Parece una inquietud de alguien que está totalmente ocioso, sin otros asuntos por los cuales preocuparse. La realidad es que para lograr algo tan extraño como lo sería la nivelación del planeta en que vivimos, sería necesario aplicar fuerzas descomunales, de una magnitud por lo menos igual a las que causaron las grandes diferencias de altitud en la superficie de la Tierra.
La Tierra podría ser una esfera perfecta, si no fuese por que su movimiento de rotación ha hecho que sea “más ancha que alta” si cabe la expresión, pues se ve ligeramente achatada en los polos, por lo que la distancia recta entre los mismos es menor que el diámetro del planeta en la línea del ecuador.
La superficie del planeta es rugosa, con protuberancias, hondonadas y grietas. Si de algún modo se observa a la Tierra desde la distancia, se la puede ver como una casi esfera de superficie lisa. Las elevaciones y hondonadas son de muy poca importancia si se tiene en cuenta el tamaño del planeta. Las protuberancias son los cerros, montañas y cordilleras, mientras que las hondonadas son los valles, quebradas y cañadas. Hay grandes superficies del planeta que parecen lisas por que están cubiertas de agua, formando mares y océanos.
Debajo de la superficie marina también hay planicies, montañas, valles y grandes hondonadas. El fondo del mar es irregular, con profundidades que varían de una región a otra. Hay grandes montañas submarinas, algunas de las cuales superan la superficie en forma de islas. Hay cadenas montañosas submarinas que parecen ser la prolongación de sus similares que están en los continentes, como es la formación montañosa de la Península Antártica, que continúa por debajo del mar, para emerger en la Isla de los Estados, continuar como Cordillera de los Andes, la que se prolonga en Los Andes Centroamericanos, la Sierra Madre de Méjico, las Montañas Rocallosas, la Península de Alaska que sigue en las Islas Aleutianas, las que llegan hasta la Península de Kamchatka en Asia.
En distintos lugares del mundo hay elevaciones montañosas, algunas aparentemente aisladas y muchas en forma de cadenas montañosas. Hay elevaciones montañosas que son producto de plegamientos de la Tierra y otras de origen volcánico. Por otra parte, entre montaña y montaña hay valles y planicies, incluso hay depresiones, que son llanuras u hondonadas que están por debajo del nivel del mar.
El mar es el punto de referencia para determinar la altitud de un lugar u objeto, diferente a la altura respecto al suelo circundante. Por ejemplo: El murallón del Dique de Río Hondo se eleva unos cuarenta metros por sobre el terreno cercano, pero está casi trecientos metros por sobre el nivel del mar. Si tenemos en cuenta que la ciudad de San Miguel de Tucumán está a casi cuatrocientos metros sobre el nivel del mar y Santiago del Estero a menos de docientos metros de altitud, entenderemos fácilmente por qué el Río Dulce fluye raudo por nuestra llanura.
Se miden las alturas respecto al suelo circundante y la altitud respecto al nivel del mar. Por debajo del nivel del mar se miden profundidades. El mar presenta fondos planos, fondos rocosos con apariencia de serranías o montañas, volcanes submarinos y grandes grietas llamadas fosas marinas. Se considera que la mayor profundidad marina está en la Fosa de las Marianas, enorme fosa en forma de media luna ubicada cerca de las Islas Filipinas. Esta gran hondonada del fondo marino tiene una profundidad máxima de casi once mil metros.
Si comparamos los casi nueve mil metros de la montaña más alta del mundo, con los casi once mil metros de la mayor profundidad marina, tendremos una idea de los grandes contrastes existentes en la superficie de la parte sólida de la Tierra. El planeta que habitamos se llama Tierra, pese a que la superficie cubierta por agua es mayor que la superficie de “suelo firme”.
Las grandes elevaciones están sujetas a desgaste por la acción de los vientos, de las lluvias, de los cambios de temperatura y de los derrumbes, mientras que los sólidos que caen desde esas alturas tienden a rellenar las partes bajas. Parecería que con el correr del tiempo, la superficie del planeta podría llegar a nivelarse totalmente, quedando toda cubierta por agua; pero no es así, pues cada tanto a lo largo de los milenios, ocurren plegamientos de la Tierra, los que provocan nuevas elevaciones y nuevas grietas. También las erupciones volcánicas pueden hacer aparecer nuevas montañas y nuevas islas.
La formación cultural de la Humanidad también muestra grandes diferencias en cuanto a las características y cantidad de conocimientos. Cada individuo sabe lo que necesita saber o lo que consigue aprender. Las grandes diferencias culturales, factor muy importante para los logros individuales, familiares y de grandes grupos humanos, hacen que dentro de las comunidades aparezcan diferencias entre sus componentes.
Las diferencias culturales hacen a la diversidad humana, pero la pobreza cultural, la escasez de conocimientos o de posibilidades para tomar decisiones acertadas, es motivo de conflictos y de atraso, con el consiguiente sufrimiento para algunos individuos y para todo el conjunto también.
Es necesario acortar diferencias, poner el saber al alcance de toda la población, sin temor a que el conocimiento sea proporcional a las pretensiones de los individuos en cuanto a retribuciones y reconocimientos. Con una población bien educada, será poco complicada la distribución de tareas y la valoración de cada una de ellas.
Es importante procurar la nivelación cultural humana, pero no derribando montañas para rellenar fosas, pues correríamos el riesgo de quedar todos sumergidos en la incultura. No es necesario ni sano que una persona instruida tome actitudes rayanas en lo grosero para buscar popularidad. Es necesario “nivelar hacia arriba” culturalmente, lo que traerá aparejada una nivelación material también.
Sería muy bueno incentivar a quienes están “arriba” culturalmente, para que sigan ascendiendo y marcándonos rumbos, mientras también alentamos a quienes están “abajo” para que mejoren y progresen culturalmente, logrando así una comunidad bien formada y con un mínimo de conflictos.
No es fácil conseguirlo, especialmente con quienes no quieren ser ayudados, pero hay que intentarlo. El intento mismo, ya es un logro cultural para cualquier comunidad.
15 de Mayo de 2.018.