Solían decir como una forma de hacer notar que una pérdida de tiempo es una derrota que tiene un costo material o por lo menos ocasiona molestias. En muchos casos, usamos la palabra tiempo para referirnos al clima; de esa costumbre surge el dicho: “A mal tiempo, buena cara”, que invita a tomar con resignación e incluso buen humor lo que es natural y, por lo tanto, escapa a nuestra voluntad o habilidad.

Cuando hay clima adverso, si es posible hay que realizar tareas “bajo techo”, para evitar pérdidas de tiempo, pues con lluvia, barro, viento, o cualquier otra manifestación de mal tiempo, habrá demoras en la traslación por tierra, agua o aire. Cuando la salida es impostergable, es necesario tener en cuenta los factores adversos para calcular la hora de partida hacia el lugar donde se debe cumplir con un compromiso.

Cuando uno ha hecho todo lo posible para llegar a tiempo, incluso antes, al lugar donde debía hacer algo, cualquier retraso ajeno va  a ser irritante, no sólo por el tiempo que se pierde en esperas, sino también por que, de haberse convenido otro horario, se podría haber hecho otra cosa mejor que estar “de plantón”.

Perder el tiempo de uno mismo es un hecho lamentable, pues después podríamos convertirnos en una molestia para los demás, cuando pretendamos recuperar el tiempo perdido, lo cual es un esfuerzo vano. Hacer perder el tiempo a otros es, cuando menos, una falta de amabilidad.

Hay gente que está acostumbrada a tomar por su cuenta el tiempo de otros: Es la gente que asume el compromiso de hacer algo para cierto momento y no cumple, causando pérdidas de tiempo en los demás. Podemos ver ese tipo de abusos en las largas e incomprensibles filas que se forman en locales y veredas. Hay que hacer fila de espera para realizar cualquier trámite en un organismo estatal, en un banco estatal o privado… ¡En lugares donde uno va a pagar! Hemos llegado al colmo de tener que soportar esperas para poder dejar nuestro dinero en la ventanilla de caja de un organismo estatal o privado.

Hay trámites que están “cajoneados” durante días, semanas, meses e incluso por años, solamente por que alguien ha decidido no cumplir con la obligación laboral que ha asumido a cambio de una paga que está cobrando. En algunos casos, ese alguien aduce que la paga es insuficiente, lo cual se solucionaría con la honorable renuncia al empleo con el cual la persona no está bien. Al vivir en sociedad, uno tiene que procurar ser útil a esa sociedad. Hay que asumir que si la comunidad a la que pertenecemos ha de tener enemigos, ellos deberían ser externos y no internos. Quien dificulta la vida en una sociedad, es en verdad un enemigo de sí mismo, al ser enemigo de la sociedad de la cual forma parte.

Para quienes tienen al dinero como uno de los bienes más importantes en la vida, es bueno recordar que el tiempo es dinero. Un local comercial que abre tarde o cierra antes de hora está perdiendo posibilidades de venta. Un estudiante que no recibe la enseñanza esperada en el tiempo estipulado está perdiendo posibilidades de una inserción laboral en el tiempo calculado inicialmente. La demora en la atención de una farmacia puede marcar la diferencia entre la curación o no de un paciente, o por lo menos puede estar prolongando el tiempo de sufrimiento de una persona o una familia.

La demora en el comienzo de una actividad que tiene horario obligatorio de finalización, es otra pérdida de tiempo, al igual que la impuntualidad en los ensayos de grupos artísticos y en cualquier trabajo. En un ensayo grupal, por motivos perfectamente entendibles, se fija un horario de comienzo y otro para retirarse todos, así que las tardanzas hacen que la actividad se reduzca, con pérdida de tiempo para los que llegaron a horario y disminución del tiempo de ensayo.

Hay lugares de trabajo donde, por extraño que parezca, a veces “el que tiene la llave” llega tarde, haciendo perder tiempo a los que llegaron temprano y provocando una pérdida material a la empresa por reducción del tiempo de trabajo.

Es muy lindo estar distendido, sin apuro, caminar al ritmo que uno quiere, hacer lo que uno quiera, como uno quiera y cuando quiera. Esa situación suele darse en vacaciones, o en la primera infancia, o en casos extremadamente especiales, incluso en casos de  enajenación mental.

La persona que padece problemas mentales suele perder la noción del tiempo y puede llevar una vida despreocupada o atormentada, en cualquier caso como consecuencia de su situación particular. La total despreocupación por el cumplimiento de obligaciones es algo tan malo como el tomar a las obligaciones como una carga que se debe portar con sacrificio, lo que genera estados obsesivos. Al transitar por la vida, debemos estar atentos para evitar el caernos en alguna de las dos banquinas, tomando consciencia de que los extremos son malos, como lo son la despreocupación irresponsable y la obsesión. Tampoco debemos confundir o desnaturalizar la realidad, confundiendo una actitud irresponsable con el estado ideal, o confundiendo la puntualidad ajena con obsesión.

En la cultura quichua tenemos tres mandatos como guía de conducta: Ama súa, ama llulla, ama ckella (No al robo, no a la mentira, no a la pereza). Considerando al tiempo en relación con estos mandatos, podemos decir que no debemos robar el tiempo ajeno, no debemos mentir que haremos tal cosa en determinado momento si no vamos a cumplir en la acción o en el momento, y si obramos diligentemente, sin pereza, podremos cumplir con lo prometido. Recordemos que en quichua, la palabra Ama es un No prohibitivo, que indica no hacer algo. La palabra quichua Mana, es un No enunciativo, con el que se informa que algo no está ocurriendo, por ejemplo: Mana unanchani (no entiendo), mana paran (no llueve), mana ‘rej ‘rin (no va a ir).

Cuando uno maneja mal su tiempo, puede quedar sin hacer lo que necesita hacer o lo que debe hacer, con perjuicio para el prójimo y con desprestigio para quien no cumple.   

Si no es por sentido de la responsabilidad, o por respeto al prójimo, los compromisos deben cumplirse puntualmente por honestidad, pues el tiempo es dinero y no queremos meter la mano en bolsillo ajeno.

07 de Mayo de 2.019.