Otro año que se va… y otro año que viene. Si bien es cierto que la vida discurre en forma constante, las experiencias nos llevan a segmentar el tiempo para tener una visión más clara de lo ocurrido y para trazar planes.
En estos días de fin de año, hubo industrias y comercios específicos que trabajaron febrilmente, aprovechando el esperado tiempo de venta de artículos tradicionalmente consumidos por la población. Ellos ya están planificando las próximas ventas, acordes con lo que indican el calendario y las tendencias sociales.
En el ámbito del espectáculo con contenido folclórico, el almanaque marcó una pausa en los actos oficiales por comienzo de las vacaciones de Verano. Ahora vienen los festivales veraniegos, los grandes festivales. El mayor de ellos es, sin duda, el Festival Nacional de Folclore que se realiza en Cosquín, provincia de Córdoba. Esa fiesta artística y cultural nacional e internacional nació como un festival folclórico, pero poco a poco ha sido transformado en la Babel actual, donde se puede escuchar y ver de todo, incluso folclore.
En el mayor de los festivales folclóricos argentinos, lo más sustancioso suele ocurrir fuera del escenario principal. Los cursos breves de distintas especialidades, incluidos de quichua, los encuentros culturales entre gente muy bien preparada para ello, los reencuentros entre gente que vive en lugares distantes, son posiblemente las mejores características de los días festivaleros coscoínos. Uno puede concurrir con la inquietud que sea, y en algún lugar de Cosquín va a encontrar algunas personas afines con las cuales llegar al entendimiento y al trazado de planes en común.
Desde hace cuatro años, nuestro Alero Quichua hace presencia en el Festival de Cosquín, en un sector del puesto de la Sub Secretaría de Cultura de la Provincia de Santiago del Estero. En ese lugar se puede encontrar asesoramiento en cuanto a la lengua quichua de nuestra provincia.
También algunos integrantes de nuestro grupo habitual suelen ir en busca de nuevos oyentes para su cantar criollo bilingüe. Es innegable que los artistas aficionados que concurren a éste y otros festivales, llevan en algún rincón de su corazón la esperanza de ser reconocidos y promovidos al impenetrable círculo de los favorecidos por jugosos contratos para acceder a grandes y luminosos escenarios.
Los festivales en Santiago del Estero son un reflejo de los que se desarrollan en otras provincias, con su reparto de esperanzas, decepciones, sorpresas agradables y de las otras. No somos ajenos al absurdo reinante que anuncia un producto y acaba entregando otro, ante el aplauso de una gran cantidad de gente que no se fija en detalles, sino que concurre a los festivales para encontrar amigos y divertirse. Si el público es numeroso y las ventas abundantes, para los organizadores está bien.
Nuestro Alero también traza sus planes en cada comienzo de año. Son planes sencillos, acordes con la razón de ser de este movimiento cultural criollo. Por una parte, la página por la que nos comunicamos con el mundo está activa durante todo el año; las personas que la diseñan y sostienen están permanentemente procurando brindar lo mejor para quienes visitan nuestro sitio. En cuanto a las actuaciones grupales, de cara a la preponderancia de lo comercial en los espectáculos grandes, los mismos no forman parte de los planes de nuestro Alero.
Por ahora, el grupo de artistas tradicionales del Alero Quichua tiene cabida en un par de festivales auténticamente criollos. Si tales festivales crecen, veremos si mantienen su esencia y si seguimos siendo convocados.
En cuanto a la audición radial, hemos anunciado que volveremos el primer Domingo de Marzo. Es lo esperable por los protagonistas de esta patriada. Durante el tiempo de receso, los oyentes sentimos mucho la falta del Alero Quichua en la radio cada Domingo cerca del mediodía; no es cosa de ahora, pues ya corrían los comentarios en la época de los ciclos bimestrales. En los años ’70, ’80 y más adelante, cuando en una casa o en un negocio con radio se escuchaba el “servicio de prensa” anunciando el regreso del Alero, los presentes comentaban: “¡Por fin vamos a volver a escuchar algo bueno!” o “¡Ahora me ha gustado!” Actualmente, los anuncios se dan tanto por radio como por otros medios electrónicos, y los comentarios se comparten de diversas formas, generalmente en las redes sociales de Internet, pero sigue percibiéndose la alegría de los oyentes cuando vuelve la audición cada año.
Uno de los planes de nuestro Alero Quichua es el de aprovechar al máximo el tiempo disponible durante el año. Entre Marzo y Diciembre de 2.014, tendremos un total de 44 días Domingo. Si retiramos los más cercanos a las fiestas de fin de año, nos quedan 43 o 42. Es decir que, en el mejor de los casos, tendremos poco más de cuarenta oportunidades de menos de dos horas cada una, para que desde la radio, nuestro quichua y nuestras tradiciones hagan su aporte a la cultura nacional, procurando compensar varias horas de los 365 días del año en las que somos bombardeados por propuestas distintas a nuestras tradiciones santiagueñas y a nuestra condición de hablantes bilingües.
Serán pocas oportunidades en el año para insistir en lo que pedía Don Sixto Palavecino: Que el quichua no sea menos, que esté de igual a igual con los otros idiomas. En la voz y la pluma de Don Sixto está reflejado el sentimiento de todo un pueblo, de los quichuistas que aún están y de los muchos que ya se han ido, soñando con que sus hermanos tomen al quichua con toda naturalidad, que lo hablen, que lo entiendan, que lo difundan.
La lengua quichua está pasando por un buen momento. Se habla y canta quichua en varias audiciones de radio, tanto en nuestra provincia como en otras, especialmente en la provincia de Buenos Aires, donde viven muchos santiagueños nostalgiosos. También hay cursos de quichua en varias provincias. La Universidad Nacional de Santiago del Estero está formando Técnicos en Educación Intercultural Bilingüe con Mención en Lengua Quichua. En el futuro cercano y mediato se podrán ver los resultados de esta iniciativa.
El quichua está pasando por un buen momento. Es tiempo de disfrutar de ese buen momento y fortalecerlo. Se puede lograr el fortalecimiento mientras se disfruta de ello. Es necesario aprender y ejercer el bilingüismo santiagueño. El año que comienza está nuevito, lleno de oportunidades para aprender, practicar y enseñar.
Don Sixto dice: “El que sabe, siga hablando”. Podríamos agregar: “El que sabe algo, procure enseñar a alguien”. El Alero es un buen ámbito para hablar, cantar, aprender y compartir conocimientos santiagueños y quichuas.
Llega un nuevo año, huata mósoj chayan. Llega un buen año, alli huata chayan. Vamos a tratar de aprovecharlo. ¡Que llegue nomás! ¡Chayachunlla!
31 de Diciembre de 2.013.