Dicen que así había dicho un hombre acostumbrado a ensalzar su propia persona; dicen que alguien le había sugerido incorporar el pronombre “nosotros” a su vocabulario. Cuando algún logro es colectivo, se hace necesario el reconocimiento colectivo, diciendo por ejemplo: “Es un logro nuestro, de nosotros.” Si nos involucramos en un grupo, vamos a compartir triunfos y traspiés, fundamentalmente para ir mejorando los métodos y así lograr en el futuro triunfos más contundentes o para revertir fracasos.
Es muy fácil decir “yo.” Es una palabra simple y fácil de pronunciar. En quichua, para decir “yo” utilizamos la palabra “nocka”, a la que podemos encontrar en chacareras conocidas, como La Alabanza, la que en su estribillo dice: “Nocka Salavinamanta, de ande llaman El Troncal” (Yo soy de Salavina, de donde llaman El Troncal) o Corazón Atamishqueño, en cuyo estribillo dice: “Nocka ckari, compañero, corazón atamishqueño” (Yo soy hombre, compañero, corazón atamishqueño); en ambos casos, la palabra cani (soy) ha quedado sobreentendida, pues literalmente, en la primera dice: “Yo, de Salavina” y en la otra chacarera dice: “Yo, hombre, compañero.”
Una vez que sabemos decir Nocka (yo), vamos a buscar cómo se dice Tú, palabra que en el habla popular de nuestros pagos tiene sus variantes. Deberíamos tener disponibles dos formas para referirnos a la segunda persona, que es nuestro interlocutor, la persona que nos escucha o lee, y las tenemos en castellano, pues decimos Tú o Usted, dependiendo del grado de confianza entre ambas personas. Ocurre que en nuestro país, o gran parte del mismo, o tal vez en una amplia región que excede la extensión de nuestro territorio, encontramos otras formas para la segunda persona.
En la escuela nos han enseñado que la segunda persona en singular es Tú y que la misma en plural es Vosotros, pero en la práctica tomamos ese vosotros y lo transformamos en Vos para dirigirnos a la segunda persona en singular. Al plural “Vosotros queréis”, por ejemplo, en algunas regiones lo han transformado en “Vos querés” (le quitaron la i), en otras regiones dicen “Vos querís” (le quitaron la e) y en ambos casos ese “Vos” es singular, equivalente a Tú.
En Santiago del Estero, para esa segunda persona seguimos utilizando la forma correcta del verbo y decimos “quieres”, pero en vez de Tú, que sería el pronombre correspondiente, también utilizamos ese Vos que se ha impuesto como segunda persona singular. El pronombre “tú” es usado en poesía, pero no en el habla cotidiana. Utilizamos la palabra Usted para dirigirnos a la segunda persona con un respeto mayor que el utilizado para quienes son de nuestra confianza.
La segunda persona en plural debería ser Vosotros, tal como nos han enseñado en la escuela, pero se ha impuesto la palabra Ustedes, con el verbo conjugado como si fuese para la tercera persona. Entonces, en vez de decir “Vosotros queréis” decimos “Ustedes quieren.” Para el singular Usted, también ponemos el verbo en tercera persona y, en lugar de decir “Tú quieres” decimos “Usted quiere.”
En ciertos lugares del Noroeste Argentino y más al Norte también, la segunda persona en castellano es únicamente Usted, sin diferencias para grados de confianza o respeto. Ese “usted” es muy fácil de pluralizar, pues con sólo agregarle “es” queda Ustedes.
La pluralización de la segunda persona en quichua es también fácil, pues con sólo agregarle el sufijo pluralizador “cuna” tendremos el tema resuelto. Algo similar ocurre con la tercera persona. Tenemos que Ckam significa Tú, Vos o Usted; Pay significa él o ella. Con sólo agregar el sufijo pluralizador, tenemos Ckamcuna (ustedes, vosotros) y Paycuna (ellos, ellas).
En castellano tenemos un recurso sencillo para pluralizar la tercera persona, pues decimos él para el singular y ellos para el plural. Para la segunda persona, podríamos decir usted en singular y ustedes en plural, o vos para singular y vosotros para el plural. Pluralizar “yo” sería un poco más complicado, si no fuese que en la primera infancia aprendemos todo tal como nos enseñan. Yo es pluralizado como Nosotros, el que en algunos casos se apocopa y suena Nos.
Sería muy fácil en quichua si a la palabra Nocka (yo) pudiésemos pluralizarla agregándole cuna, pero no es así. En ese caso, quedaríamos con cierta dificultad que tenemos en castellano, para entender a qué “nosotros” nos referimos cada vez. Veamos qué pasa en castellano: “Yo también… - ¡No, tú no!” decía una canción cómica de moda en los años ’70. Un joven intentaba participar en lo que haría el grupo, pero sus conocidos le impedían entrar en la acción.
Al relatar planes, suele ser preciso aclarar al oyente si está incluido, o si solamente le están avisando lo que va a hacer quien habla, junto con otras personas. En quichua, al igual que en algunos otros idiomas, el pronombre lo aclara. Para ello, el quichua cuenta con dos formas de nosotros: Inclusivo y exclusivo. Al respecto, en nuestra provincia encontramos una serie de explicaciones; en general, nos dicen que el inclusivo Nockanchis se refiere a muchas personas, mientras que el exclusivo Nockaycu se refiere a pocas personas. También hay quienes afirman: “Yo digo nockaycu todas las veces” o “Yo digo nockanchis siempre.”
Recurriendo a sabedores y enseñantes de otras regiones, somos informados de que quien queda incluida o excluida es la segunda persona. Entonces, sería que si decimos Nockaycu ‘ruaycu, estamos informándole a quien nos escucha o lee, que un “nosotros” formados por un Yo y un él, ella, ellas o ellos, hacemos. Nockaycu es el Nosotros exclusivo y en este caso, tú, vos, usted o ustedes han sido excluidos. Si decimos Nockanchis ‘ruaychis, estamos diciendo que en ese “Nosotros hacemos” está incluido usted, vos, tú, usted o ustedes; también pueden estar los otros (ellos), pero lo fundamental es que quien escucha o lee sabe que está dentro de este nosotros inclusivo (Nockanchis).
Suele ser complicado ponernos de acuerdo entre Nosotros y esto es lo que incentiva la aparición de individualidades. Hay casos en que es preferible uno solo haciendo algo que un desorden improductivo perpetrado entre varios. Y esa idea de Uno es la que nos lleva en ocasiones a utilizar la palabra Uno en reemplazo de Yo, especialmente cuando hay un reclamo (“¡Uno llega primero y lo atienden último!”).
También hay quienes utilizan Nosotros en lugar de Yo, en una actitud humilde, libre de egocentrismos, aunque uno puede llegar a preguntar: “¿Usted y quiénes más?”
Uno sigue buscando cómo interpretar el nosotros quichua y cómo mejorar la relación de nosotros en castellano. Vamos a lograrlo en la medida en que hagamos que el Nosotros sea inclusivo.
31 de Octubre de 2.017.