Terminó el ciclo 2.007 del Alero Quichua Santiagueño, que este año estuvo dirigido a reconocer el trabajo del Profesor Doctor Domingo Antonio Bravo, pionero de la enseñanza quichua en nuestra provincia e integrante de nuestra agrupación durante muchos años. Terminaron los ciclos lectivos en los cursos de quichua, al igual que en las escuelas de todas las especialidades y niveles de la comunidad. En algunos puestos de trabajo se preparan para un receso de fin de año que permitirá disfrutar de vacaciones. En muchos lugares, el servicio es igual o más intenso en esta época que durante el resto del año. La actividad rural, por ejemplo, está condicionada por los ciclos naturales y no por los festejos tradicionales de las distintas civilizaciones. Muchos santiagueños están trabajando fuera de la provincia, en tareas del campo o relacionadas con el turismo. Pablo Raúl Trullenque se refirió a esta situación al decir “La chacarera más linda, es esa que pueda escuchar estando lejos del pago en el brindis de Navidad.”
Nuestros coterráneos están diseminados por el mundo. En algunos casos han salido siguiendo al horizonte inalcanzable, movidos por el espíritu nómade de remotos antepasados. En otros casos, han salido del pago buscando mejores condiciones de vida para los suyos. Pero en el fondo de su ser, el santiagueño peregrino siempre guarda el anhelo de volver al suelo querido para quedarse en forma definitiva. En estos días de fin de año, cuando muchos hacemos un balance anual o de todo lo vivido y nos planteamos objetivos para los próximos doce meses, sería bueno para los que están llegando a la vida, si procurásemos el modo de crear las condiciones para que el santiagueño parta de viaje únicamente siguiendo el mandato de su espíritu aventurero, y no por que en su tierra no encuentra la oportunidad que necesita. En todo ámbito en que nos desenvolvemos, debemos tratar de crear un ambiente fraterno, donde haya cabida para todos los sueños mejoradores de la vida en comunidad. No es fácil, pero debemos esforzarnos por aceptar a ese prójimo con el cual no coincidimos, pues él está buscando solución para los mismos problemas que nos agobian, sólo que desde otro ángulo. Una tarea especialmente difícil es la de acercarnos a quien está siguiendo un rumbo errado y tratar de reencauzarlo. Lo que complica sobremanera estos intentos, es nuestra natural tendencia a ubicarnos por encima del hermano equivocado. Entonces, es posible que nuestra primera tarea sea la de tomar cada uno de nosotros el cauce deseable, que nos lleve a la aceptación del prójimo, del hermano. Así estaremos rumbeados a conseguir mejores condiciones de vida para nuestros hijos y los hijos de nuestros hermanos.
Sería ancha alli (muy bueno) rogar y obrar para que durante el año 2.008 podamos aceptar, reconocer y ayudar a quienes se dispongan a trabajar por la difusión de nuestras tradiciones, especialmente la lengua quichua. Para el ciclo 2.008 del Alero Quichua en Radio Nacional, ya está determinado que se evocará y reconocerá a una humilde mujer que dedicara su vida a sus hijos y al Alero Quichua Santiagueño: La Michi Sosa. Esta valoración de una mujer criolla, anónima para el público, nos hace pensar que estamos en el rumbo cierto: sin pereza para luchar de varios modos por la lengua quichua, sin distorsionar las historias pequeñas o grandes, y sin la pretención de quitar méritos a nadie. ¡Ama súa, ama llulla, ama ckella!
19 de Diciembre de 2.007.