El “pueblero” comedido, ofreció su camioneta para llevar a Don José, que se había enfermado repentinamente, hasta el hospital de la ciudad. Mientras marchaban por la ruta de tierra, el pariente del enfermo que oficiaba de guía, a los pocos kilómetros le dijo: “Don Jiménez: aquí siga por el desecho, por que el camino está muy roto”. El vehículo bajó por un desvío trillado por automotores y carros. Docientos metros más allá subió nuevamente al camino. El conductor había entendido que ese camino lateral precario era la solución temporaria por haberse tornado intransitable un trecho de la ruta. Don José quedó internado y, pocos días después, el amigo de la ciudad pudo entrar a visitarlo. Don José, luego de agradecerle la gauchada, le dijo que no entendía lo que el médico le había hecho en el corazón. Don Jiménez le explicó entonces: “Vea Don José, usted tenía taponada una venita en el corazón y se iba a morir por eso. Aquí los médicos lo han abierto y, donde estaba mal la vena, le han armado un desecho con otra vena”. Don José respondió, convencido: “Ahora entiendo... benditos sean los médicos y su habilidad para desviar las rutas de la sangre”...
 
            La técnica de hacer un “desvío” en el recorrido del torrente sanguíneo ante la obstrucción de una arteria coronaria fué desarrollada por un médico rural que, por los caminos de La Pampa , habrá visto muchas veces a los automotores y carros tomar desvíos para evitar roturas en los caminos. El genial médico que salvó miles y miles de vidas en el mundo, había nacido en La Plata , provincia de Buenos Aires, el 12 de Julio de 1.923. Hijo de un carpintero y una modista, René Favaloro se recibió de Médico en la Universidad de La Plata y se fué a trabajar en Jacinto Aráuz (provincia de La Pampa ), donde vivió una vida austera con su esposa y dedicada exclusivamente a la medicina junto con su hermano, también médico. En 1.962, el Dr. Favaloro viajó a Estados Unidos para especializarse en cirujía torácica y cardiovascular. Cinco años después, desarrolló con éxito la técnica del by-pass coronario. Regresó a nuestro país en 1.971, con la intención de poner los adelantos científicos logrados al servicio de la población. La Fundación Favaloro efectuó una gran cantidad de trasplantes de corazón y fomentó la especialización de profesionales.

            Hijo de inmigrantes, relacionado con varios países, donde logró prestigio, el Dr. Favaloro mereció distinciones varias en casi todo el mundo. No era para menos: había dado un gran paso en la lucha de los cardiólogos por lograr una humanidad de corazones sanos. Todo lo que hizo este médico gaucho - gringo, nos demuestra que para nada fué ckella. Su franqueza (ama llulla) le granjeó sinceros amigos y viles enemigos. Su honestidad (ama sua) no le permitió obtener sino de manera lícita los medios materiales que necesitaba desesperadamente para sostener la Fundación. Los paisanos santiagueños llaman “desecho” al desvío que permite esquivar fallas en la ruta. Deshecho de pena quedó el corazón de mucha gente al saber que el Doctor René Favaloro no soportó la angustia de no hallar una forma de evitar los obstáculos que afrontaba la Fundación salvadora de vidas. El corazón del eminente médico cayó destrozado por una bala y por la justa indignación el 29 de Julio del año 2.000.

10 de Julio de 2.007