Es una buena actitud la que enuncia Don Vicente Salto Taboada en Una y Otra, poesía a la que Don Sixto Palavecino puso música de chacarera. Esta letra de Don Vichi Salto compara al amor con el juego de azar en distintas situaciones. El factor suerte es muy importante en el juego; dicen que la suerte va y viene, por eso es mejor no vanagloriarse cuando andamos con suerte y no debemos abatirnos si la suerte ha sido esquiva.
Cuando uno se dedica a una actividad lucrativa, actividad necesaria para subsistir y progresar, no puede o no debe estar dependiendo de la suerte, sino de su propia capacidad laboral, la que ha de incrementarse con la experiencia. Una actividad laboral debe ser realizada con la mayor eficiencia posible, pues de ello depende la posibilidad de mejorar en la misma actividad o de acceder a trabajos mejores. Teniendo en cuenta los límites establecidos por la honestidad y el cuidado de uno mismo, se debe hacer todo lo posible por lograr mejores resultados, lo que nos brindará mayores satisfacciones económicas. Cuando uno trabaja, debe procurar una producción de bienes o servicios cada vez mejores y en una mayor cantidad, pues de ello depende el éxito económico, que es lo que buscamos cuando trabajamos con fines de lucro.
Lo que se hace por amor es muy distinto a lo que se hace por dinero, de hecho, aunque hay algunos puntos de encuentro entre las características de lo que se hace por dinero y lo que se hace por amor. Si en un trabajo lucrativo uno pone todo su empeño y se dedica a ese trabajo con cariño, el resultado ha de ser bueno, y uno estará disfrutando de lo que hace por obligación, como si tal obligación no existiese. Suelen decir: “Si no trabajas en lo que te gusta, haz que te guste tu trabajo”.
Si se trata de una acción no lucrativa, una actividad de las que se hacen por placer, también es bueno actuar con un grado de responsabilidad y compromiso, como si de una actividad laboral se tratase. Un ejemplo de algo realizado por el sólo placer que ello produce, es cualquier actividad artística. Si un aficionado a la pintura toma ese bello arte como un pasatiempo, como un “cable a tierra”, obtendrá de su práctica grandes satisfacciones. Si esa misma persona decide exponer sus obras, deberá comprometerse y dedicarse para que la exposición de lo suyo se cumpla tal como se prometió.
La difusión del quichua y del arte nativo es una actividad placentera en la que incluimos una cuota de compromiso, por que nos hemos fijado objetivos que van más allá del buen momento que significa cada interpretación cancionera o cada diálogo quichuista. Este trabajo sin fines de lucro, iniciado hace medio siglo por amantes del habla quichua y del arte nativo, al que llamamos Alero Quichua Santiagueño, se hace desde sus comienzos con amor y por amor a nuestro terruño y a todo lo que ello significa.
Hace más de cincuenta años han sido fijadas las pautas para esta actividad, por parte del grupo inicial que debatió amablemente como quien compartir la mesa y el canto nativo. Hubo un tiempo en que fue necesario dar forma de programa radial a sus inquietudes quichuistas y cancioneras. Ya había un antecedente en Ashpap ‘Rimaynin, el programa radial del Profesor Domingo Bravo, el cual podía ser tomado como guía, pero el Alero Quichua Santiagueño sería distinto: Un movimiento que iría creciendo en cantidad de cultores y en actividades destinadas a la valoración y difusión del quichua.
Así, con el correr de los años y el paso de cada ciclo bimestral primero y anual después, la gente del Alero Quichua, poniendo su amor por lo nuestro y su esfuerzo desinteresado, ha ido cosechando grandes satisfacciones por logros colectivos o de algunos de sus integrantes. Entre las grandes satisfacciones podemos mencionar, para no entrar en una lista muy larga, los premios y reconocimientos recibidos para el programa radial, la grabación de discos documentales, las presentaciones en distintos escenarios, el surgimiento a la fama por parte de algunos de los artistas participantes en los Domingos de Alero Quichua, el surgimiento de programas radiales también dedicados a la difusión del quichua… y muchas otras alegrías.
Hoy mencionaremos una de las alegrías que da al Alero Quichua Santiagueño un triunfo de uno de sus integrantes en una de las actividades en pos del quichua: Marcelo Salvatierra aprendió a tocar la guitarra y a interpretar el canto nativo santiagueño, por las enseñanzas de Don Fortunato Juárez, reconocido autor y cantor que fuera asiduo participante en el programa radial y otras actividades de nuestro Alero. Junto a Don Fortunato accedió a escenarios para cantar con las características que ponía el gran autor en cada actuación: Disfrutar de la música y el canto, practicados con responsabilidad e intercalando en cada creación algunas palabras quichuas.
Hace ya unos años, Marcelo se integró al Alero Quichua, participando primero en los programas radiales como cantor de creaciones suyas y de otros autores, siempre dentro de lo auténticamente criollo y cada vez con más quichua. Su cantar bilingüe es parte del disco compacto Volumen 7, grabado para los 40 años de nuestro Alero.
Hizo su propia grabación como RaMa Dúo, con Raúl Díaz. Luego pasó a integrar el Dúo Quichuamanta, a formar parte de la coordinación del Taller Continuo de Quichua en la Biblioteca Únzaga y en la conducción del programa radial Quichuamanta.
En su etapa solista, hace más de diez años, un Domingo de Alero Quichua cantó una chacarera que había creado hacía ya un tiempo, y que había hecho traducir al quichua por Elva Raquel Gómez. En ese momento, la chacarera no tenía un nombre definido y Rubén Palavecino, gustoso por haber escuchado una letra bilingüe que habla de los referentes del canto nativo, del deseo del autor por conocer más de lo nuestro en zona quichuista y del amor por Santiago del Estero, sugirió el nombre Mana Ckonckanayquíshpaj (Para que no olviden).
Mana Ckonckanayquíshpaj fue declarada ganadora en el rubro Chacarera Inédita, en el 49º Festival Nacional de la Chacarera, el pasado Viernes 7. En la noche del Sábado, esta chacarera bilingüe volvió a sonar en el escenario del festival, cantada por el Dúo Quichuamanta.
En el mismo concurso, llamado Pre Chacarera 2020, la bonaerense Melisa Ledesma ganó en el rubro Vidala, cantando Huajcha Nocka, de José Antonio Sosa. En la apertura de la segunda noche, el grupo femenino Soles y Lunas cantó en quichua el Himno Nacional Argentino. El conjunto Los Umbides hizo una magnífica interpretación del Gato del Vidalero, de Julio Domingo Ayunta, y hubo más presencia del quichua en este festival netamente santiagueño.
Esta vez el quichua ganó, como fruto del trabajo placentero y a la vez responsable de sus cultores.
07 de Enero de 2.020.