La frase bienintencionada pretende ser una voz de aliento y reconocimiento; por lo tanto, hay que aceptarla y agradecer. No cualquier movimiento cultural consigue sostenerse por varias décadas, más aún si es un movimiento nativista. 

Basándonos en los relatos escuchados y leídos, podemos armar un esbozo de historia de nuestro munascka (querido) Alero Quichua Santiagueño. No olvidemos que casi toda actividad cancionera encarada sin pretensiones profesionales, comienza teniendo como único objetivo la concreción de lo soñado por una persona o un grupo de personas, sin pensar en registros ni libros de actas. En los años en que inició su actividad el Alero Quichua Santiagueño no era común tomar fotos, pues eran pocas las personas que tenían una máquina fotográfica y quienes las tenían cuidaban los rollos de la cámara, así que tomaban fotos únicamente a lo que consideraban un gran acontecimiento. 

En la década de 1950, los únicos medios masivos de difusión en nuestra provincia eran el diario y la radio. El diario local llegaba prácticamente a todos los rincones de la provincia, al igual que la radio. Cuenta Don Sixto Palavecino que cuando vivía en Salavina, tuvo noticias de la actividad del Profesor Domingo Bravo gracias al diario El Liberal. Iniciaron entonces una relación amistosa y de mutua admiración, primero por carta y después personalmente. 

En 1959, el Profesor Bravo comenzó a emitir por LV11 Radio del Norte su programa Ashpap ‘Rimaynin (El habla de la tierra), en el que participaba Rubén Palavecino, por entonces alumno de la Escuela Industrial de la ciudad de Santiago del Estero. Era un programa dedicado a la difusión del quichua y la participación de Rubén, hablante del quichua, fue muy valiosa y apreciada por el Profesor Bravo. 

Años después, amigo ya de Felipe Corpos gracias a un encuentro fortuito en un ómnibus urbano, Don Sixto le confió a Corpos su intención de hacer un programa de radio en quichua, a lo que Felipe había respondido que había pensado en lo mismo y que estaba totalmente dispuesto a trabajar en la idea, según contaba Don Sixto. Ambos decidieron reunir más gente. Don Sixto sugirió invitar al Profesor Bravo, que seguía su trabajo de investigación y enseñanza pero que había dejado la audición de radio hacía unos años. Felipe Corpos sugirió invitar a Don Vicente Salto, quichuista del departamento Figueroa como él. 

Así se fue sumando gente a un proyecto que iba tomando forma, hasta que resolvieron que ya se podía pedir un espacio en LV11. Por ese entonces, el director artístico interino de la emisora era el bandoneonista Alberto Pérez, amigo de Don Sixto. Contaba Don Sixto que fueron él y Felipe Corpos juntos hasta la esquina cercana a la radio y que Corpos le dijo que fuese él solo para hablar con el director. Don Alberto Pérez le había aceptado la propuesta, con la condición de que todo lo hablado fuese traducido al castellano, que presentasen el libreto antes de cada emisión y que era responsabilidad de Don Sixto el cumplimiento de lo acordado. 

Contentos, comunicaron la buena noticia al grupo una vez reunido, y contaba Don Sixto que fue en la máquina de escribir de Raúl Salvatierra donde se escribieron los primeros libretos para el programa radial que aún no tenía nombre. El primer Domingo de Octubre de 1969, salió al aire la primera emisión, presentada como Audición Quichua, con el comienzo a cargo de la elocuente voz de Felipe Corpos y un discurso de inauguración del ciclo a cargo del Profesor Domingo Bravo. 

Tiempo después, el grupo decidió que el programa se llamaría Alero Quichua Santiagueño. Tenemos en el archivo de fotos históricas, una fotografía tomada en la radio, en la que se puede ver, entre otros, a Don Sixto, Don Pedro Silvetti, "Ubicho" Santillán, Julio Rodríguez Ledesma, Don José Marcelino Ruiz, Manuel Luna, Rubén Palavecino, "Canquita" Orellana, Juan Carlos Almada, Carmen Palavecino, Don Vicente Salto, Felipe Corpos y Don Julio Domingo Ayunta. No tenemos la fecha de esa fotografía. 

Pasaron los años, cumpliéndose ciclos que eran inaugurados con un discurso del Profesor Bravo, hubo grandes logros, como la grabación de cinco discos y actuaciones en distintos lugares, hasta que en Diciembre de 1974 falleció Felipe Corpos y se produjo el primer gran cambio en el programa; la conducción pasó por varias personas hasta que quedó en Rubén Palavecino. 

Siguió la renovación de gente. Al cumplirse los diez años del programa, se hizo en el teatro 25 de Mayo un encuentro de santiagueños y correntinos, de quichua y guaraní, gracias al apoyo del entonces Jefe de Policía, el correntino Teniente Coronel Ramón Alonso. Después del programa del Domingo, hubo un tincunácuy (encuentro, reunión) de fiesta en una finca de El Zanjón. Siguieron los ciclos radiales, con eventuales cambios, habituales avances de intérpretes de música criolla distinta a la que marcaría el rumbo ideado por los fundadores, y en uno de los aniversarios quedó escrito en una revista publicada en nombre de nuestro Alero, que la fecha fundacional era el 6 de Octubre. 

Ya en el nuevo milenio, con acceso popular a recursos tecnológicos antes poco conocidos, descubrimos que el 6 de Octubre de 1969 fue Lunes. Para convencernos, fuimos a la hemeroteca de la biblioteca 9 de Julio para ver los diarios de la época y corroboramos que el primer Domingo de Octubre de 1969 era el día cinco. 

No faltó quien dijo creer que el Alero Quichua había comenzado en 1968, año en que el primer Domingo de Octubre fue el día seis. La falta de registros anotados y las dudas surgidas, nos llevaron a convenir que el Alero Quichua Santiagueño nació el primer Domingo de Octubre de 1969, así que este Domingo hemos celebrado con un programa especial de casi tres horas y media, que ha quedado grabado y disponible para quien quiera escuchar, en nuestra página www.aleroquichua.org.ar 

Cunan punchaupi, en este día, nos queda por decir: Feliz aniversario, querido Alero Quichua Santiagueño.    

05 de Octubre de 2.021.