Es vital para todos los seres vivos. Las plantas respiran, y su respiración es altamente beneficiosa para los seres humanos, consumidores de oxígeno. Una zona con buena vegetación es una zona bien oxigenada.

De hecho, los animales animales también respiran, y así como hay animales que viven debajo del agua, hay vegetales que también tienen vida subacuática. Los animales que viven sumergidos, tienen la particularidad de poder extraer oxígeno del agua. Hay animales acuáticos que respiran aire y por eso precisan salir cada tanto a la superficie. Por ejemplo: El ochogho (biguá), el chumucu (ave zambullidora), el ampatu (sapo), el miquilu (nutria).

También necesitan salir a respirar: La foca, el delfín, la ballena, el pingüino. Se llama apnea al hecho de permanecer un lapso sin respirar. Las ballenas son capaces de hacer inmersiones muy profundas, en larguísimas apneas. Además de la gran capacidad para aguantar muchos minutos sin respirar, las ballenas tienen resuelto naturalmente otro problema que surge en la inmersión: La presión hidrostática. La presión del agua es mayor cuanto mayor es la profundidad, por el peso del agua que está por encima de quien se sumerge, ya sea un ser humano buceando, una nutria o una ballena. El ser humano precisa conocimientos y elementos técnicos específicos si pretende descender a las profundidades del mar, de lagos o de ríos profundos. Los animales acuáticos se adaptan por obra de su propia naturaleza. 

Los seres humanos estamos dotados para respirar en la atmósfera, a poca distancia vertical del nivel del mar. La presión atmosférica es causada por la atracción terrestre. La presión del aire depende en gran parte del lugar que consideremos dentro de la atmósfera, teniendo en cuenta que a mayor altura, menor será la cantidad de aire que tendremos por encima de nosotros y por lo tanto, la presión atmosférica será menor.

Con poca presión atmosférica, es decir a partir de los cuatro mil metros sobre el nivel del mar, si el ser humano carece del equipamiento y del entrenamiento adecuados, corre riesgo de sufrir una fatalidad, no sólo por las bajas temperaturas, sino más que nada por la escasez de oxígeno por metro cúbico de aire. Se puede lograr la adaptación física a las alturas, con el tiempo y en forma gradual, pero cada persona tiene un tope de altitud que no puede superar sin el equipo adecuado.

Se llama actividad vegetativa a lo que un organismo hace para mantenerse vivo en forma involuntaria. Un ser humano, para realizar cosas y para crecer en cualquier aspecto, necesita comer, beber, pensar, tomar decisiones, mover pies, manos y prácticamente todo el organismo.

Por más distraídos que estemos, la masticación y movimientos de deglución son actividades que dependen de la voluntad. Podemos caminar totalmente distraídos y pensando en cualquier cosa, pero una parte de nuestra conciencia está controlando los movimientos necesarios para mantenernos en pie y para desplazarnos.

La respiración es una actividad que sigue mientras estamos dormidos y en ciertos estados de inconsciencia, pero si la respiración es completa, puede darnos mayores beneficios que si dejamos que el cuerpo haga los movimientos respiratorios por su cuenta. A cualquier edad, uno puede aprender a respirar correctamente, corrigiendo errores o vicios si los tiene. Después de aprendido, el “nuevo” modo de respirar estará incorporado a nuestro ser y no habrá que dedicarle atención.

En la vida de cualquier comunidad hay actividades que están destinadas al crecimiento y avance hacia un objetivo común. También hay acciones básicas que se parecen a las actividades vegetativas, las imprescindibles para que el organismo pueda seguir vivo y así aspirar a hacer algo importante.

Entre las actividades conscientes de cada individuo, hay tareas que son básicas, poco trascendentes pero fundamentales para poder aspirar a los grandes logros. Uno puede ser muy hábil para algunas especialidades, pero si falla en lo básico, se parece a un ser vivo que tiene dificultades con su aparato respiratorio o con su corazón.

Una comunidad, ya sea un país, una provincia, una ciudad o cualquier grupo humano por pequeño que sea, debe tener firmes y seguras sus actividades básicas. Por ejemplo, de nada sirve tener un buen disco si el tocadiscos no funciona y de nada sirve tener un buen automóvil si no hay rutas en buenas condiciones. Siguiendo con el ejemplo del vehículo, de nada sirve poseer un buen automóvil si uno mismo no ha desarrollado la prudencia y el buen criterio para transitar.

Hay cosas básicas que no funcionan y es como si no percibiésemos las fallas. Por ejemplo: El servicio de transporte público es deficiente y nos parece natural que así lo sea. Es costumbre iniciar el trámite más sencillo, sabiendo que habrá que esperar un tiempo absurdo para ser atendido, que la atención del empleado del Estado (empleado de toda la comunidad) será descomedida, y que el trámite tardará en resolverse un tiempo similar o mayor que en la época en que Mariano de Larra escribió el artículo Vuelva usted mañana (1833).

Es una pena ver cómo nos acostumbramos a las cosas mal hechas. Muchas personas se accidentan procurando hacer cosas simples, y no siempre ocurre por que el accidentado haya obrado mal. En muchos casos los percances y accidentes son producto de la impericia o falta de interés en el trabajo por parte de quienes fabrican o reparan ciertos elementos. Hubo accidentes de ruta por que vehículos recién salidos de un taller mecánico han quedado sin frenos o algo parecido.

Respecto a las causas de accidentes en la vía pública no hay mucho para agregar. Hay accidentes domésticos que son muy mal contados en ocasiones. Se habla y escribe cada fin de año sobre quienes se hieren los ojos con tapas de botellas, omitiendo aclarar que tales tapas fueron mal hechas en la fábrica, lo que llevó a la gente a usar cuchillos donde no debería hacerse fuerza ni usar elementos adicionales. En ocasiones, ya producido el accidente, es muy complicado conseguir ayuda, pues los servicios de comunicaciones no son precisamente confiables, deteriorados por demanda excesiva y respuesta insuficiente por el prestador de tales servicios.

Cada uno de nosotros es una simple pieza en la enorme maquinaria que es una comunidad. Podemos y debemos contribuir a un buen funcionamiento de las actividades básicas, poniendo lo mejor de nosotros cada día y denunciando cada cosa que esté haciéndose mal.

Una vez informada la falla, respiremos hondo y preparémonos para reiterar el reclamo cuantas veces sea necesario.

14 de Mayo de 2.019.