Así cuenta Don Sixto Palavecino en su chacarera Una tradición, cuando dice que le habían contado de una vez que en que en su casa se habían descuidado y cuando menos pensaron, Tanicu se había apoderado de su hogar. Lo describe como “petiso, desnudo, fiero y patón. Flaco por que es carecido; sombrerudo y cabezón”.
No se sabe bien de dónde ni de cuándo viene la creencia tradicional de Tanicu, al que también llaman Múchuy o Dios de la carestía. En su Cancionero quichua santiagueño, el Profesor Domingo Bravo muestra una estrofa que era cantada por Antonio Sosa, posiblemente el atamishqueño José Antonio Sosa: Presentacuara Múchuy./ Yana cara, chujchan sinchi./ Bisgu, quirusnin tucuscka,/ deberá cayta ususcka/ porque ancha tullu cara. (Se me presentó Múchuy./ Era negro, pelo duro./ Bizco, su dentadura acabada./ Deberá ser carecido/ porque muy flaco era).
En su Diccionario Quichua santiagueño – Castellano, el Profesor Bravo dice de la palabra Múchuy: “Carecer, sufrir carestía, pasar necesidad. Carestía, escasez.” Respecto a Múchuy como nombre, agrega: “Su nombre dice: Carestía, necesidad, falta de medios de subsistencia.” En cuanto al nombre Tanicu, en su Diccionario nos dice que posiblemente sea de origen onomatopéyico, por el sonido “tan” del mortero al moler y el sufijo cu, indicador de que el nombre tiene mucho de lo que dice la raíz de la palabra; es decir que tiene mucho sonido “tan, tan, tan”.
Una de las ofensas que irritan al Tanicu es el uso del mortero vacío, hacer que el mortero suene cuando no se está moliendo nada. La otra ofensa, la más conocida, es la de no tener una mesa pródiga de alimentos el primer Domingo de Octubre, pues en esos casos, la pobreza que trae Tanicu se apoderará de la casa hasta el próximo año, cuando el primer Domingo de Octubre la familia tenga oportunidad de enmendarse. Lo que cuenta la chacarera de Don Sixto, al comienzo exhorta a no descuidarse el primer Domingo de Octubre, y después nos dice: “Resulta que cuentaarancu (resulta que me contaron), que en casa se han descuidao…”
La idea tradicional de que Tanicu o El Tanicu sale cada primer Domingo de Octubre a recorrer los hogares para comprobar que en cada uno de ellos son generosos con la comida, existe en la zona cercana a Villa Salavina. La mesa abundante y con invitados crea un clima de alegría y ganas de festejar, con el consecuente encuentro musiquero y cantor, con abundante canto quichua.
Don Sixto relata esa tradición en su chacarera, mas o menos al mismo tiempo que en el Sur de nuestra provincia esa tradición se iba perdiendo, subsistiendo en unas pocas familias que seguían practicando esa costumbre anual. Hace unas décadas, un grupo tradicionalista de Córdoba propició el regreso de la tradición del Tanicu armando una fiesta en la localidad de Cerrillos, la que se fue repitiendo cada año. Con el fallecimiento de los principales impulsores del grupo, el nuevo renacer de esta tradición tuvo un lapso de retroceso, hasta que gente de una escuela de Salavina comenzó a hacer cada año una fiesta que en poco tiempo tomó la forma de Festival del Tanicu.
Cada primer Domingo de Octubre, en Los Cerrillos y Villa Salavina hay una gran concentración de gente de todas partes en un festival muy parecido a los otros festivales, con algunas características particulares. Las familias tradicionalistas prefieren quedar en su casa y celebrar al Tanicu tal como indica la costumbre que viene desde tiempos ñaupas (antiguos).
No sabemos cuándo ni dónde nació esta costumbre que se arraigó en el departamento Salavina. Gracias a Don Belindo Farías primero y gracias a Internet después, hemos sabido que en la zona guaranítica de nuestro país hay una tradición similar, que casi todos dicen habría venido del Paraguay.
En la región guaraní, el ser mitológico se llama Caraí Octubre o Karai Octubre, que se traduciría como Señor Octubre. Hay grandes similitudes con la tradición que se conserva en Salavina. Esta tradición es celebrada el primer día de Octubre, al margen de cuál día de la semana sea el 1 de Octubre.
Dicen que el comienzo de Octubre es época de siembra nueva y de flores en el monte, no de frutos, así que a esta altura del año, las familias dependen de su trabajo productivo anterior y de las previsiones que hayan hecho. En todo caso, también dependen de un espíritu solidario entre las familias de la comunidad, las que deben ayudarse mutuamente para caer en la carestía en esta época de transición entre tiempos de abundancia.
Cada primer día de Octubre, Karai Octubre visita los hogares, con su aspecto desagradable, con su sombrero de duende, con una mazorca de maíz en una mano y un látigo en la otra, para premiar con abundancia o castigar, según haya encontrado generosidad o falta de previsión.
Nos cuentan que la tradición de Caraí Octubre es muy fuerte en el Paraguay, Don Belindo era invitado a la fiesta en Formosa, también nos dicen que hay celebraciones de Caraí Octubre en el Chaco, en Corrientes y en Santa Fe, todo en las regiones de cultura guaranítica de cada provincia.
Dicen en aquellas provincias que es una tradición anterior a la llegada de los españoles, pese a que se denomina con el nombre de un mes según el calendario europeo. Karai Octubre es una muestra más del sincretismo imperante en las tradiciones criollas.
Tanto en esas zonas guaraníes como en nuestra zona quichuista del Río Dulce, la finalidad de esta tradición es la de adoptar el hábito de la previsión, tal como enseñan distintas culturas, de donde surgen los depósitos de granos, el salado y ahumado de carnes, la domesticación de animales, la siembra y, en sí, el trabajo de hoy para no carecer mañana.
También está en esta tradición la antigua y siempre vigente convicción de que para no decaer, es necesaria la solidaridad entre los integrantes de la comunidad. “La generosidad bien entendida comienza por casa”, suelen decir, pero no deberíamos olvidar que tal generosidad no puede ni debe quedarse solamente en casa.
29 de Septiembre de 2.020.