Cada día cultivamos nuestras tradiciones de un modo u otro. Costumbres arraigadas cuyas actividades son repetidas en forma cotidiana sin proponérnoslo, y otras actividades tradicionales que realizamos con la intención de mantener la identidad nacional, conforman el conjunto de tradiciones. Cada 10 de Noviembre celebramos el Día de la Tradición en homenaje a José Hernández – Martín Fierro.
José Rafael Hernández nació en la Chacra de Perdriel, partido de San Martín, provincia de Buenos Aires, el 10 de Noviembre de 1.834. Cada año celebramos su aniversario de nacimiento evocando especialmente su obra cumbre: Martín Fierro, que consta de dos partes o, mejor dicho de dos libros.
La vida de José Hernández ha sido azarosa, habiendo quedado huérfano de madre a corta edad y con problemas de salud. Esos problemas de salud causaron su traslado a una de las estancias de Juan Manuel de Rosas, donde trabajaba Don Rafael Hernández, padre de José, donde conoció bien de cerca la vida de campo, las alegrías y penas del gaucho, sus anhelos, sus quejas y su modo de cantar. Después lo dijo en su poema gauchesco: “Yo he conocido esta tierra/ donde el paisano vivía/ y su ranchito tenía/ y sus hijos y mujer./ Era una delicia el ver/ cómo pasaba sus días.”
Nos describe a un hombre laborioso, madrugador: “Entonces, cuando el lucero/ brillaba en el cielo santo/ y los gallos con su canto/ nos decían que el día llegaba,/ a la cocina rumbeaba/ el gaucho que era un encanto.” Nos dice cómo la vida paisana era tranquila: “Y mientras domaban unos/ otros al campo salían/ y la hacienda recogían,/ las manadas repuntaban/ y ansí sin sentir pasaban/ entretenidos el día.”
Al morir su padre, el adolescente José Hernández se hizo hombre derrepente. La vida de trabajo y lucha lo llevó a combatir por sus ideales con las armas y desde la prensa. Esa misma lucha lo llevó por distintos lugares del país e incluso a Santana do Livramento, una ciudad fronteriza brasileña, aledaña al Uruguay. De regreso de ese exilio, en 1.872 publicó El Gaucho Martín Fierro, obra en verso con estilo gauchesco que impactó a sus conocidos y demás lectores. Dicen que en las pulperías, quien supiera leer hacía conocer el poema hernandiano a los demás concurrentes, en su gran mayoría analfabetos. La paisanada veía su vida reflejada en El Gaucho Martín Fierro.
Los amigos de José Hernández le insistieron para escribir una segunda parte del exitoso poema. Esa segunda parte fue publicada en 1.879 con el nombre La Vuelta de Martín Fierro. Este nombre llevó a mucha gente a llamar al primer libro “La Ida”, como quien saca una conclusión inocente al ver que el segundo es La Vuelta de Martín Fierro. La primera parte de la obra muestra cómo el gaucho, que vivía tranquilo con su trabajo y eventuales guitarreadas en la pulpería o en alguna fiesta, al estar “marcado” como un rebelde que no concurría a votar, no pudo ser exceptuado en una leva de “gauchos mal entretenidos” para servir en la frontera con el indio.
Fierro muestra que la vida en el cantón no era lo que él había supuesto. Había llevado lo mejor que tenía para servir a la Patria, pero allá se encuentra con que “aquello no era servicio” pues los soldados eran utilizados para beneficio personal del Jefe del fortín. También comenzó a ver manejos turbios en las provisiones e injusticias en la paga de los sueldos. El gaucho peón de estancia había salido de su vida apacible, para encontrarse con los abusos en el uso de los recursos del Estado.
Cansado de tanta injusticia, resuelve hacerse desertor luego de haber cumplido largamente el tiempo que supuestamente debía servir. Al volver a su pago, encuentra que de su rancho quedaba solamente una tapera y de su familia apenas había vagas noticias. Mientras vivía matrero en los pajonales, en un encontronazo con una partida conoce al Sargento Cruz, que se hace desertor en solidaridad con el gaucho perseguido y van al desierto para vivir entre los pampas, a los que hasta hacía poco habían combatido. Su cruce de la frontera es particularmente sentido y marca el final del poema El Gaucho Martín Fierro.
La Vuelta de Martín Fierro comienza con el relato del gaucho recién llegado del desierto. Cuenta de la llegada a las tolderías y su vida ahí junto a Cruz, la muerte de su amigo y las trágicas circunstancias de su salida de regreso hacia el pago. Hay distintas viscisitudes relatadas en esta segunda parte del poema, hasta su encuentro con sus hijos y con el hijo del Sargento Cruz. En esta parte, cuando los muchachos cuentan sus andanzas, ocurridas desde la lejana partida de Fierro a la frontera, aparece un personaje que adquiere protagonismo en este libro: El Viejo Vizcacha, tutor del hijo segundo de Martín Fierro y antihéroe del poema.
Los consejos del Viejo Vizcacha al hijo de Martín Fierro y los consejos de Martín Fierro a sus hijos son opuestos, pues ambos muestran dos modos muy distintos de ser del gaucho. Cada uno con sus virtudes y defectos, el viejo aprovechador y maligno por una parte, y el gaucho golpeado por la desgracia, impetuoso pero de buen corazón por el otro, dejan consejos que deben ser tomados en cuenta. Es necesario leer “El Martín Fierro” (primera y segunda parte) para comprender cabalmente el mensaje de José Hernández y su deseo de que la Patria mejore y progrese gracias al progreso de los compatriotas. Quiere compatriotas dedicados a “aprender cosas buenas”, con hogar, escuela y derechos.
Desde el Viernes 10 y durante todo el fin de semana, la gente del Alero Quichua Santiagueño y de distintas instituciones culturales se ha ocupado de recordar la obra cumbre de José Hernández y revalorizar las tradiciones argentinas. El Alero Quichua lo ha hecho en forma bilingüe y en cada lugar que ha sido posible.
Volvemos a la rutina del trabajo cotidiano y de la brega permanente por sustentar los valores patrióticos y tradicionales. Hemos recordado a José Hernández y su obra Martín Fierro, apoyándonos mayormente en la traducción al quichua de Don Sixto Palavecino y las estrofas traducidas por Don Vicente Salto.
Poco hemos recordado que José Hernández, patriota argentino nacido el 10 de Noviembre de 1.834, ha escrito otros libros muy valiosos. Su obra más conocida, la obra cumbre de la literatura gauchesca, ha eclipsado a los otros trabajos de Hernández, pero no ha sido algo intencional, tampoco “para mal de ninguno, sino para bien de todos.”
14 de Noviembre de 2.017.