Vamos a tratar de definir la palabra Folclore. Es lo que vamos a hacer entre todos, o entre muchos, en estos días, cercanos al 22 de Agosto, Día Mundial del Folclore. Nuevamente vamos a hablar del nacimiento de la palabra Folclore, como hacemos cada año. Así vamos a saber o recordaremos que su origen es inglés, que se escribe Folklore en inglés, pero que para nosotros se ha castellanizado quedando como Folclore.
Si nos llevamos por las afirmaciones que escuchamos o leemos, podemos llegar a la conclusión de que es muy difícil encontrar una persona que no sea folclorista o practicante del folclore. Parece ser que toda expresión cultural que no responda a una moda, es folclore.
En un sentido puramente popular, en nuestro pago santiagueño se considera folclore a la música, canto, danza y poesía criollas, tradicionales o con raíz tradicional. En ese sentido popular santiagueño, se considera folclore al conjunto de expresiones musicales y poéticas tradicionales del Noroeste Argentino. Tal vez por que se identifica con la imagen nacional del gaucho, la milonga y los otros ritmos de la Pampa Húmeda también son reconocidos por el pueblo como folclore. Uno reconoce esas tendencias con solo usar el oído y la memoria. Hemos leído o escuchado en distintos ámbitos expresiones como: “Fiesta de Tango y Folclore”, “Folclore y Chamamé”, “después de este espacio de tango, compartiremos una selección de música folclórica”, etc.
Cada región argentina tiene sus características musicales folclóricas. El folclore regional no tiene sus límites marcados igual que un mapa político. El cambio de una región para otra se da en forma gradual, con zonas de transición; esas zonas pueden abarcar varios kilómetros a ambos lados de una frontera internacional inclusive.
Como para tener un mapa imaginario respecto a las expresiones musicales folclóricas argentinas, vamos a tratar de recordar esas expresiones: El folclore litoraleño abarca las provincias de Entre Ríos, Santa Fe, Chaco, Corrientes, Misiones y Formosa. Ese folclore tiene chamamé, valseado, chamarrita, ranchera, rasguido doble.
El folclore de la Pampa Húmeda representa a las provincias de Buenos Aires, La Pampa, Sur de Córdoba, Sur de Santa Fe y parte de Entre Ríos. Esa música folclórica tiene milonga, triunfo, huella, estilo, malambo, vidalita.
Cuyo tiene un rico folclore de tonada, cueca, gato y vals. Representa a las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis.
La Patagonia es muy amplia, abarcando Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Las Malvinas e Islas del Atlántico Sur. El folclore patagónico ha estado representado durante décadas por el neuquino Marcelo Berbel y familia. Las cantantes mapuches Aimé Painé y Luisa Calcumill han rescatado el canto folclórico netamente patagónico. Después, Hugo Giménez Agüero y Rubén Patagonia han continuado con investigaciones y creaciones cancioneras patagónicas.
Hay un folclore rioplatense que surgió por influencia de la pampa cercana y por la inmigración que llegaba a sus puertos. Hay una gran influencia africana que se hace notar en el candombe, la milonga, e incluso en el tango. El vals también forma parte del folclore rioplatense y la vidalita supo ser parte del mismo, aunque ahora está un poco olvidada.
El Noroeste Argentino está integrado por las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca y La Rioja. La zamba, danza nacional, es fuerte en estas provincias y tiene características propias en cada una de ellas. La chacarera santiagueña se hace presente en todo el país; la versión salteña, cultivada hasta el Oeste de Formosa, es también una chacarera muy aceptada a nivel nacional. La vidala santiagueña tiene sus variantes según la región dentro de la provincia. En Salta se canta la baguala. En Jujuy predominan el bailecito, el carnavalito y la cueca.
Hay provincias que parecen tener su propio folclore, como es el caso de Córdoba, con su gato picaresco, su romántico vals, las zambas y algunas chacareras, especialmente en el Norte Cordobés.
Tenemos como expresiones folclóricas netamente santiagueñas: La chacarera, el gato, el escondido, la zamba y, como un canto que llega desde el fondo de los tiempos, la vidala. También el estilo, la milonga, el remedio, el triunfo o el vals forman parte del folclore de Santiago, cuando su letra así lo expresa o lo da a entender. Es innegable que el vals Santiago del Estero, o el vals Ciudad de La Banda son netamente santiagueños, al igual que Serenata a Santiago.
Hay autores santiagueños que abordaron otros ritmos musicales, pero no por esa circunstancia sería razonable considerar que tales ritmos pasan a ser santiagueños. Por otra parte, hay autores nacidos en otros lugares que crearon piezas folclóricas santiagueñas, lo que es fácil de percibir por el ritmo y la temática.
En el tango, expresión folclórica de la ciudad de Buenos Aires, Santiago tiene como sus principales exponentes al poeta Homero Manzi y al cantante Argentino Ledesma. Los cantantes de tango Luis Penida y “Lechuga” Jerez interpretaron tango en el escenario del Festival de Cosquín. El santiagueño cantante de tangos Julio Miró es reconocido en la ciudad de Buenos Aires en estos últimos años.
Don Ramón Villarreal es un músico chamamecero muy querido por los correntinos. Hay una gran cantidad de músicos santiagueños que se dedican al chamamé. Es un caso parecido al de la chacarera, que es interpretada en todo el país, pero no por eso deja de ser santiagueña.
En esta semana recordaremos especialmente a dos folcloristas que fueron pilares fundacionales del Alero Quichua Santiagueño: Felipe Benicio Corpos, que nació en el departamento Figueroa el 23 de Agosto de 1.935, y el Profesor Doctor Domingo Antonio Bravo, que falleció el 27 de Agosto de 1.997.
Felipe Corpos ha sido el primer conductor de la audición radial y el líder organizador de casi todas las actividades del Alero, hasta su fallecimiento a fin de 1.969. Es un deber de todos los santiagueños, especialmente de la gente del Alero Quichua Santiagueño, velar por la herencia cultural dejada por Felipe Corpos, como lo son sus poesías, letras cancioneras y ejemplo de lucha por la autenticidad del Alero Quichua Santiagueño.
Don Domingo Bravo es una destacada figura en la investigación lingüística regional. Ha escrito el Diccionario Quichua Santiagueño – Castellano, además de numerosos libros sobre aprendizaje y distintos aspectos del quichua de nuestra provincia. Ha sido el organizador, docente y Director de numerosos cursos para la enseñanza de la lengua quichua, incluso en la Universidad Nacional de Santiago del Estero. Ha escrito poesía y letras de temas musicales folclóricos. El Profesor Bravo era el encargado de dejar inaugurado cada ciclo radial del Alero Quichua Santiagueño desde la primera audición hasta un tiempo después de la muerte de Felipe Corpos.
En homenaje al Profesor Domingo Bravo, el 27 de Agosto es Día de la Lengua Quichua.
Los tradicionalistas santiagueños tenemos definido en forma práctica al folclore auténtico de nuestra provincia y sabemos que en el ámbito del Alero Quichua, ese folclore netamente santiagueño es el que puede complementar al canto quichua que no debe faltar, para ser consecuentes con la idea de los fundadores del Alero y con nosotros mismos, que nos deleitamos repitiendo a cada rato: Ama Súa, Ama Llulla, Ama Ckella.
21 de Agosto de 2.012.