Sufrimos cuando nos falta el agua y también cuando la tenemos en exceso. Nuestra forma de vida necesita fundamentalmente de oxígeno y de agua; en orden de importancia, después viene la alimentación, el abrigo y otras necesidades, importantes cada una de ellas.
El agua es imprescindible para la supervivencia humana. Es sabido que nuestro cuerpo contiene una gran cantidad de líquidos o, mejor dicho, de agua. Nuestro planeta se parece a sus habitantes: La superficie de la Tierra cubierta por agua es mayor que la de tierra visible.
La gran cantidad de agua existente en el mundo se encuentra en los tres estados, tal como nos han enseñado en la escuela primaria: Líquido, sólido y gaseoso.
El agua en estado gaseoso no es visible, pues se incorpora al aire en una cantidad que varía según las condiciones meteorológicas. El vapor de agua es invisible para el ojo humano. Generalmente lo confundimos con las “nubecitas” que se forman cerca del agua caliente.
En estado sólido, el agua puede presentarse en forma de nieve o de hielo. La nieve es producto de la cristalización del vapor de agua por causa de temperaturas bajo cero. Es poco común la nieve en nuestra provincia, aunque hace pocos inviernos hubo nevadas en el Sur y parte del Oeste provincial.
El hielo es bien conocido, pues en las tormentas de Verano suele caer en forma de granizo o piedras de hielo, en algunos casos extremos de un tamaño similar al de un huevo de gallina. También podemos ver el hielo en su estado natural en Invierno, cuando una helada provoca la formación de escarcha, una capa de hielo que se hace donde hubo agua durante la noche. Las heladas suelen ocurrir cerca del amanecer, momento en que más tiempo pasó desde la declinación del Sol. Mucha gente dice que hace más frío después de la salida del Sol y es cierto, por que la menor temperatura se produce cuando Inti (el Sol) frena el descenso de las marcas del termómetro, descenso que hubo comenzado con la declinación del Sol hacia el horizonte en la tarde anterior.
El hielo ocupa un espacio mayor que el del agua que lo originó, por eso es que flota y también por eso es que provoca la muerte de las células que se congelan. Tanto los vegetales como los animales y seres humanos, tenemos mucha agua en cada célula. Si esa agua se congela, romperá la piel de la célula, así como se rompe una botella con líquido que se congela. Hay que tener cuidado con los fríos extremos para evitar daños al organismo. En Santiago del Estero, los quichuistas llaman ckasa a la helada y por extensión al hielo también.
Reconocemos mejor al agua cuando la vemos en estado líquido y en quichua la llamamos yacu. La encontramos por todas partes: En ríos, arroyos, esteros, pozos y también en las gotas de lluvia. Las nubes son grandes cantidades de gotitas que se encuentran suspendidas en el aire, sostenidas por corrientes ascendentes.
El agua es necesaria para el buen funcionamiento de nuestro organismo, el que sin agua parecería una hoja reseca y de hecho perecería cuando le faltase una cierta cantidad del líquido. Es necesario beber agua varias veces al día. En caso de necesidad, se puede pasar un día entero sin beber, pero esa carencia puede traer graves consecuencias para la salud. Si un ser humano pasa una semana sin beber agua ni líquido que la contenga, es muy posible que muera por la falta de reposición del líquido que vamos perdiendo permanentemente por transpiración y otros factores.
Históricamente, los pueblos construyeron sus casas y poblaciones cerca del agua,como la ciudad de Santiago del Estero, construida a la vera del Río Dulce. El ser humano necesita agua para beber, bañarse, lavar su ropa y demás elementos útiles; además debe tener agua para sus animales y sus plantaciones.
Según en qué zona se asiente el ser humano, puede cubrir sus necesidades con agua de lluvia, pero generalmente se toma a la lluvia como un evento útil para los sembrados e incómodo para las ciudades.
Las ciudades y las rutas necesitan buenos sistemas de desagüe, para que el agua de lluvia no sea un problema. Esos desagües deben ser suficientes para sacar el agua de grandes tormentas y, además, deben estar libres de obstáculos. Con la construcción de diques se intentó controlar las crecidas de los ríos y también evitar la escasez de agua en las zonas de riego durante la época sin lluvia.
En este final de Verano, varias provincias de nuestro país recibieron una gran cantidad de lluvia y ello causó graves inundaciones, con lamentables casos fatales. Es casi seguro que los grandes cambios en la atmósfera, con fenómenos exageradamente fuertes, se debe a la deforestación. El ser humano se multiplica y ocupa cada vez más espacio vital en el planeta. Nuestros afanes de consumo hacen que ocupemos muchísimo mayor espacio que el necesario. Toda nuestra actividad provoca un retroceso en la población animal y vegetal en la Tierra. Ahora nos quejamos al sospechar que estamos pagando las consecuencias de nuestras fantasías, o las de quienes admiramos y obedecemos.
Las lluvias existen desde tiempos inmemoriales, muy anteriores a las civilizaciones. Por lo tanto, el razonamiento lógico es que las ciudades, los pueblos y las rutas deberían construirse teniendo en cuenta la posibilidad de lluvias muy fuertes.
La realidad nos muestra que los desagües de muchas poblaciones son insuficientes, por haber sido construidos para una cantidad mucho menor de habitantes. La poca capacidad de los desagües se agrava por la acción de los habitantes, que arrojan basura en cualquier parte, la que es empujada por las lluvias hacia las vías de salida de las aguas, con el consecuente taponamiento e inundación. Además de la falta de conducta ciudadana, provoca esta situación la falta de acción de los organismos oficiales, que no limpian lo que permitieron ensuciar.
Nuestro Río Dulce no está siendo suficiente para llevar la gran cantidad de agua que viene de Tucumán. El lago de la Presa Río Hondo es insuficiente para retener el gran caudal de los ríos tucumanos.
El lago de Río Hondo se ha ido llenando de sedimentos a lo largo de las décadas, sin que nunca se haya hecho un dragado para recuperar el volumen de embalse. Es lógico que ahora su capacidad para recibir y contener crecidas de los ríos tributarios sea insuficiente.
El Río Dulce ha pasado algunos veranos con poquísimo caudal, provocando la formación de islas con vegetación permanente, aparte de una gran mortandad de peces. Esas islas ocupan dentro del cauce un espacio que antes estaba libre para el paso del agua. Esa falta de espacio provoca desbordes cuando abunda el agua.
Las inundaciones de este Verano son trágicas. Por una parte han dado lugar a la aparición de la solidaridad de mucha gente, pero por otro ha surgido la necesidad imperiosa de esa solidaridad. Si fuésemos más organizados, no estaríamos padeciendo estos males.
Es necesario que tomemos estas desgracias como fuente de aprendizaje, para bien de quienes nos suceden en la vida. De una vez por todas, comencemos a hacer las cosas bien y a exigir que sean bien hechas, sin pereza, sin mentiras, sin robos.
10 de Marzo de 2.015.