Esta estrofa forma parte de la chacarera Noticias del Monte, de Don Sixto y Rubén Palavecino. La lengua, el idioma, el lenguaje que utiliza una comunidad, es parte de su bagaje cultural. Las influencias externas y el modo de expresarse que viene de los mayores, interactúan con las preferencias de la comunidad y dan como resultado un modo particular para expresarse. Suele haber un grupo dominante que impone cambios en el uso del idioma en forma sutil o abiertamente, valiéndose para sus imposiciones de medios materiales propios o tomados de la comunidad. De un modo u otros, serán los hablantes quienes tengan la última palabra. La cultura de un pueblo está definida por varios rasgos particulares; la lengua es uno de ellos.
Contaba Don Sixto Palavecino que nació y vivió los primeros años de su vida en Barrancas, que después de fallecidos su abuelo, un hermano y su madre, pasado un cierto tiempo, decidieron con su otro hermano mudarse hacia Villa Salavina, distante unos veinte kilómetros al Sur. Al mudarse hacia un lugar más poblado, llevaban con ellos el bagaje cultural propio de quien había vivido en una casa rodeada de montes y campo, con vecinos a una cierta distancia, en un caserío disperso y con la mayoría de las parcelas de terreno sin definición de límites y mucho monte que aparentemente era “del fisco”.
En Villa Salavina la vida era distinta, pues los vecinos estaban muy cercanos entre sí, el monte no estaba lejos, pero ya no era lo mismo; en la villa había otro movimiento, era otra forma de vivir. En Villa Salavina puso un almacén de ramos generales y entre sus proveedores estaba el esposo de Juanita Simón. Muchas veces, Juanita iba a los lugares a los que cantaban los autores del canto criollo, como Salavina. De esa relación comercial nació una amistad, por la cual y por mérito de sus creaciones, Los Hermanos Simón fueron los primeros en grabar un tema de Don Sixto: La chacarera Huackachiara (Me hizo llorar).
Cabe recordar que cuando vivía en Barrancas ya tocaba la música nativa, la que había aprendido de su abuelo, de sus hermanos y de músicos que se destacaban en los bailes y fiestas que había ocasionalmente. En Villa Salavina, la actividad musical aumentó, sin desatender su trabajo.
Con dos de sus hijos estudiando en la ciudad capital, decidió vender su negocio e instalarse en la ciudad de Santiago del Estero. Ese traslado fue una experiencia inolvidable para su familia, con sabores y sinsabores, pero fue fundamental para el crecimiento artístico. Contaba Don Sixto que había pensado que no podían vivir así: Los hijos en la ciudad capital y los mayores en Salavina, por lo que decidió encarar un negocio en Santiago. Lo del negocio nunca se concretó, pues dentro de la cultura humana el engaño se hace presente en ciertas ocasiones.
Dedicado a la peluquería, que había comenzado a practicar con sus hermanos en Barrancas, encontró un medio de vida con el cual sostener el hogar y mejorar la casa donde se instalaron, en el barrio llamado entonces Ranchos de Tala Pozo, luego Tala Pozo y finalmente Almirante Brown. La cultura del trabajo y del sacrificio, arraigada desde la infancia, tal como ocurre con la gente sachera, le ha permitido superar las adversidades y continuar compartiendo su arte, pocas veces debidamente remunerado, pero con la satisfacción de ir reinsertando poco a poco el quichua en la cultura de los “puebleros” (gente de la ciudad).
El hecho de encabezar junto a Felipe Corpos el grupo creador del Alero Quichua Santiagueño, fue uno de los grandes logros de Don Sixto en su lucha a favor de la cultura quichua. El programa radial se difundió por la única emisora de radio que había en Santiago, con cobertura en todo el territorio provincial. Su labor difusora mediante la grabación de discos y sus presentaciones en radios y escenarios de todos el país, fueron haciendo realidad su sueño de “quichuizar al mundo”.
Recorriendo distintos ámbitos, Don Sixto hizo conocer la música sachera santiagueña y el modo de ser del quichuista. Esta siembra cultural alcanzó también a personas, famosas o no, que cultivaban otros géneros musicales y a varias de esas personas las hizo cantar chacareras.
El reconocimiento a su labor cultural fue llegando poco a poco, como si fuese un tacko (algarrobo) que va creciendo lentamente pero con fuerza: El sincero elogio de amigos y compañeros en Santiago del Estero, Rosario y Buenos Aires, la consagración en festivales nacionales, la edición y difusión de su traducción al quichua del Martín Fierro, el doctorado Honoris Causa otorgado por la Universidad Nacional de Rosario (provincia de Santa Fe) y la ovación recibida en su última aparición pública en el Festival de la Salamanca 2009. Todo esto y muchos homenajes más, son una muestra de que la cultura no es un negocio, sino que es un valor intangible y a la vez más sólido que lo material.
Don Sixto falleció en la ciudad de Santiago del Estero el 24 de Abril de 2009. En homenaje a su labor, cada 24 de Abril es Día de la Cultura Quichua por Ley Provincial Número 6978 del año 2.010.
La cultura quichua tiene un arraigo de más de cuatro siglos en nuestra provincia, ya sea que haya llegado antes que los españoles o junto con ellos. Las distintas etapas históricas por las que pasó Santiago del Estero fueron moldeando su cultura. Después de la fundación de la ciudad capital por Francisco de Aguirre, pasó a ser cabecera de un vasto territorio y envió expediciones fundadoras de otras ciudades. Al perder su condición de capital provincial, la evolución de las condiciones de vida cambió en la ciudad de Santiago del Estero y su zona cercana de influencia, causando situaciones tensas por el trato desigual que recibía de Salta primero y después de Tucumán.
Al ser poco menos que un lugar de paso, el pueblo de Santiago del Estero afianzó su cultura quichua y se tornó un pueblo bilingüe. En 1815 y 1817, el Coronel Juan Francisco Borges intentó lograr la autonomía provincial y acabó pagando con su vida el atrevimiento de intentar poner a nuestra provincia en su lugar.
El Comandante Juan Felipe Ibarra (quichuista) consiguió declarar la Autonomía Provincial el 27 de Abril de 1820, decidiendo no reconocer otra soberanía ni superioridad sino la del Congreso que debía reunirse para organizar la federación.
Santiago del Estero es provincia autónoma,criolla, bilingüe, con una fuerte cultura quichua.
21 de Abril de 2.020.