“A la fiesta de la Virgen, nadie ha de faltar…” dice el Gatito Silipiquero, de Juan Carlos Carabajal y Orlando Gerez.
Se acerca la fiesta anual de la Virgen de Monserrat, en Villa Silípica, departamento del mismo nombre, en la provincia de Santiago del Estero. El Domingo 2 de Febrero, por la mañana comenzará la actividad en la antigua villa. Temprano nomás hay misa, luego la procesión y, después del amuerzo, comienza el baile con música variada, donde la más apreciada es la del folclore santiagueño. 

Villa Silípica existe desde la época colonial. Ha sido una próspera población, que ha parado un poco su crecimiento por causa del trazado del ferrocarril, el que pasó unos seis kilómetros al Oeste, dando nacimiento al pueblo Estación Simbol, junto a la Ruta Nacional 9, desde donde se llega a Villa Silípica por un camino mejorado.
Otra de las estaciones ferroviaras de esa línea es Árraga, cuyo poblado pasó a ser cabecera del departamento Silípica, reemplazando en importancia administrativa a la antigua Villa Silípica, dado que Árraga está junto a la línea férrea, al lado de la Ruta 9 y apenas a 32 Kilómetros de la ciudad de Santiago del Estero. 

El Domingo 2 de Febrero habrá fiesta en Villa Silípica. Para llegar desde la ciudad de Santiago, hay que tomar la Ruta Nacional número 9 hacia el Sur, como quien va hacia Loreto, Ojo de Agua o Córdoba. En ómnibus o en vehículo particular, el viajero pasará por El Zanjón, Yanda, Santa María, Ingeniero Ezcurra, La Abrita y Árraga. Una vez recorridos 37 Kilómetros desde Santiago, habrá llegado a Simbol, donde encontrará a la izquierda la ruta hacia Villa Silípica. 

Después de recorrer seis kilómetros por un camino ancho, desde el que se alterna la vista del monte autóctono con campos labrados, llegará a la villa. En la población, encontrará puestos de artesanías y de comidas regionales. Es menester visitar la iglesia y hacer un recorrido por la villa, antes de entrar en alguno de los bailes que suelen armarse, tanto en casas de familia como en locales preparados ex profeso. 

La importancia de Silípica comenzó cuando era lugar de parada para los viajeros que iban desde el Noroeste hacia Buenos Aires, o para los que venían desde el Sur, por el Camino Real. Esta zona de nuestra provincia vio pasar a los chasquis llevando noticias y órdenes, a las tropas de carretas y arreos de animales de carga o vacunos. También pasaron los próceres de la lucha independentista, como el General José de San Martín, Manuel Belgrano y Martín Miguel de Güemes. 

Cuenta la tradición local que, en época colonial, una tropa de carretas procedente del puerto de Buenos Aires pasaba por Silípica hacia el Norte. Luego del necesario descanso en la posta silipiquera, los bueyes de una de las carretas no iniciaban la marcha, como si aún estuviesen muy cansados o la carga fuese muy pesada. Luego de varias pruebas, descargando distintos bultos de la carreta, los troperos descubrieron que la diferencia entre pesadez o liviandad de la carreta estaba determinada por un pequeño cajón, pues cuando el cajón estaba en la carreta, los bueyes no marchaban, pero sí cuando el mismo era bajado a tierra. 

Al abrir el misterioso cajón, vieron que contenía una imagen de la Virgen de Montserrat. La Virgen de Montserrat es de origen catalán. La réplica del caso de Silípica estaba siendo transportada desde Buenos Aires hacia una de las nuevas ciudades del Noroeste. En ese momento decidieron dejar la imagen en la villa, donde se construiría una capilla para su veneración. El relato se parece al de la Virgen de Luján, al de la Virgen de Sumampa y otros sucedidos en distintos lugares de nuestro país o países vecinos. 

Villa Silípica es un pago especialmente querido por nuestro Alero Quichua Santiagueño, pues fue en Silípica donde nos fue entregado el premio Mistol de Oro en los años ’90; también, uno de los asiduos participantes del Alero durante los años ’80 y ’90, el bandoneonista Rubén Ledesma, vive desde hace poco en su tierra natal y hogar de sus mayores: Villa Silípica. Alguna gente del Alero, como el Arquitecto Mario Olivera (f), supo disfrutar de las fiestas patronales silipiqueras, con baile debajo de enramadas bajitas sostenidas por horcones de quebracho. Solíamos encontrarnos con la familia de Don Teodoro Villavicencio, que venía desde Pueblo Nuevo, distante una legua hacia el Norte. Algunos integrantes de la numerosa familia se trasladaban en sulky hasta Silípica, mientras otros lo hacían caminando al amanecer. 

Cuenta Mirta Mabel González que Don Guillermo González, su abuelo, era uno de los protagonistas artísticos de la Fiesta de la Virgen de Monserrat. Ello está mencionado por Juan Carlos Carabajal en el Gatito Silipiquero: “Si toca Guille González… ¿Qué puede faltar?” También menciona a la familia de Rubén Ledesma: “En casa de los Ledesma se oye un bandoneón”. 

El momento de la procesión es particularmente emocionante, con los tocadores de erque haciendo sonar el antiguo instrumento andino construido por ellos mismos con caña y cuerno de vacuno. 

La celebración patronal de Villa Silípica comienzan el 2 y se extienden hasta el día 10. Gente de toda la región participa de la misma. El viajero que viene desde el Sur, una vez que haya pasado Loreto y Nueva Francia, debe estar atento para girar a la derecha en la escuela de Simbol. Son seis kilómetros hasta Silípica. Allí encontrará parte importante de la historia viva de Santiago del Estero, en cualquier época del año. Si decide seguir hacia el Naciente, encontrará el bordo que indica la antigua barranca del Río Dulce, el que por fenómenos geológicos ya está desplazado unos ocho kilómetros hacia el Este, pero accesible por un camino ancho. 

La fiesta de la Virgen de Monserrat, de Villa Silípica, está siendo revalorizada últimamente a nivel oficial y forma parte de un proyecto mayor relacionado con el Camino Real. El pueblo creyente no dejó nunca de lado el homenaje a la Virgen de Silípica, lo que está reflejado en el gato de Orlando Gerez y Juan Carlos Carabajal: "Bien alegre va la gente,/bien montados los jinetes/ y entre el ruido de los cohetes/ sale la procesión".
Unámonos al grito de la multitud "¡Viva la Virgen de Monserrat!" ¡Viva Santiago del Estero! 

28 de Enero de 2.014.