Cada año, para esta fecha se hace el gran encuentro de fieles en la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca. Después de muchos años, esta vez no será así por disposición de las autoridades gubernamentales.
 
En los primeros años de nuestro Alero Quichua Santiagueño, no faltaba la evocación de esta gran fiesta criolla de la devoción mariana por parte de la Dra. Amalia Gramajo de Martínez Moreno, en diálogo con Felipe Corpos, conductor del programa. El matrimonio Martínez Moreno recibía en su casa con mucho gusto a la gente del Alero Quichua. En el Centro de Artesanías, que funcionaba hasta hace pocos años en la casa de la Dra. Amalia y del Profesor Hugo

Martínez Moreno, Felipe Corpos y Vicente Salto iniciaron la Escuela de Quichua del Alero. Además, en esa casa se realizaron inolvidables tertulias con gente de la cultura de nuestra provincia, en las que Felipe Corpos era uno de los participantes habituales. 

En 1974, el día de la Virgen del Valle fue justamente un día Domingo y algunos integrantes del Alero, con Felipe Corpos a la cabeza, estaban recién llegados de un festival folclórico en Icaño, departamento Avellaneda. Fue un lindo programa radial, con unos buenos diálogos en quichua y castellano, con la habitual participación de músicos y cantores, algunos de ellos quichuistas. 

Al día siguiente impactó a todos la noticia: Felipe Corpos había sufrido un grave accidente en su trabajo; al encender la luz para iniciar la jornada del comercio en que trabajaba, una pérdida de gas había calcinado su cuerpo con una explosión. Ante la gravedad de su estado, pese a que estaba consciente, Corpos fue llevado a Buenos Aires a un centro especializado en quemaduras. 

Felipe Benicio Corpos había nacido en el departamento Figueroa, en plena zona quichuista del Río Salado y se había criado bilingüe. Una vez terminada la escuela secundaria en la ciudad de Santiago del Estero, había iniciado una carrera universitaria en Córdoba. Regresó a Santiago para formar su familia con su esposa cordobesa y empezó a trabajar en un comercio muy importante del centro de Santiago.  

Cuentan que a veces, Corpos iba o volvía caminando entre su casa y el centro. Esas caminatas, casi siempre acompañado por alguno de sus amigos, daban como resultado una conversación fructífera; por eso es que no faltaba quien quisiera caminar con Felipe Corpos; esas conversaciones solían incluir la sugerencia para leer determinado libro, o el préstamo de ese libro según las posibilidades y el grado de confianza para con el interlocutor.  

Si iba en el ómnibus, Corpos también encontraba enseguida un amigo con quién conversar. Fue en un viaje de ómnibus desde el centro que conoció a Don Sixto Palavecino, por causa del saludo en quichua que hacía Don Sixto al subir en el colectivo. Corpos respondió al saludo, también en quichua, para comenzar así una conversación de la que nació una de las amistades más prolíficas del quehacer cultural de Santiago del Estero. 

Contaba Don Sixto que, cuando Corpos lo invitaba a su casa, lo acompañaba a esperar el ómnibus que llevaría a Don Sixto a su barrio Tala Pozo; la conversación se prolongaba hasta el estribo del colectivo y siempre quedaba algo pendiente para el próximo encuentro. 

En una de esas esperas en la esquina de la avenida Belgrano y calle Viamonte, habían coincidido en la intención de hacer un programa de radio en quichua. Corpos sugirió invitar a Don Vicente Salto, Don Sixto sugirió invitar al Profesor Domingo Bravo, y así fueron agregando nombres hasta formarse el grupo inicial que se dedicó a la difícil tarea de realizar un programa en la única emisora de radio en nuestra provincia. Don Sixto consiguió de su amigo Don Alberto Pérez, Director interino de LV11 Radio del Norte, la autorización para que el primer Domingo de Octubre de 1969 saliera al aire la audición quichua conducida por Felipe Corpos, con un breve discurso inaugural por el Profesor Domingo Bravo, quien diez años antes hiciera en esa misma radio la audición bilingüe Áshpap ‘rimaynin. 

Poco tiempo después, el grupo liderado por Felipe Corpos, decidió llamar Alero Quichua Santiagueño a la convocatoria radial de cada Domingo que hasta entonces era solamente una audición quichua. El Alero Quichua comenzó a calar hondo en el pueblo santiagueño y a diversificar sus actividades, con Felipe Corpos como líder del grupo, secundado muy de cerca por Don Vicente Salto y teniendo como figura principal a Don Sixto. 

El Alero tuvo su escuela de quichua, grabó cinco discos hasta 1974, organizó reuniones para debatir sobre temas culturales muy importantes y llevó su canto quichua a distintos lugares de la provincia. 

La calidad poética de Felipe Corpos se manifestó en poemas y letras de temas musicales, además de su gusto por el canto improvisado en memorables payadas que surgieron en cada tincunácuy (reunión). Puso letra a temas musicales existentes, como La Atamishqueña, de Don Andrés Chazarreta, o La Ronquera, de Don Escolástico Castaño; también puso letra a nuevos temas, creados por Juan Carlos Almada, Toño Rearte, Eduardo Manzur, Rubén Palavecino, Marcelo Orellana, Elpidio Herrera, Alberto Pérez, pero la mayor parte de sus letras tienen música de su querido compadre Don Sixto Palavecino. 

Decía el bombisto Raúl Salvatierra que las creaciones de Felipe Corpos estaban tomando cada vez mayor vuelo, y citaba como ejemplo el poema Mi primera hebra blanca y la letra de Zamba para el tiempo sin amor. 

También comentaban Raúl, Cacho Lobo y otros amigos, que algunas de las letras de Corpos parecían premonitorias por la recurrente alusión al fuego: Atizando mis amores, La Ñaupa Ñaupa (“Me han de quemar los engaños y han de chamuscar mi vida”...), El amoroso (“Amor, amor, prendeme, quiero arder como un candil llamando mariposas.

Quemando luz me apago yo también.”), Cuando duele la verdad (“¿Por qué los besos ardían en la astilla de mi piel? Si en su calor, llama y carbón, ponía cenizas en mi ser”). En Zamba para el tiempo sin amor también menciona el fuego al decir: “En las hogueras del Sol amanece”. 

El 13 de Diciembre de 1974 falleció Felipe Benicio Corpos. Su obra quedó disponible para el gusto de cantores, recitadores y toda persona amante del arte nativo. El fuego explosivo del accidente lo convirtió en un candil del nativismo santiagueño.        

08 de Diciembre de 2.020.