“Otra vez la Navidad, y otro año que se va…” Así cantaba Coco Díaz en los años ’70. En esta época de fin de año hay una serie de sentimientos desbordando el alma de la gente. Algunos aprovechan para atizar esperanzas propias y de sus cercanos ante la llegada del nuevo año y la sensación de que en ello hay un renacer de la vida. Otros se ponen nostálgicos y tristes por que recuerdan a quienes estuvieron en pasadas fiestas findeañeras y ahora no están. Así como entre la gente hay diversidad en el modo de pensar y sentir, hay también tal diversidad en el modo de encarar estas fiestas tradicionales de fin de año.
Los rasgos comunes que se pueden observar, especialmente en las ciudades y pueblos, es que la circulación de sueldos y aguinaldos juntos, aumenta el deseo de comprar cosas y lanza a las personas a las calles de las zonas comerciales. También los fines de semana de Diciembre son especiales, con reuniones y fiestas de despedida del año en escuelas, clubes, empresas y diversos grupos humanos.
Nuestro grupo nativista no ha sido ajeno a esta euforia de fin de año. Justo en estos días ha salido terminado el disco compacto Alero Quichua Santiagueño Volumen 7. Gente del Alero ha recorrido audiciones amigas en distintas emisoras de radio. El difusor folclórico Walter Díaz invitó a nuestro Alero a presentar el disco y hacer una audición especial dentro de su programa Pago Donde Nací, en Radio Panorama. Parte de la audición ha sido grabada y después difundida en televisión por Canal 7 Santiago del Estero. Estas actividades nos llenan de alegría y orgullo, al ver que nuestro movimiento goza de buen concepto ante la comunidad, los folcloristas se muestran generosos ante el emprendimiento quichuista y entre nosotros hay capacidad para afrontar los requerimientos de los medios de difusión.
Ahora comienza una época de abundancia de festivales por todo el país, los que tienen como principal atractivo al grupo de artistas reconocidos a nivel nacional. Los artistas locales completan el elenco de cada noche festivalera. En nuestra provincia habrá una buena cantidad de festivales folclóricos apenas comenzado el año 2.013. Algunos serán muy parecidos a los grandes festivales, con muchas luces de colores, humo artificial, servicio de amplificación sonora venido de otras provincias y artistas de fama nacional. Otros serán más nuestros, con mucha participación local y más cercanos a la tierra.
Nuestro Alero entra en una época del año en que no se emite la audición radial, pero hará presencia en el Festival Nacional de Folclore, en la ciudad de Cosquín, provincia de Córdoba, en el puesto de la Sub Secretaría de Cultura de la Provincia de Santiago del Estero. Es muy probable que nuestros músicos y cantores nos representen en el Festival del Canto Sachero y tal vez en algún otro festival provincial donde el mensaje a favor de la lengua quichua sea comprendido.
La difusión del quichua santiagueño no conoce de recesos ni descansos, no por que sea una tarea ardua de la que no se puede escapar, sino todo lo contrario: Dedicarse al aprendizaje y difusión de lo que es auténticamente nuestro es una tarea agradable, por eso es que uno se siente inquieto cuando se interrumpe alguna actividad. En el caso de la audición radial, la misma requiere del apoyo técnico por parte de personal especializado que trabaja en ello, gente que sí necesita un período de receso anual.
La actividad consistente en acrecentar conocimientos y compartirlos puede ser continua, sobre todo con los medios de comunicación que tenemos a nuestro alcance. Con un simple mensaje de texto por teléfono móvil o por correo electrónico, uno puede consultar sobre determinada frase quichua, autoría o letra de temas musicales tradicionales, sin importar la distancia física que hay entre quien sabe y quien quiere saber. Esta época del año es época de encuentros y de reuniones. Entre conversaciones y canto compartido va surgiendo también el intercambio de conocimientos respecto a la lengua quichua, al canto tradicional santiagueño, a la historia y costumbres de nuestro pago y de toda la región. No es que uno visite a alguien con el objetivo de aprender gratis, sino que el intercambio de conocimientos y el crecimiento compartido surge naturalmente entre personas afines.
Los dos primeros meses del año serán de receso para la audición radial del Alero Quichua. Es tiempo en que los cantores se reunirán en los fines de semana para compartir el canto y las ideas. En Marzo volveremos con un repertorio de canto y de temas a tratar ampliados, acorde con las necesidades de la lengua quichua, que no por estar gozando de buena salud está libre de los ataques sutiles o abiertos de los poderes dominantes y globalizadores.
Los avances contra la identidad de los pueblos son cotidianos, sin recesos. Para colmo, muchos de esos avances son tan sutiles y disfrazados que el propio pueblo a desnaturalizar ayuda a destruir lo que es suyo. Se ve y escucha en forma cotidiana a gente del folclore o cercana al mismo, sustituyendo expresiones de nuestro pueblo por voces mandadas desde los poderes para globalizar los pueblos, como si quisieran meternos a todos en un corral.
Los poderes económicos centrales ya han hecho clientes suyos a muchos folcloristas, induciéndolos a comprar sus instrumentos electrónicos, de lata y plástico. Por otra parte, con esos ruidosos instrumentos están acostumbrando al pueblo a gustar del volumen alto más que del canto decidor.
Ya está avanzada la globalización en la indumentaria, lo que será fácilmente perceptible en los festivales veraniegos, donde muchos de los artistas, al margen de su talento musical, mostrarán su poca ubicación respecto al lugar y ocasión, apareciendo en los grandes escenarios con el aspecto de quien recién estuvo jugando en un potrero, o acarreando arena, o asaltando al almacenero de la esquina. Como ya ha sido lograda la falta de respeto hacia sí mismos en cuanto al aspecto, los poderes están poniendo en la cabeza de los más vulnerables el mismo sombrero que vienen imponiendo en otros pueblos del continente. Grandes y chicos van mudando de nuestros hábitos criollos, rurales o ciudadanos, hacia un aspecto único, uniformemente extranjero.
En estos días de fin de año hemos recibido un aluvión de mensajes extranjerizantes que nos han parecido bonitos y por lo tanto los hemos compartido y difundido alegremente.
Aún seguimos sintiendo vergüenza de nuestra condición de criollos, más aún de saber algo de quichua. No hace falta decir mucho, basta con ver y escuchar. En el canto criollo, la intención de quichuizarlo como un modo de quichuizarnos nosotros mismos, sufre el contragolpe de los personeros del poder en forma de castellanización del canto quichua. Desde los propios movimientos folclóricos santiagueños promovemos lo ajeno en desmedro de lo nuestro.
Parece que queda bien no saber quichua o que los depositarios de la lengua ancestral sean cada vez menos cantidad de gente, al tiempo que palmeamos sus espaldas tildándolos de “los últimos quichuistas”, “los últimos sacheros”, etc. Lejos de sentirse preocupados, esos últimos exponentes de una cultura que debería crecer, sonríen satisfechos por el título importante que se les otorga. Mientras tanto, súpay debe de estar riendo a carcajadas.
No debemos descansar de las actividades que son buenas para nosotros y el futuro de nuestros descendientes. Como quien compartir buenos momentos, vamos a practicar y reforzar nuestra identidad como pueblo criollo. Seamos nosotros mismos, es una actitud que no provoca cansancio ni vergüenza.
26 de Diciembre de 2.012.