La afirmación, tan repetida como cierta, se aplica a los emprendimientos encarados en conjunto. Tanto como poder, se puede; el asunto es ver el resultado final para determinar si el número de participantes contribuye a las soluciones o a los problemas. Las estructuras de trabajo se arman para concretar un proyecto que ha sido previamente ideado, analizado, corregido, adaptado y aprobado por las personas que van a realizarlo.

La estructura se arma repartiendo las tareas de acuerdo con las aptitudes y posibilidades de cada persona involucrada en la ejecución del proyecto. En ciertos casos, hay quienes parecen tener la aptitud y la disponibilidad de tiempo y otros medios, pero a poco de iniciarse las tareas comienzan a mostrarse cada vez menos comprometidas con la acción. En un grupo humano hay soluciones y problemas en una cantidad directamente proporcional a la cantidad de integrantes.

Cada proyecto es afectado por influencias positivas y por influencias negativas, generadas desde afuera del proyecto y también desde adentro. Las influencias negativas externas pueden estar motivadas por la rivalidad o colisión de intereses con otros grupos humanos, o por la incompetencia de otras estructuras en las que se debería encontrar algún tipo de apoyo. Las influencias negativas internas pueden ser causadas por egoísmos, por mala interpretación del fin que se persigue, por rivalidades internas y por otros factores no deseables.

Superadas las influencias negativas internas, la estructura va a funcionar como una maquinaria eficiente, capaz de sortear dificultades en pos del logro buscado. Funcionando bien internamente, las malas influencias externas no son un gran problema, pues mirando alrededor con actitud positiva, por cada problema hay una cantidad de posibles soluciones.

Hace más de dos décadas, el músico y difusor radial Luis Ángel Pinto quería dar a conocer en Buenos Aires y a nivel nacional las expresiones folclóricas nacionales poco difundidas, especialmente de Cuyo y la Patagonia, ausentes en los grandes medios de difusión. Ideó entonces un encuentro con difusores de todo el país, para que cada uno diera a conocer lo de su región, y juntos hacer que esos valores sean conocidos por la población argentina. En poco tiempo se formó un grupo de gente interesada en la patriada; la cantante Tamara Castro hizo los contactos necesarios, y se realizó en Brandsen, provincia de Buenos Aires, la primera Maratón Folclórica Radial Nacional. El proyecto fue creciendo, con la participación de más difusores de folclore por radio, y llegó a tener relevancia internacional, no sólo por la audiencia vía Internet, sino también por la participación de difusores uruguayos.

En Noviembre de 2007, por recomendación de Orlando Govetto, tucumano difusor del folclore por radio, el programa radial santiagueño Canto y Tradición ha sido incorporado al grupo de la Maratón Folclórica Radial. Desde entonces, y con el apoyo de la Fundación Tárpuy, un equipo de gente de Santiago del Estero participa en cada edición. Desde 2016, el mismo equipo participa con el programa Quichuamanta – Desde el Quichua.

En Septiembre de 2017 se realizó la 21ª edición de la Maratón Folclórica Radial en Santiago del Estero, con el programa Quichuamanta y Radio Nacional Santiago del Estero como anfitriones.

Hace falta toda una estructura, con recursos humanos y materiales, para concretar un buen programa radial sobre cualquier tema. Si se trata de difundir lo que no es valorado por los circuitos comerciales, como lo son el quichua y los valores tradicionales, el equipo tiene que estar bien firme en su convicción para no perder el rumbo y así evitar el fracaso de la idea original. Para un encuentro nacional como lo es una Maratón Folclórica Radial, es necesaria una estructura de mayores dimensiones y más trabajo para sostenerla.

En Septiembre pasado, la difusora Sandra Calvo anunció que en Marzo de este año habría una edición de la Maratón Folclórica Radial en Viedma, ciudad capital de la provincia de Río Negro. En Diciembre hubo una nueva edición en Valle Viejo, provincia de Catamarca, organizada entre la Dirección de Cultura de Valle Viejo, el productor Horacio Rodríguez, y su hijo el cantor y hombre de radio Nano Rodríguez, pasando a ser este valioso encuentro la segunda edición de la Maratón en el Noroeste Argentino, después de Santiago del Estero.

Sandra Calvo ya había encabezado la organización de la vigésima edición en Viedma hace dos años. Para esta nueva experiencia, el grupo humano que adhirió a la idea prefirió realizar el encuentro nacional en Balneario El Cóndor, una bella población ubicada a la vera del Río Negro, donde el mismo desemboca en el Mar Argentino.

Mientras los trabajos organizativos ocupaban a los rionegrinos, en cada provincia los posibles participantes evaluaban sus posibilidades para dar una respuesta clara y definitiva en cuanto a su participación. El grupo de Quichuamanta también tuvo que hacer sus trabajos organizativos para poder concurrir llevando un programa bien organizado y con un contenido interesante, que fuese además ameno y resulte un aporte a la voluntad de dar a conocer a nivel nacional e internacional las características culturales de nuestra provincia.

A medida que nos adentrábamos en el territorio argentino hacia el Sur, hemos ido asistiendo a los cambios de paisajes rurales y urbanos. El Sur de Santiago del Estero, con sus campos sembrados, montes, salinas y luego serranías; la provincia de Córdoba con sus serranías seguidas de llanuras que poco a poco se convertían en La Pampa, la que no es totalmente plana pese a su nombre. El Sur de la provincia de Buenos Aires nos mostraba un paisaje pródigo de ganado en el viaje hacia la próspera ciudad de Bahía Blanca. A partir de ahí sentimos que estamos llegando a la Patagonia, pues la vegetación así lo demuestra y comenzamos a ver grupos de suris (ñandúes) en los campos al Sur del Río Colorado. De la comarca Carmen de Patagones – Viedma, hay que seguir la ruta paralela a la margen derecha del Río Negro unos treinta kilómetros, para llegar al Balneario El Cóndor, que se presenta muy atractivo con sus calles tranquilas, sus bonitas casas, el cercano faro de más de 130 años de existencia, el parloteo nocturno de los loros barranqueros en cables y árboles, la gran playa con su avifauna marina y una sensación linda y extraña, por estar frente al Mar Argentino en la Patagonia, relativamente cerca de las Islas Malvinas.

Desde ese bello lugar y reunidos con gente que conoce y siente la cultura de cada región, un grupo de santiagueños ha hecho conocer a nivel internacional, algo más de las características de Santiago del Estero. Una vez más, juntos se ha podido hacer algo muy bueno.

27 de Marzo de 2.018.