"Hay días como arena", decía un paisano. Era su manera de afirmar que hay días de vida en abundancia si uno quiere emprender algo. Tenía razón, pues a la hora de encarar un emprendimiento hay que obrar sin pausa para no perder el ritmo de acción, pero sin prisa para no incurrir en el apresuramiento. Si entendiésemos la expresión como que todos los días son iguales, caeríamos en un error, pues no hay dos días iguales entre sí, ni aún en la existencia más monótona que uno pueda imaginar.
Si queremos considerar los días, tendremos que hacerlo a razón de uno por vez. En esta ocasión, estamos ante un día particularmente especial para el folclore argentino. Es el día en que conmemoramos la partida desde la vida terrenal de tres grandes folcloristas santiagueños.
Don Andrés Chazarreta, el Patriarca del Folclore Argentino, falleció el 24 de Abril de 1.960, luego de una vida de casi 84 años. La longevidad es una circunstancia valiosa, pero lo es más la intensidad y la calidad de los años vividos. En el caso de la fructífera vida de Don Andrés Chazarreta, debemos recordar que el Maestro Chazarreta ha sido el gran recopilador y difusor de un amplio caudal cultural del Norte Argentino.
Hoy es muy natural hablar de chacareras, gatos, escondidos, zambas, vidalas y otras expresiones que hacen a la música, el canto y la danza de nuestra región. Es fácil hablar de ellas, escucharlas y ver a sus cultores en los pueblos y ciudades de nuestro extenso país, pero no era así a comienzos del Siglo XX, cuando Don Andrés Chazarreta rescataba y volcaba al pentagrama las expresiones musicales y cancioneras de la gente de la campaña, intentando luego hacer conocer tales expresiones criollas a los pobladores de las ciudades, encandilados por las rutilantes obras artísticas de los grandes maestros europeos.
Han sido duras las batallas que el maestro santiagueño tuvo que librar para poder llevar adelante su emprendimiento difusor, y no siempre hubo triunfos, pues la fuerte resistencia de los citadinos influyentes propinó varias caídas a la patriada folclórica. Finalmente, Don Andrés Chazarreta con su Compañía de Arte Nativo conquistó los grandes públicos, dejándonos un rico legado que nos sirve de base para las nuevas creaciones e interpretaciones.
Hoy, la música folclórica santiagueña se conoce, escucha y practica en todo el país y más allá de las fronteras también. Muchos de nosotros olvidamos frecuentemente que ha sido Don Andrés Chazarreta quien ha rescatado del olvido una gran cantidad de temas que hoy disfrutamos y nos sirven de inspiración.
El 29 de Mayo será el Día Provincial del Folclorista, en homenaje al natalicio del Patriarca del Folclore Argentino. Hoy evocamos su fallecimiento, mientras escuchamos o interpretamos sus creaciones o recopilaciones.
El 24 de Abril de 1.992 partió de esta vida el gran bandoneonista santiagueño Miguel Simón, que tocaba su instrumento de viento en el histórico conjunto Los Hermanos Simón, difusores del folclore del Noroeste Argentino, especialmente de Santiago del Estero, por toda la Argentina e incluso en países vecinos. Don Miguel con sus hermanos y otros creadores son autores de gran parte de nuestro cancionero folclórico.
Habría mucho para contar respecto a Don Miguel Simón, reproduciendo relatos de quienes lo trataron familiarmente y basados en lo que se conoce públicamente. Una parte de tales relatos dice, por ejemplo, que Don Miguel era muy generoso, lo que es evidente en su hospitalidad para con los visitantes, o su disposición para corregir cuando fuese necesario, o el hecho de que sus creaciones fuesen de Los Hermanos Simón y no solamente de Miguel Simón. Hay fotos y recuerdos de Don Miguel tocando muy bien la guitarra y cantando, aunque haya sido conocido casi exclusivamente como bandoneonista. Era un amante y excelente intérprete del tango, pero su conducta no le permitió lucir en público esta parte de su talento, pues ante el pueblo él era bandoneonista del folclore santiagueño. A partir de la zamba que Oscar Valles y Pedro Favini crearon en su homenaje, los difusores y el público pasaron a llamarlo "El Duende del Bandoneón", pese a que la zamba dice que al gran bandoneonista salía a buscarlo tal duende musical. que es una expresión poética para dar un nombre a la inspiración y otras manifestaciones místicas del arte.
El Duende del Bandoneón, el músico, el creador, el hombre bueno y valioso, Don Miguel Simón, se nos fue el 24 de Abril de 1.992. El escenario de La Casa del Folclorista de Santiago del Estero lleva el nombre de Los Hermanos Simón.
Hoy, 24 de Abril, es Día de la Cultura Quichua Santiagueña. El motivo de esta conmemoración es el fallecimiento de Don Sixto Palavecino, ocurrido el 24 de Abril de 2.009. Don Sixto es el mayor difusor del quichua santiagueño, pilar del grupo iniciador del movimiento cultural Alero Quichua Santiagueño, creador de una gran cantidad de temas folclóricos quichuas, bilingües o "a la castilla", que pintan al paisano santiagueño, al criollo argentino y a los anhelos de los habitantes de nuestra tierra.
Felizmente, su sueño de quichuizar al mundo, logrando que la lengua quichua se ubique en un plano de igualdad con los otros idiomas, se está concretando cada día. Sus creaciones, sus grabaciones, su prédica y el formidable instrumento difusor de la lengua quichua que es nuestro Alero, están haciendo realidad el sueño de Don Sixto.
Hablar de Cultura Quichua es muy amplio. Podríamos intentar sintetizar la prédica cultural quichuista en Ama Súa, Ama Llulla, Ama Ckella: No permitir ningún tipo de despojo en perjuicio de nadie, bregar siempre por la verdad y no tener pereza ni desánimo para seguir permanentemente luchando por los dos primeros conceptos y difundir el quichua y el bilingüismo de Santiago del Estero.
En la noche del 23 de Abril de 2.010, la Sub Secretaría de Cultura de la Provincia realizó el Rezabaile en el Museo Histórico de la Provincia, como homenaje a los tres grandes de la cultura santiagueña que evocamos hoy. Este año es distinto, pero ya sea que se concreten o no actos públicos o privados de justicia por ellos, el hecho verdadero es que Don Andrés Chazarreta, Don Miguel Simón y Don Sixto Palavecino, viven en la memoria fuerte o débil de cada uno de nosotros.
Ellos fallecieron cada uno en un distinto 24 de Abril, pero siguen vivos en la memoria verdadera, la de los hechos y personas memorables.
24 de Abril de 2.012.