(Sepan ustedes, yo soy del monte), es como se presenta Ernesto Suárez en su chacarera Soy del Monte, que fuera grabada por Don Sixto Palavecino con Las Sachaguitarras Atamishqueñas, Carlos González, el Grupo Montenegro y el Dúo Aleromanta; este último ha grabado en el Volumen 7 del Alero Quichua Santiagueño.

Don Ernesto Suárez es el típico criollo criado en zona rural; en su caso, del departamento Guasayán, en el Oeste de nuestra provincia. Ha conocido y practicado tareas rurales y ha conocido muy bien al monte santiagueño. Lo dice en la misma chacarera: "Con el hacha sobre el hombro, con la mano en la mancera, quicharis senda y caminos, abriendo surcos en la tierra" (quicharis significa abriendo). Temprano en su vida conoció lo que es trabajar para conseguir lo necesario.

En el servicio militar se destacó por su disciplina, laboriosidad y actitud decidida, por lo que fue ascendido a Cabo Conscripto. Desde muy joven estuvo ligado al Seminario del Obispado de Santiago del Estero. Desde su casamiento, sostuvo el hogar e hizo estudiar a sus hijos con su taller de armado de cuadros y restauración de imágenes religiosas.

El taller tiene por nombre San Cayetano y, por iniciativa de Don Ernesto, en el día del santo patrono se reparte pan gratuitamente entre la gente más necesitada. Las muchas obras de caridad de Don Suárez y familia se intuyen o se conocen por boca de los beneficiados, pues ha practicado e inculcado el obrar con cristiana discreción a la hora de dar algo a quien necesita. Canta Carlos González los versos de Quique Quintana: "¡Qué dichosos tus amigos! Pues más que amigo, un hermano, que brinda siempre cobijo cuando más necesitamos."

Respecto a su trabajo en el Taller de Cuadros San Cayetano, el poeta Quique Quintana ha escrito: "¡Qué dichosa es la madera que están tocando tus manos, como una dulce caricia para convertirla en cuadros!" Con música de Carlos González, es una bella chacarera que ha sido grabada por Carlos González hace unas tres décadas, como ofrenda de amistad.

En los primeros años del Alero Quichua, Don Ernesto Suárez se ha incorporado al grupo, atraído por el ambiente nativista y desinteresado en cuanto a bienes materiales. Enseguida se hizo amigo de Don Sixto y demás integrantes del Alero, gracias a su simpatía, buena disposición para bailar, cantar y ayudar en lo que fuere. Solía cantar haciendo rasguido de guitarra, a veces acompañado en punteos por Don Pedro Silvetti. Es autor de varios temas musicales criollos, entre ellos: La Guasayanera (chacarera), La Michi Sosa (zamba grabada por el Dúo Aleromanta), Vidala para una Flor (grabada por Los Fogoneros y el Grupo Tradición), Soy del Monte (grabada por los intérpretes mencionados al comienzo).

En las reuniones organizativas que se realizaban en la peluquería de Don Sixto, las participaciones de Don Ernesto Suárez eran precisas, generalmente de ofrecimiento para colaborar en lo que fuere. Durante muchos años ha sido el Tesorero de la Comisión Directiva de nuestro Alero Quichua. Era el organizador habitual de los viajes a la fiesta del Señor de los Milagros de Mailín. Cuentan algunos de los cantores de aquella época, que Don Suárez a veces ponía de su bolsillo para completar el valor del boleto de esos compañeros que no conseguían pagar totalmente su boleto. Un amigo llegó a decir que Don Ernesto era el único Tesorero que había conocido que era capaz de aportar dinero para que la institución no sufra pérdidas.

En la audición radial se ocupaba de alentar al público para acompañar con palmas a los músicos y cantores, bailaba, a veces cantaba, entraba en los diálogos ante el micrófono, etc. Viendo que Don Suárez entraba en todas partes, Don Sixto le ha puesto el apodo de Shaticu, que significa entrador, meterete, entrometido. Tal sobrenombre ha sido aceptado de buen grado por Don Ernesto, que ha pasado a ser conocido en el ambiente folclórico de Santiago como Shaticu Suárez.

Después del cierre de la peluquería de Don Sixto, las reuniones de Comisión Directiva y algunas Asambleas se han hecho en casa de Shaticu y todo el grupo ha sido muy bien recibido por toda la familia Suárez. El buen humor es una de las características de esta querida familia. Cuando llegaba alguno de los más conocidos del Alero Quichua, la esposa de Shaticu preguntaba secamente por la mirilla de la puerta: "¿Quién es usted y qué quiere?" Cuando el sorprendido visitante comenzaba a balbucear una respuesta, ella abría la puerta sonriendo mientras decía, por ejemplo: "¿Cómo andas, muchacho?"

A veces, en plena fiesta, ya fuese en su casa o en la de otros amigos, Don Ernesto protagonizaba furiosas "peleas" con Carlos González, para sorpresa de los que no los conocían bien. Era toda una puesta en escena muy bien elaborada que eventualmente recrea Carlos González con Buby Suárez (Ernesto Suárez hijo), como un nostálgico homenaje a esos juveniles tiempos. Una vez, Shaticu se ha "enfrentado en pelea" con Don Sixto, sorprendiendo y asustando de todos, pues no podía ser que, justamente los de mayor edad en la reunión y entrañables amigos estuviesen enemistados y haciendo tal escena; era también una teatralización pergeñada por ambos para reírse con los presentes. Los criollos gustamos de la pirotecnia para festejar. Don Ernesto no era ajeno a esta característica; en cada fiesta solía tirar cohetes para aumentar la alegría paisana. Cuanto mayor fuese la fiesta, tanto mayor era la cantidad de cohetes.

Shaticu no podía pasar desapercibido ni aunque quisiera. Sus comentarios picarescos espontáneos, su estilo criollo y saltarín para bailar folclore, su afición por los cohetes, su espíritu solidario y su afán por lograr que tengamos un Alero Quichua floreciente, lo han tornado muy conocido entre los folcloristas.

Hace un par de décadas, cuando iba a visitar al quichuista Delfor Godoy, que estaba enfermo en la ciudad de La Banda, Shaticu ha sido atropellado por un automotor, quedando imposibilitado de bailar. Años después, cuando iba a comprar cohetes para festejar la Navidad, ha sufrido una caída que ha afectado gravemente la misma pierna que ya estaba lesionada. Ha comenzado entonces para nuestro amigo una serie de sufrimientos.

La quietud y la edad lo han dañado en los últimos tiempos, provocando su muerte a los noventa y nueve años de edad, en la noche del Domingo 4 de Junio de 2.017. Ha fallecido en paz y con ello han cesado sus padecimientos físicos de los últimos tiempos. Shaticu ha vuelto a reunir una multitud de amigos en su velorio. En la penosa marcha desde la puerta del cementerio hasta la tumba, dos guitarras, un mandolín y un bombo han tocado la música que Don Ernesto Suárez tanto amó. Uno de sus amigos más queridos ha dicho un emocionado discurso breve.

Durante el descenso del féretro hacia la tumba, ha sido cantada su chacarera Soy del Monte, Quique Quintana ha recitado parte del poema que escribiera para el amigo Shaticu hace décadas, antes del primer accidente. El conjunto Nockanchis Puni, del cual es parte Ernesto Suárez hijo, también ha rendido su homenaje cancionero entre lágrimas.

Finalmente, tras unas palabras de un hijo de Shaticu, se le ha cantado la chacarera Añoranzas, para luego retirarse todos dejando el cuerpo del querido amigo en el camposanto donde sí hubo lugar para él. "Hay música en las guitarras y hay también risa en el llanto, y hasta se huele la paz del humo de sus petardos."

06 de Junio de 2.017