Esta copla en la chacarera La Ñaupa Ñaupa parece premonitoria. Felipe Benicio Corpos había nacido en Agosto de 1.935. Su pago natal fue el paraje La Loma, a la margen derecha del Río Salado, dentro del departamento Figueroa, no muy lejos de Villa Figueroa, en plena zona quichuista y con familia quichuista.
Trasladado a la ciudad de Santiago del Estero, cursó los estudios secundarios en la Escuela de Comercio. Inició estudios en la Universidad de Córdoba, pero no alcanzó el título de Abogado y volvió a Santiago cargado de conocimientos, vivencias y nuevas amistades. En nuestra ciudad trabajó como Gerente de Ventas en un comercio céntrico dedicado a los electrodomésticos.
Su capacidad intelectual y poética fue granjeándole un lugar destacado dentro de la sociedad cultural santiagueña. La amistad con Don Sixto Palavecino llevó a los dos por caminos creativos. De esa unión afectiva surgieron bellas creaciones en que Felipe ponía las letras y Don Sixto las melodías.
Los temas folclóricos creados por ambos eran cantados por Don Sixto, por sus hijos, por gente del Alero Quichua Santiagueño, y casi inmediatamente entraban en el repertorio de cantantes de nuestra y otras provincias. De hecho que la mayor creación que impulsaron ambos ha sido el Alero Quichua Santiagueño, que comenzó como Audición Quichua para luego tomar el nombre definitivo y diversificar sus actividades, con escuela de quichua, salida de delegaciones artísticas hacia distintos lugares de la provincia, presentaciones en actos culturales, conferencias, mesas redondas y grabación de discos documentales.
Entre los temas folclóricos creados por la dupla Corpos – Palavecino, mencionamos sólo algunos ejemplos: La Ñaupa Ñaupa, Coplitas Para tu Llanto, Atizando mis Amores, El Sacherito, Como el Sacha Mishi, Mi Tata Sabía Cantar, Sacha Sachanmanta. Con otro gran amigo integrante del Alero Quichua Santiagueño, Carlos “Canquita” Orellana, Corpos creó la chacarera Para Tacko Yurajníoj, una belleza musical y poética.
Si nos ponemos a enumerar ahora las letras de Felipe, tanto para temas musicales como en poemas, no alcanzará la extensión de este artículo. Como todo humano inquieto y emprendedor, habrá tenido por ahí sus encontronazos con situaciones o actitudes de terceros que dificultaban la acción cultural encarada por el coplero shalacu (del Río Salado).
¿Se habrá referido a esas situaciones al prever que lo quemarían los desengaños, chamuscando su vida? ¿O serían desengaños amorosos? No lo sabemos, pero primero tendríamos que averiguar qué es la “flor de maíz pishinga”, a fin de entender esa significativa estrofa. Sabemos que el maíz es una planta gramínea originaria de nuestro continente. Hace muchos siglos ha comenzado a ser cultivada por mayas, aztecas (México) y pueblos del Perú. El maíz es relativamente fácil de cultivar.
Uno puede plantar un grano cada pocos centímetros de distancia y al poco tiempo verá surgir la plantita, la que crecerá en altura conforme las horas de luz que reciba cada día.
Cuando en la cúspide de la planta aparezca la flor, será tiempo de estar atentos a las mazorcas que crecerán en el ángulo formado por las largas hojas con el tallo. La flor de lo alto suelta polen que cae en el ángulo antedicho y germina la flor femenina, la que producirá una mazorca con granos fecundados, aptos para la reproducción de la especie o para el consumo.
En nuestra región, a la planta de maíz se la llama chacra, a la mazorca se la llama choclo, al tronquito donde se insertan los granos se lo llama marlo; cada choclo está recubierto por un tipo de hojas que llamamos chala. En quichua, al maíz lo llamamos sara, al marlo le decimos ckoronta.
El maíz es conocido y consumido prácticamente en todo el mundo; así también le dan distintos nombres y diferentes preparaciones. Se lo puede agregar a sopas, ensaladas y otras comidas; se puede preparar bebidas, postres y helados de maíz. Lo que nos interesa en este caso es lo que en otros lugares llaman “palomitas de maíz” y nuestros quichuistas llaman amca. Hay una variedad de maíz particularmente apto para hacer amca o pochoclo: el maíz pisingallo, pishingallo, también conocido en nuestros pagos como maíz pishinga.
El maíz pishinga tiene la particularidad de que sus granos son resistentes en la periferia, lo que hace que retenga mayor humedad en su interior, al ponerlo a tostar, el núcleo se pone en tensión para expandirse, lo que alcanzada cierta temperatura, hace que haga un sonoro reventón y se forme la "palomita de maíz" a la que llamamos amca. Todo ésto conocen los paisanos nuestros y los de otras provincias. En otros lugares dicen pochoclo y pororó; los santiagueños decimos amca. Por lo tanto, cuando Felipe Corpos escribió la letra de La Ñaupa Ñaupa, sabía qué pasa con el maíz pishinga al ponerlo a tostar.
Es posible que en ese tiempo haya sentido con fuerza el fuego interior del poeta, junto con el temor de que los desengaños lo quemasen y chamuscaran su vida. Estaba en la cúspide de su inquieta vida, pleno de actividad y prestigio, cuando un día en que tal vez habrá ido acuciado por la poesía mientras debía abrir el negocio donde trabajaba. ¿En qué vuelo poético habrá estado el coplero Corpos, para no percibir que había una pérdida de gas y encender la luz eléctrica? La explosión causada por esa acción fue como un ramalazo de engaños que chamuscó gravemente la vida del insigne quichuista. Pocos días después, luego de una leve mejoría en Buenos Aires, Felipe Benicio Corpos falleció el 13 de Diciembre de 1.974.
Finalmente, el fuego al que tantas veces nombrara en sus coplas, consiguió llevarse al coplero shalacu. El lado triste de su premonición se cumplió, pero por otra parte, el fuego de la inspiración ya lo hacía reventar en coplas, en bellas letras que aún hoy se cantan y se seguirán cantando mientras quede gente criolla gustosa de los buenos cantares santiagueños.
08 de Diciembre de 2.015