(A ese varón, Don Domingo, conocerlo yo deseo.) La admiración hacia el Profesor Domingo Bravo expresada por Don Sixto Palavecino en su chacarera Penckacus Cáusaj Carani (Avergonzado Vivía) se repite entre la gente que conoce la obra del docente que recorriera nuestra provincia en pos de la lengua quichua.
Domingo Antonio Bravo nació en Higuera Chacra el 4 de Agosto de 1.906. Era un paraje rural ubicado en el departamento Robles de nuestra provincia, que ahora ha crecido y mejorado. Gracias al esfuerzo propio y de su madre, se formó docente siendo apenas un adolescente. Como Maestro Rural primero y luego como Inspector, recorrió gran parte de la provincia velando por la formación educativa de nuestros comprovincianos.
Pero Don Domingo no se quedó con el simple cumplimiento de su tarea laboral. Puso gran interés en el habla de la gente que iba conociendo e inició por su cuenta una monumental tarea de aprendizaje del quichua directamente de la fuente: De la gente quichuista.
Con su cuaderno de apuntes y un grabador, comenzó a entrevistar a los quichuistas, documentando los testimonios con fecha, el nombre de la persona y del lugar, en un trabajo que le llevó largos años de andanzas, recorriendo las zonas quichuistas cual caballero andante.
Al mismo tiempo, estudiaba los libros de investigadores anteriores a él. Al cabo de un monumental trabajo de investigación y recopilación de datos, observando también cómo preferían escribir los hablantes santiagueños, comenzó a publicar numerosos libros y artículos, a la vez que dictaba cursos de quichua. Esos trabajos le valieron reconocimientos académicos, como el ser designado Profesor Honoris Causa y años después Doctor Honoris Causa.
Alguna vez, alguien se refirió al Profesor Doctor Domingo Antonio Bravo como Maestro Rural. Tenía razón esa persona, Don Domingo Bravo cumplió la honrosa labor de docente de campaña, pero también es cierto que los títulos otorgados por una Universidad son válidos y desconocerlos equivale a desconocer a la casa de altos estudios.
El Dr. Domingo Bravo trabajó en la enseñanza y difusión del quichua hasta cumplir más de ochenta años de edad. Después continuó con la investigación y las enseñanzas personalizadas hasta cerca del final de su fructífera vida.
Contaba Don Sixto Palavecino que,cuando aún vivía en Villa Salavina, escuchó que otra gente comentaba una buena noticia aparecida en el diario El Liberal, el que contaba que el Profesor Domingo Bravo dictaba un curso de quichua en la Biblioteca Sarmiento, en la ciudad Capital de la provincia. Esta novedad provocó en Don Sixto una gran alegría, la que expresó en su chacarera Penckacus Cáusaj Carani (Avergonzado Vivía), donde cuenta que hasta la aparición del Don Domingo, el quichua era despreciado por la mayoría de la población. A partir de las acciones del docente, la lengua de nuestros mayores comenzó a ser reconocido y observado como una actividad seria. Hasta entonces, era idea generalizada que el quichua se usaba para poder decir picardías sin ser entendidos, y que si uno aprendía el idioma se condenaba a no hablar bien el castellano.
La chacarera de Don Sixto termina en una expresión de deseo: Conocer al docente favorecedor del quichua. Después de un intercambio epistolar, en el que el Profesor pedía a Don Sixto que escribiese en quichua y como le salía, se conocieron en un viaje del músico a la ciudad de Santiago, adonde venía por asuntos del almacén de ramos generales que tenía en Salavina.
Cuando en 1.969 comentó a Felipe Corpos su deseo de hacer un programa de radio en quichua, comenzaron a barajar nombres para formar un grupo que realizaría el anhelo. Don Sixto sugirió la incorporación del Profesor Domingo Bravo. El primer Domingo de Octubre de ese año, después de la presentación por parte del locutor de turno de LV 11, el Profesor hizo un breve discurso de apertura de la Audición Quichua. A partir de entonces y durante muchos años, Don Domingo se encargó de las palabras de apertura de cada ciclo radial.
Don Vicente Salto y Felipe Corpos comenzaron la enseñanza de quichua, la que poco después quedó bajo la dirección del Profesor Bravo, con el nombre de Curso Elemental de Quichua. Al mismo tiempo, el Profesor dirigía la cátedra (creada por él) de Lingüística Regional en la Universidad Nacional de Santiago del Estero. Ha sido el Profesor Domingo Antonio Bravo quien llevó el quichua a la Universidad de Santiago.
Escribió numerosos libros, entre los que podemos mencionar: ¿Quiere Ud. Aprender Quichua? el que es un valiosísimo manual de aprendizaje para quien quiere iniciarse en el quichua santiagueño, el Diccionario Quichua Santiagueño – Castellano, el Diccionario Castellano – Quichua Santiagueño, Estado Actual del Quichua Santiagueño, El Quichua en el Martín Fierro, El Sustrato Lingüístico de Santiago del Estero y en Don Segundo Sombra, Antitéticas (poesía). Muchas de sus obras literarias fueron premiadas.
También fue autor de temas musicales folclóricos, como por ejemplo la letra de la vidala A mi Madre, con música de Don Sixto, la vidala bilingüe Carumanta Amorani Ckaásoj (De lejos te vine a ver) con letra y música de Don Domingo, la letra de la chacarera Santiagomanta, entre otros temas.
Basado en lo que aprendió de estudiosos anteriores a él y a lo que observó en los hablantes, utilizó e hizo oficializar una signografía sencilla, fácil de aprender por quienes escriben en castellano.
El Profesor Doctor Domingo Antonio Bravo ha sido Miembro Correspondiente en Santiago del Estero de la Academia Argentina de Letras, Director del Instituto de Lingüística, Arqueología y Folklore depediente de la Universidad Nacional de Tucumán, Director del Programa de Extensión Universitaria en la Universidad Nacional de Santiago del Estero.
El Profesor Doctor Domingo Antonio Bravo es uno de los horcones fundacionales de nuestro Alero Quichua Santiagueño. El inolvidable docente, criollo folclorista, trabajador incansable, enamorado de nuestra tierra y declarado americanista, hoy cumpliría ciento nueve años.
El quichua es materia de estudio y enseñanza gracias a esforzados docentes que ponen su tesón en ello, destacándose como el gran pionero Don Domingo Bravo, hombre del Alero Quichua Santiagueño.
04 de Agosto de 2.015.