“Los pueblos que olvidan sus tradiciones, pierden la conciencia de sus destinos, y los que se apoyan sobre sus tumbas gloriosas, son los que mejor preparan el porvenir”. Esta invocación de gratitud que la posteridad debe a sus benefactores, fue expresada por el Dr. Nicolás Avellaneda, entonces Presidente de la Nación, en un acto muy importante para la Patria.
El 5 de abril de 1818, el Ejército Unido Libertador de Chile, que estaba formado por las tropas del Ejército de los Andes más el Ejército de Chile, derrotó al Ejército Real de Chile del imperio español en Cerrillos del Maipo, no muy lejos de la ciudad de Santiago de Chile.
El 5 de abril de 1877, aniversario de la Batalla de Maipú, Avellaneda presidió el acto conmemorativo que tenía como principal objetivo impulsar la repatriación de los restos del General Don José de San Martín. El honrar a nuestros próceres forma parte de las tradiciones argentinas. Hay todo un bagaje de acciones tendientes a manifestar respeto por nuestra Patria, que forman parte de nuestras tradiciones; entre ellas, podemos mencionar: Ponernos de pie y cantar el Himno Nacional cada vez que lo escuchamos en actos oficiales o particulares; izar la Bandera Argentina hasta el tope del mástil, por encima de cualquier otra insignia, incluso banderas provinciales; arriar la bandera a la puesta del Sol, siempre manteniendo una postura corporal acorde con la solemnidad del acto; mantener “limpios” los símbolos patrios, sin agregados en la bandera, el escudo, la escarapela o el himno.
Hay una cantidad de gente que merece ser recordada por sus acciones favorables a nuestra Patria, y sus buenas acciones deben ser valoradas, como un modo de promover el amor por lo nuestro y el deseo de hacer algo por nuestra nación o por nuestra provincia, además de los actos tradicionales. El amor por la Patria se manifiesta en todo momento, en toda oportunidad que haya para respetar nuestro acervo.
A fines de 1872, la gente de las ciudades y campos comenzó a leer o escuchar las estrofas de El Gaucho Martín Fierro; encontró en ellas el relato de sus costumbres, de parte de sus creencias, de sus sentimientos y del modo de hablar de muchos compatriotas, todo ello expresado con la belleza de la poesía. Entonces, el pueblo argentino se sintió identificado con Martín Fierro en algunas de las facetas de su modo de ser y de vivir. Una vez leído varias veces y aprendido parcial o totalmente, los lectores reclamaron al autor que escribiese más sobre Martín Fierro, cuya historia había terminado con su ida hacia las tolderías, huyendo de sus desgracias.
En 1879, José Hernández publicó La Vuelta de Martín Fierro, con lo que completaba el relato, aunque dejando la posibilidad de seguir si el ingenio o si la vida no le llegaran a faltar. El Gaucho Martín Fierro y La Vuelta de Martín Fierro comenzaron a imprimirse como un único libro, que fue llamado Martín Fierro o “El Martín Fierro”. El pueblo argentino incorporó Martín Fierro a sus costumbres, repitiendo sus afirmaciones y consejos, en muchos casos adjudicando a Martín Fierro consejos del Viejo Vizcacha o versos de otras obras costumbristas.
Ese transitar de Martín Fierro entre nosotros inmortalizó a su autor, al punto de que poco se tiene en cuenta la fecha de fallecimiento de José Hernández, pero había que brindar un justo reconocimiento a este hombre que fue político, militar, periodista, escritor y poeta. De todas sus acciones, la que le valió el reconocimiento nacional fue Martín Fierro, y para recordarlo especialmente en un día del año se decidió celebrar el cumpleaños de José Hernández como Día de la Tradición.
Nuestro pueblo, mayormente criollo, mestizo, con un vocabulario y entonación que indican su lugar de procedencia, tiene sus tradiciones y las conserva. Hace pocos días hemos vivido la tradición cristiana de recordar a nuestros muertos queridos. Mañana estaremos recordando a José Hernández de la mano de Martín Fierro y, en cada región argentina, la celebración tendrá sus características particulares.
La culinaria tradicional varía según la región; por ejemplo: En las provincias patagónicas, la forma de aprovechamiento de los alimentos regionales por parte de los pueblos que ya habitaban el Sur, se combinó con la cocina española y la de los distintos pueblos que inmigraron después. Algo similar ocurrió en el Litoral Argentino, en Cuyo, en el centro del país, en el Noroeste, también con diferencias entre las provincias que componen cada región.
En provincias patagónicas se consume carne de cordero, pero también de guanaco, y ya forman parte de las costumbres en ciertas regiones algunos platos y postres típicamente europeos. En gran parte del Litoral, la mandioca tiene un lugar central, pero se utiliza también en preparados propios de la inmigración. Según la región del país, la “torta frita” puede llamarse pastelito, masita, chipá cuerito, sopaipilla o de cualquier otra forma y habrá diferencias en la preparación, al igual que las empanadas o el locro.
La música, el canto y la danza marchan a la par y cada región tiene su bagaje característico, pero se nota que en todo el país tienen fuerte presencia la zamba, el chamamé, la chacarera y el tango. Las expresiones tradicionales de nuestra provincia son más valoradas fuera del territorio santiagueño que dentro del mismo, incluso por los propios santiagueños, que cuando estamos aquí parecemos estar buscando con qué derribar a nuestras tradiciones, pero cuando vamos a otro lugar y encontramos gente enamorada de las tradiciones santiagueñas, decimos con orgullo: “Pero nadie como el santiagueño para interpretar la música y la danza de Santiago”.
Mañana es Día de la Tradición y celebraremos los 187 años del nacimiento de José Hernández, autor de Martín Fierro, el gaucho que procura que haya un trato justo entre nosotros, diciendo entre otras cosas, porque de adentro le brota, que no tiene patriotismo quien no cuida al compatriota, advirtiéndonos también que debemos trabajar porque sangra mucho el corazón del que tiene que pedir. José Hernández, por boca de Martín Fierro, nos insta a ser unidos para evitar que nos devoren los de afuera, aclarando al final que todo lo que dice no es para mal de ninguno, sino para bien de todos.
09 de Noviembre de 2.021.