Se preguntaba el espectador de una carrera pedestre, haciendo una comparación entre la expresión facial que habían mostrado los primeros en llegar y la expresión de los que estaban entrando últimos.
Es necesario considerar que quien participa en una prueba atlética popular, ya ostenta una actitud diferente a la de quienes simplemente miran, sin perder de vista que los espectadores son muy necesarios para estos acontecimientos. Además, los que consiguen llegar a la meta han superado a quienes han abandonado la prueba en algún punto del trayecto. Finalmente, quien llega en primer lugar es la persona que en ese momento estaba en mejores condiciones que el resto.
Entre el grupo de competidores, sea cual fuere su ubicación en la larga fila que se forma al cabo de unos kilómetros, se puede ver gente que marcha cómoda y gente que denota esfuerzo. En general, van cómodos quienes se han preparado para una distancia mayor a la que exige la prueba, mientras que los preparados para distancias menores van a tener que poner un esfuerzo adicional.
En ciertas jornadas de trabajo que exigen esfuerzo físico, se percibe la diferencia entre los operarios experimentados y los nuevos. Quien recién se inicia y no está habituado a ese tipo de esfuerzos, sufre la tarea, mientras que los veteranos cumplen la labor prácticamente sin esfuerzo, pues han realizado tantas veces esa actividad que están adaptados a tales exigencias.
En otro tipo de tareas, aliviadas físicamente pero con exigencias intelectuales, las personas que se han preparado para ello parecen no tener problemas y cumplen con el trabajo en forma eficiente. Una persona que no está preparada trabaja tensa y preocupada, mientras que otros funcionarios sin preparación directamente se desentienden del compromiso asumido, especialmente si saben que el sueldo va a llegar de todos modos. Esta gente sin preparación o sin compromiso no ayuda al buen funcionamiento de un grupo de trabajo.
Entre los cantores folclóricos también podemos ver a muchos principiantes que actúan crispados, transmitiendo al público una sensación poco agradable, mientras que los experimentados o exitosos suelen mostrarse tranquilos, transmitiendo alegría y placer a quienes los escuchan.
Y así podemos seguir con muchas comparaciones, las que nos llevarán a la conclusión de que quien está más preparado tiene más posibilidades de lograr un buen resultado con poco esfuerzo, ya sea en un trabajo común y corriente, en el deporte o en la actividad artística.
De hecho que es toda una excepción el conseguir algo bueno sin esfuerzo. En la mayoría de los casos, el buen resultado es la coronación de un gran esfuerzo, el que se entregará durante el necesario período de preparación. Cuando el deportista entrena pone toda su fuerza, todo su empeño y dedicación, como si estuviese preparándose para el doble de lo que hará el día de la competencia. Llegado el momento de competir, el deportista bien preparado sabe cuánto puede rendir y está tranquilo, con la confianza que otorga el saber que puede lograr lo que se ha propuesto y tal vez más que eso.
El artista sabe que de su trabajo de ensayo depende el éxito de una actuación, por eso debe dedicar tiempo y esfuerzo a su preparación individual y en grupo, para lograr que en el escenario todo parezca fácil y espontáneo.
El operario que trabaja con fuerza física va a mejorar su rendimiento a medida que fortalezca su cuerpo y también a medida que aprenda algunas técnicas para el logro de resultados con menos esfuerzo físico. La persona que hace trabajo intelectual ha de mejorar su rendimiento mejorando las técnicas de trabajo; esas mejoras las va a lograr por sí misma o con ayuda.
Una vez logrado el resultado que se procuraba, es necesario dedicar más tiempo y esfuerzo para mejorar lo ya obtenido y evitar el estancamiento, pues la vida nos ha sido cedida para hacer cada cosa de la mejor manera, procurando que en el día de hoy los resultados sean iguales o mejores que los de ayer.
Es válido el esfuerzo sobre el escenario, en la pista de competencia deportiva, en el taller o en la oficina, pues ello llevará al individuo a entender que la autosuperación se logra con el trabajo intenso durante los ensayos, los entrenamientos deportivos, en la consulta a quienes saben más o en el buen aprendizaje de distintas técnicas de trabajo.
En la actividad de difusión del quichua, también es necesario que nos esforcemos para lograr buenos resultados. Tenemos que aprender cada día algo nuevo del idioma, mejorar también nuestro castellano y experimentar diversas formas de transmitir el quichua.
Nos encontramos ante un nuevo año de actividades y posibilidades, tanto por radio como en forma coloquial.
El idioma foráneo está penetrando el habla cotidiana de los más débiles, haciendo que su castellano sea en ocasiones difícil de entender por quienes hablan castellano. Es muy necesario cuidar el habla, tanto en castellano como en quichua, pues por distintos medios están intentando torcernos y confundirnos, para que no nos identifiquemos como parte de la tierra en que vivimos.
Para lograr una buena difusión del quichua, tenemos que prepararnos en la buena comunicación en castellano, para que a partir del mismo podamos hacer conocer el quichua, con la intención de que el idioma de nuestros mayores se mantenga vivo, hablado por una gran cantidad de gente.
Puede ser que represente algún esfuerzo la preparación y el aprendizaje para mejorar nuestra comunicación en castellano y en quichua, pero a la hora de aplicar los conocimientos, la satisfacción será muy grande.
Debemos prepararnos, sin pereza y sin engaños, para evitar que nos roben nuestra identidad.
07 de Marzo de 2017.