Así se titula una obra del dramaturgo Alejandro Casona. Los seres humanos somos muy distintos a los árboles, básicamente por nuestra capacidad para trasladarnos de un lugar a otro, así que lo más probable es que la muerte nos encuentre en un lugar distinto al de nuestro nacimiento. 

Hay árboles que llegan a ser milenarios, hay otros que, con tallo de madera muy resistente o bien conservados por cuidados humanos, siguen en pie durante muchísimo tiempo después de que la savia dejó de correr y sus hojas se secaron. En cuanto a la permanencia de los humanos en la vida, podríamos decir que los héroes no mueren nunca. 
También hay héroes que “murieron dos veces”, como el caso del General Manuel Belgrano, fallecido el 20 de Junio de 1820 en Buenos Aires, justo cuando la ciudad estaba muy convulsionada por una gran crisis política. Estaba todo tan agitado, que el fallecimiento del prócer pasó inadvertido para casi toda la población. Más de un año después, calmados los ánimos y normalizada la situación institucional, el gobernador Martín Rodríguez y el ministro Bernardino Rivadavia, determinaron la realización de un funeral digno de un héroe de la Patria. 

El día del funeral del General Manuel Belgrano, su cuerpo estaba sepultado desde hacía más de trece meses, pero simularon un traslado desde la casa mortuoria hasta la Catedral, mientras los soldados de distintos regimientos hacían una formación en la plaza, todos con uniforme de luto, y cada tanto se disparaban cañonazos en señal de duelo y los comercios estaban cerrados en adhesión al duelo por la muerte de Belgrano, ocurrida el año anterior. 

El Libertador de América, el General José de San Martín, nació en Yapeyú, provincia de Corrientes. Después su familia se trasladó a Buenos Aires y más adelante a España, donde el niño comenzó sus estudios en el Seminario de Nobles y pocos años después se incorporó a la vida militar, iniciando una carrera que lo llevaría a combatir en el norte de África y en las guerras napoleónicas. 

A los 34 años de edad y con el grado de Teniente Coronel, volvió a Buenos Aires para ponerse al servicio de la causa patriota. Los oficiales y jefes con experiencia en guerras europeas eran bien recibidos para la formación de los ejércitos que necesitaba la nueva nación, en su lucha por lograr la independencia. Don José de San Martín demostró su gran capacidad como líder y estratega a partir de la creación de los Granaderos a Caballo, el equivalente a los actuales comandos especiales. 

Fue jefe del Ejército del Norte, luego gobernador de Cuyo, donde creó y organizó el Ejército de Los Andes, para cruzar la cordillera a luchar por la libertad de Chile. Partiendo por mar desde Chile, logró la independencia del Perú en 1821, nueve años después de su regreso a Buenos Aires desde España. 

Al año siguiente, en Guayaquil, ciudad de la actual República del Ecuador, entregó el mando al General Simón Bolívar e inició su retorno a nuestro país. Llegó a Mendoza en Enero de 1823, con la intención de viajar a Buenos Aires para reencontrarse con su esposa, que estaba muy enferma. La autoridad le sugirió quedar en Mendoza, pues en la ciudad capital no olvidaban que años antes se había negado a combatir a los caudillos federales y podrían apresarlo para someterlo a juicio. 

El General hizo el viaje en secreto, pero llegó cuando su esposa ya había fallecido. Meses después partió hacia Europa con su hija. Cinco años después, volvió brevemente, pero al ver que debería tomar partido en las cruentas luchas internas, decidió retirarse definitivamente a Europa, donde vivió sus últimos años, hasta su muerte el 17 de Agosto de 1850, en la ciudad francesa Boulogne Sur-Mer.  

Luego de años sepultado con honores en Francia, los restos del General San Martín fueron repatriados y colocados en un mausoleo de la Catedral de Buenos Aires, donde está escrito: “Triunfó en San Lorenzo, pasó Los Andes, llevó su bandera emancipadora a Chile, al Perú y al Ecuador”. 

En Santiago de Chile se colocó la primera estatua dedicada al General Don José de San Martín. Hay también estatuas y monumentos varios en toda la República Argentina, en el Perú, en Ecuador, Bolivia, Colombia, España, Francia, Estados Unidos y muchos otros países americanos y de otros continentes. Hay ciudades, ferrocarriles, escuelas, calles, avenidas, teatros, clubes y asociaciones que tienen el nombre de San Martín. Historiadores y escritores agregaron adjetivos a su nombre, por lo que es evocado como El Padre de la Patria, el Libertador, El Santo de la Espada. Se escribieron libros y se filmaron películas sobre la vida del gran prócer.  

Cada 25 de Febrero, en Yapeyú se conmemora el nacimiento de Don José de San Martín. Cada 17 de Agosto se recuerda el fallecimiento del General Don José de San Martín, especialmente en las escuelas y en algunos actos oficiales, los que tradicionalmente se hacían y aún se hacen en muchos lugares a las tres de la tarde, hora de su muerte. 

A partir de los años ’90, algunos de los feriados nacionales son trasladados para el Lunes más cercano, para generar un fin de semana largo que permita la realización de fiestas y viajes turísticos. Este año, el Libertador General Don José de San Martín, Padre de la Patria, homenajeado en gran parte del mundo, fue “matado” ayer, Lunes 15, para permitir la realización de todo tipo de festejos, incluso algunas cabalgatas y posterior espectáculo supuestamente en homenaje al prócer. 

Mañana, 17 de Agosto, habrá una recordación por el paso a la inmortalidad de Don José de San Martín, gurisito correntino que supo hacer patria. 

16 de Agosto de 2022.