con árboles altos y muchos quebrachos. El quichuista llama páaj al quebracho. Tenemos entonces que páaj puca es el quebracho colorado y páaj yúraj es el quebracho blanco. El verbo páay es el verbo volar. Páaj define a quien ejecuta la acción de vuelo, el que vuela, el volante, el volador. Lo que vuela del quebracho es su semilla, que está dotada de unas membranas delgadas y transparentes, que dan a la semilla un vuelo en planeo hasta una cierta distancia, dependiendo de la presencia o no de huayra (el viento).
La difusión del algarrobo está dada por lo sabroso de las vainas que contienen semillas, las que viajan en las manos o en el vientre de quienes comen las algarrobas, mientras que la dispersión del quebracho depende de las alas de sus semillas y de la colaboración del viento.
En este viaje hacia el Sur, pronto vamos viendo a los dos lados de la ruta unos cerros muy lindos y bien arbolados, con todo tipo de especies arbóreas regionales. Vamos subiendo poco a poco por una ruta que forma parte de la belleza del paisaje. Llegamos a una parte del viaje en la que notamos que comenzamos a descender suavemente. Estamos llegando a Villa Ojo de Agua, la última ciudad de nuestra provincia por la ruta 9 hacia el Sur.
Uno no puede, o no debe, pasar por Ojo de Agua sin detenerse. El paisaje es hermoso y, además, aquí puede encontrar todo lo que pueda precisar el viajero para ir bien provisto y para no llegar “con las manos vacías” si va de visita. Si viene desde lejos, aquí encontrará lugares muy convenientes para descansar hasta el día siguiente y, quién sabe, tal vez hasta cambie de parecer y en vez de seguir directamente, se decida a visitar Cantamampa, Sumampa, Sol de Julio, hermosos destinos accesibles desde Ojo de Agua.
Si seguimos viaje hacia el Sur, pronto iremos entrando en zona de cerros, con curvas, subidas y bajadas de la ruta entre paisajes que se ven enormes, grandiosos. En una parte alta del recorrido, unos carteles nos indican que estamos por dejar nuestra provincia para entrar en Córdoba. A la satisfacción de estar cumpliendo con el plan trazado para el viaje, se suma esa sensación extraña que nos acomete cada vez que salimos de nuestra provincia. Con un suspiro, exclamamos: “¡Santiago querido!”
01 de Noviembre de 2022.