En la República de Honduras, el 20 de Julio es el Día de Lempira, el héroe nacional. Durante ese día, todo el pueblo, especialmente los escolares, recuerdan al Señor de la Montaña , que es la traducción del vocablo Lempira en idioma lenca. Los niños se visten como los guerreros lencas y marchan por las calles. En la década de 1.530, Lempira fué comisionado por el cacique Entepica para organizar la resistencia al avance español. Consiguió reunir un ejército de casi 30.000 guerreros procedentes de 200 pueblos. Con este ejemplo, otros pueblos se unieron a la lucha en el valle de Comaguaya, que hoy forma parte del Departamento Lempira. Los intentos españoles por derrotar a los lencas llevó muchos años. Muerto Lempira, el fin se aceleró. No se sabe a ciencia cierta si fué asesinado en una emboscada preparada con la promesa de negociar la paz, o si murió en combate. El líder de los guerreros lencas sigue presente en Honduras. La moneda nacional lleva su nombre, al igual que la ciudad de Puerto Lempira.
            Marcelo Ferreya es uno de los más prolíficos autores del cancionero santiagueño. Nacido en Santiago, pasó su infancia y adolescencia en la casa paterna, cerca del Parque Aguirre, la Costanera y el Río Dulce. Cerca de la Avenida Belgrano y de la Plaza Libertad. Los changos de su época solían reunirse a la siesta en el zaguán de alguna casa para conversar y armar competencias de malambo “en patas” (descalzos). Marcelo se destacaba como zapateador, además de ejercer cierto liderazgo natural entre sus amigos. Cuando dejó el terruño “por conocer otros pagos” recorrió casi todo el país. Se casó con la cantora santiagueña Elva Lía Jugo. Las piezas creadas por “Cola e’ Gallo”, con su esposa u otros folcloristas, han sido grabadas por los grandes cantores y muchas de ellas aún son cantadas por todo el país. Marcelo Ferreyra escribió para el Changuito Lustrador, para su vecino El Artesano, para una campesina de Otumpa, para el Cristo del Río... Así, expresando sus sentimientos de chango santiagueño, puso su alma a navegar en el cancionero popular nacional por siempre. Viajando por la vieja Ruta 9, de regreso desde Chauchillas hacia Santiago con Elva, Marcelo le había dicho, al ver el cementerio de Los Núñez, que a su muerte quería ser sepultado en ese lugar sombreado por algarrobos y visitado por pájaros cantores. Cuando el 21 de Julio de 1.992 falleció en Santiago del Estero, la familia respetó ese deseo. A casi diez leguas de su casa natal, descansa quien dijo a todos los caminantes: “...Santiago del Estero es tu ciudad” (Canción para una vieja ciudad, de Marcelo Ferreyra y Elva Jugo).

              El mes de Julio de 1.900 fué pródigo para la provincia de Santiago del Estero y el folclore nacional, ya que con horas de diferencia, nacieron dos bandeños que inmortalizarían su memoria cantando a esta tierra y a los sentimientos del criollo. En ese bendito mes del 347 aniversario de la Madre de Ciudades, el día 23 nació Julio Argentino Jerez, y el 24 nacía Cristóforo Juárez. Los dos, Julio Argentino trabajando primero como carpintero y luego entregado por completo a cantar sus sentimientos, y Don Cristóforo, maestro rural y  poeta, escribieron páginas inolvidables del cancionero regional. Mientras Julio Argentino Jerez expresaba sus Añoranzas desde Buenos Aires, Cristóforo Juárez hacía cantar los ckoyuyos de su alma en nuestra provincia. Lo que crearon, lo hicieron por puro sentimiento criollo y, sin proponérselo, ambos consiguieron superar la desaparición física y seguir entre nosotros. 

17 de Julio de 2.007