(A nuestro país, en serio, lo debemos quichuizar…) Así nos dice Don Sixto Palavecino desde su chacarera Quichuizar al mundo.
¿Por qué y para qué debería el mundo, o nuestro país, conocer el quichua? ¿Eso va a satisfacer las necesidades materiales nuestras en particular, o de la población en general? Justamente, el esfuerzo cotidiano por solucionar los problemas materiales nuestros y de nuestros cercanos estaría bien complementado si en los momentos en que no estamos en la lucha de todos los días, nos dedicamos a seguir algún ideal por el gusto de hacerlo, por convicción y no por necesidad o ambición personal. Si el quichua es un ideal que hemos adoptado para los momentos libres del trabajo por el sustento, vamos a obrar en consecuencia, sin preocuparnos por si el quichua va llevar abundancia material o no hacia algún hogar.
“No es lo mismo saber, que no saber”. “El saber no ocupa lugar”. Las sentencias de nuestros mayores respecto al conocimiento nos advierten que el saber no va a hacernos daño, sino que nos va a servir para mejorar nuestra vida interior. No todo ha de ser la lucha por comer sin ser comido, pues los humanos ya hemos salido de esa condición primitiva. Así como cada día estamos conociendo algo sobre características de los pueblos del mundo, o hechos acaecidos en lugares lejanos, también en lugares lejanos podrían conocer sobre la existencia y características del quichua.
Manifestamos que nos unimos al ideal de quichuizar al mundo, en nuestro caso, desde Santiago del Estero. Decimos que queremos practicar y sostener el arte nativo de nuestra provincia. Si lo que queremos es hacer lo que hemos dicho, está claro lo que vamos a hacer: Mostrar el arte nativo y exponer el quichua en cada lugar posible.
Hoy, las redes sociales y plataformas digitales nos permiten, entre otras cosas, difundir lo que hacemos, soslayando los escenarios manejados por gente que está en el negocio del espectáculo. Si es posible llevar a los escenarios de ellos, lo que uno está difundiendo, mejor; si por ahora no se puede, posiblemente se pueda más adelante. Si hay que abandonar el objetivo para poder acceder a un escenario, es preciso replantearse cuál era en realidad nuestro objetivo.
En una comunicación telefónica, el sacerdote dijo que la radio comunitaria de su parroquia estaba para evangelizar, contribuir a la cultura de los oyentes en otros aspectos también, informar y entretener. Estaban organizando el festejo de los 25 años de existencia de la radio y quería que en la fiesta hubiese canto quichua, para no descuidar ese aspecto cultural de nuestra provincia y especialmente de la zona en que viven.
No pudo hacerse el encuentro y pasó un año. En este Febrero, el coordinador del Tincunacu (Encuentro) por los 26 años de la FM Creativa, de la parroquia San Isidro Labrador en Bandera Bajada, departamento Figueroa, volvió a entrar en contacto con la gente del programa Quichuamanta – Desde el quichua, para la participación de una delegación de canto criollo bilingüe.
El programa radial Quichuamanta – Desde el quichua, surgió hace seis años como una consecuencia del Alero Quichua Santiagueño, con la intención de ser un apoyo y un estímulo para cultivar el quichua, desde una modalidad diferente a la de nuestro Alero. Es un grupo humano reducido en cuanto a cantidad de participantes activos y muy claro en sus objetivos: Valorar y difundir el quichua que se habla, se recita y se canta en Santiago del Estero.
Llegó el esperado día y la delegación del programa Quichuamanta partió desde la ciudad de Santiago del Estero hacia el Noreste por la ruta provincial 5. La ruta tiene un lindo pavimento, muy buena señalización vertical y horizontal, pasa por hermosos lugares del departamento Banda y del departamento Figueroa, pero cada tanto se encuentra la sorpresa de un bache, y durante unos cuantos kilómetros entre la salina y Caspi Corral, los baches son tantos que no hay cómo no recibir el golpe de alguno de ellos. La población de esa parte de la provincia merece y necesita una ruta en buen estado.
Llegada al predio donde se hacía el encuentro, la delegación fue muy bien recibida y atendida por los organizadores. Después de una invocación religiosa por parte del quichuista Padre Claudio, actuó la academia de danzas folclóricas Atahualpa Yupanqui. A continuación, subió al escenario la gente de Quichuamanta: Alejandro Iñíguez, Dúo Quichuamanta y Sergio Godoy. El canto en quichua y castellano de vidala, chacarera, gato y zamba, fue bien recibido por el atento público.
Cumplida la presentación, un grupo de hombres se acercó a saludar; eran cantores quichuistas que hace décadas solían venir a la radio para cantar en el Alero Quichua Santiagueño, pero habían dejado el canto folclórico porque si cantaban otras cosas los llamaban de todas las fiestas y les pagaban por sus actuaciones.
El viaje de regreso ha sido con la satisfacción de haber contribuido a sostener el canto quichua y el haber recibido la aceptación de la gente quichuista de la zona, además de los cantores. Por otra parte, una vez más hemos comprobado que quienes manejan los recursos materiales impulsan otras expresiones artísticas, dejando de lado al quichua santiagueño y al arte nativo.
También es evidente que, cada tanto y en diferentes lugares, aparece alguien que dice: “Queremos incluir el quichua en lo que estamos haciendo”.
Hay que mantener el rumbo. Hay que seguir la huella; si no, estaríamos llullaspa (mintiendo) cuando decimos que fomentamos el quichua.
15 de Febrero de 2.022.