Es una pregunta recurrente de estos tiempos, y es respondida de diversas formas, habida cuenta de que, como dice nuestra gente: Cada casa es un mundo.
No es imprudencia el preguntar qué es lo que uno hace; es parte de la conversación y, como toda pregunta, puede ser respondida o no, y la respuesta no tiene las obligaciones que tendría una confesión religiosa o un testimonio legal. En una conversación, la veracidad de la respuesta depende del grado de afecto hacia la persona que preguntó. No deja de ser válido responder: “No quiero hablar de eso”.
Hay gente que gusta de mostrar lo que hace; mejor dicho, algunas de las cosas que hace son para mostrar. No siempre lo que se muestra públicamente es un producto que está a la venta. Hay demasiadas motivaciones para dar a conocer lo que se hace, casi tantas como la cantidad de personas que exhiben lo suyo. Cada casa es un mundo y cada persona también.
Una feria es un lugar donde se reúnen personas a exhibir productos que quieren vender y personas que van a ver si encuentran lo que quieren comprar. En cierto modo, Internet ofrece ferias virtuales donde encontrarse para el intercambio. También hay quienes tienen productos para vender, pero no van a la feria; tienen un local fijo en el que esperan la llegada de los posibles compradores, los que entrarán atraídos por lo que se expone en la fachada del local o por anuncios que pueden haber sido difundidos por distintos medios.
Cada uno decide respecto a lo que hace, cómo lo hace y si va a darlo a conocer, todo dentro de las normas de convivencia impuestas por las autoridades públicas y dentro del buen criterio.
Hace más de cincuenta años y medio, un grupo de hombres que compartían inquietudes en cuanto al quichua y deseaban difundirlo para promover su crecimiento, se puso a trabajar sobre la idea inicial de hacer un programa radial en quichua. En sucesivas reuniones fueron dando forma concreta a la idea, hasta convertirla en libretos que exigía la emisora y estar listos para comenzar, el primer Domingo de Octubre de 1969, el programa radial que aún se mantiene vigente y activo.
El Alero Quichua Santiagueño pasó por distintas etapas, con el agregado y retiro de actividades según factores externos e internos, pero siempre firme con el programa radial. La vez que hubo grandes disidencias por las finalidades que tendría el Congreso Internacional de Quichua en Santiago del Estero, un grupo muy reducido de gente quedó haciendo el programa radial. Cuando ese pequeño grupo humano comenzaba a crecer, la radio local perdió potencia de emisión, desalentando a los cantores y algunos de los participantes habituales, pero providencialmente apareció el ofrecimiento de la Fundación Tárpuy para sacar el programa al aire por Internet. Cuando hubo un lapso de varios meses sin poder emitir el programa por trabajos en el edificio de la emisora de radio, el Alero Quichua se mantuvo activo compartiendo el canto y el habla quichua en reuniones particulares y en peñas folclóricas.
Pasó el año del quincuagésimo aniversario del Alero Quichua Santiagueño y estaba toda la intención de comenzar un buen ciclo dos mil veinte, nominado para este año como Elpidio Herrera. Estábamos esperando la autorización de las autoridades de Radio Nacional, cuando surgió la cuarentena por causa de la pandemia. Había que esperar 14 días y después concurrir a la radio para combinar el comienzo del ciclo anual.
Comenzaron a llegar noticias de que las condiciones de la cuarentena se prolongarían en el tiempo, cuando surgió la propuesta de hacer reuniones por Internet para mantener activo al grupo, idea que fue cambiada por la de hacer el programa radial y emitirlo por la página de Internet. Se preguntó en la emisora local si el programa hecho por Internet podría ser puesto en el aire por la radio, recibiendo respuesta negativa.
El Domingo 5 de Abril salió al aire por Internet el primer programa del ciclo Elpidio Herrera. El mismo había sido armado como se construye un muro o una columna: Ladrillo sobre ladrillo. El sistema que se utiliza es sencillo: Cada participante graba su participación desde la casa y la envía al grupo mediante un teléfono móvil. Cada semana se reúnen todas las grabaciones y se las compagina en el orden en que van a ir apareciendo durante el programa radial.
Todas esas grabaciones breves, hechas por cada uno en la casa, se envían al editor para que corrija lo que sea necesario y factible corregir, haga de todos los archivos de audio uno sólo y coloque ese resultado final en la sección Programas Emitidos de la página en el horario habitual de emisión del programa, cada Domingo a las 10 de la mañana. A partir de esa hora, el programa queda ahí, disponible para quien quiera escucharlo en cualquier momento.
Cada semana está la participación de un grupo de entusiastas del quichua y de las expresiones nativas de Santiago del Estero, con una tarea más entre las que seguramente tiene cada uno. La emisión del programa es dada a conocer a la mayor cantidad posible de gente, utilizando Internet y la telefonía para buscar una gran cantidad de oyentes, como si estuviésemos saliendo al aire también por radio. En la provincia de Buenos Aires, la Radio Norteña retransmite el programa en el horario de siempre en AM 1520; emite desde Los Polvorines, domicilio de José Barraza, dueño de la emisora. También en la provincia de Buenos Aires, pero desde su casa en Berisso, Luis Kakimoto retransmite una parte del Alero Quichua cada Sábado de 18 a 20 h por la FM Auténtica 88.1 que transmite desde la ciudad de La Plata.
Fiel al mandato Ama ckella (No a la pereza), la gente del nativismo bilingüe sigue activa durante la época de cuarentena, cada uno haciendo algo por lo nuestro desde la casa, gracias a las computadoras, los teléfonos celulares y a la capacidad de adaptación para cada momento de la vida.
Durante la cuarentena, el Alero Quichua Santiagueño continúa activo, gracias a la buena voluntad de la gente de Tárpuy, de integrantes y simpatizantes del Alero, de los difusores que están atentos a nuestro movimiento cultural, y de los oyentes que se unen a la sombra de este alero imaginario.
Siguiendo las disposiciones gubernamentales para esta época especial, seguimos unidos y haciendo algo por el quichua, sin fines comerciales, siempre por amor a los auténticos valores tradicionales de nuestro terruño.
09 de Junio de 2.020.