“¡Por fin volvió el Alero Quichua!” Solía decir un vecino de la Independencia y Solís, al tiempo que aumentaba el volumen del receptor de radio ubicado a un costado de su almacén. Entusiasmado agregaba: “¡Ahora vamos a escuchar lo que es bueno!”
Eran los años ’70 y la audición se fraccionaba en tres ciclos anuales de dos meses cada uno, alternados con “descansos” de dos meses también. Los dos meses de receso servían para poder ir al campo un fin de semana completo, sin la preocupación por volver a tiempo para llegar a la radio aunque sea sin haber dormido, u optar por grabar la audición en la noche del Jueves previo a la audición, que no saldría en vivo por causa de una presentación del grupo nativista en un lugar distante, accesible por caminos que hoy están en buenas condiciones pero antes no era tan así.
Prácticamente desde su nacimiento, el Alero Quichua Santiagueño ha encarado distintas actividades en forma simultánea. El punto de partida del proyecto cultural ha sido la audición de radio, a la que se han agregado la escuela de quichua, las actuaciones en distintos lugares de la provincia, disertaciones, mesas redondas, encuentros, la grabación de discos donde quedaría documentado el canto quichua, cuentos y cortos diálogos, y todo tipo de actividades que llevasen al quichua santiagueño cada vez más alto y adelante.
La vida trae y lleva personas, cada una con sus anhelos, convicciones, capacidad de aprendizaje y de adaptación. Durante los más de cuarenta y dos años de Alero Quichua Santiagueño, muchas personas van pasando por el grupo.
No es fácil mantener el rumbo trazado por los iniciadores, rumbo que el propio nombre indica. Hay fuertes vientos de cambio por todas partes haciendo crujir a veces los horcones del alero.
Es cierto que uno podría e incluso debería modernizarse, dejar de vivir en un rancho con alero y mudarse a una cómoda casa construida con materiales modernos y dotada de las novedades que se anuncian por los medios masivos de imposición al consumidor. Pero nuestro Alero Quichua Santiagueño es un ideal afirmado en el folclore tradicional de nuestra provincia. Es un alero cobijador del quichua de Santiago del Estero; bajo cuya sombra se concretan reuniones periódicas cargadas de arte nativo e inquietudes culturales que propenden a una mayor firmeza de nuestras raíces, lo que nos permitirá crecer afianzados en el suelo con el cual tenemos una relación de cuidado mutuo.
Los ideales no están atados a lo material, por eso el proyecto cultural Alero Quichua Santiagueño no necesita correr por detrás de modas que podrían deslizarlo hacia el éxito comercial. El Alero Quichua viene cosechando logros culturales desde el mismo momento de su integración como grupo cultural tradicional quichuista. El Domingo 18 de Marzo ha sido otro triunfo del Alero Quichua, por haberse concretado el comienzo del ciclo con una audición radial dinámica, en la cual las dos horas han pasado rápidamente al son de la música, el canto y el habla quichua y castellana tratando el quehacer criollo de nuestra provincia bilingüe, con una buena respuesta de la audiencia en distintos lugares de nuestro país y del mundo.
Santiago del Estero es un reservorio lingüístico importante y valioso. En otras regiones de América del Sur se habla quichua, pero cada región con sus características en el vocabulario, en la pronunciación y en la entonación. La existencia del Alero Quichua y otros emprendimientos son un fuerte apoyo para la subsistencia del bilingüismo santiagueño. Felizmente, el Alero no es la única audición radial que promueve la lengua quichua. Hay varias en nuestra provincia y en Buenos Aires. Está faltando por ahora una comunicación fluida entre los emprendedores quichuistas, partiendo de la premisa de que estamos bregando por el bien de la lengua quichua y no compitiendo entre nosotros. Es cruelmente nefasto para la formación cultural de un pueblo que sus referentes se enfrenten en disputas destructivas.
Es necesario obrar con buena memoria, que es una forma de justicia. Los lingüistas españoles, peruanos y de otras nacionalidades han producido una abundante y valiosa bibliografía sobre el Tahuantinsuyu y su habla. En cuanto a Santiago del Estero, tenemos investigadores y escritores que apuntalan a la lengua quichua. Un gran logro del Alero Quichua ha sido el tener entre sus primeros integrantes al Profesor Domingo Bravo, docente que dedicó su vida a estudiar, revalorizar y enseñar la variedad dialectal santiagueña de la lengua quichua. Actualmente hay una gran cantidad de docentes quichuistas, muchos de ellos incluso quichua hablantes, dedicados a la multiplicación del quichua. Quien más, quien menos, esta gente valiosa tiene grandes recuerdos y un legado del Profesor Bravo.
En la primera audición realizada por el grupo fundacional del Alero Quichua Santiagueño, el Profesor Domingo Bravo hizo el discurso de apertura de la audición en aquel memorable primer Domingo de Octubre de 1.969.
El ciclo radial de este año contó con la apertura musical por un grupo de entusiastas folcloristas encabezados por un violinista veinteañero y las palabras de Rubén Palavecino y Ana María Campos en castellano, mientras que Manuelita Giménez habló en quichua, como aprendió en la infancia. Después se fueron sumando las voces de quienes estaban en el auditorio y las de oyentes lejanos, hasta formar una amplia rueda criolla plena de emociones.
En esta primera audición del ciclo hubo una gran concurrencia, con músicos y cantores del creciente grupo estable y una cantora invitada. Como presidiendo esta festiva reunión radial estaba Doña Dolores Sayago, con sus cien años de edad, dispuesta para salir a bailar una chacareras, gatos o zambas; ha sido un Domingo de familia reunida a la sombra de un Alero grande y firme.
La gente del Alero Quichua está movilizada durante todo el año. En Enero, Manuelita Giménez con gente de la Fundación Tárpuy llevó el quichua santiagueño al puesto de exposición de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia en el Festival Nacional de Folclore (Cosquín, provincia de Córdoba). En Febrero, una delegación del Alero compartió el canto quichua y el canto tradicional santiagueño en el Festival del Canto Sachero (Garza, Departamento Sarmiento), y luego hicieron una presentación similar en el Festival del Hacha (Pozo Hondo, Departamento Jiménez).
Ha vuelto la sana costumbre de reunirse semanalmente para conversar sobre lo hecho en la radio, lo que se podría agregar o mejorar, ideas y propuestas de los participantes habituales o de los simpatizantes; esta práctica ayuda a que se visualice mejor el verdadero objetivo del proyecto cultural Alero Quichua Santiagueño. Sabiendo bien el objetivo que la idea inicial ha marcado, el rumbo va a ser el correcto y se va a mantener firme a pesar de los embates de la moda y el facilismo.
Como decía nuestro oyente del Sur de la ciudad, seguramente ahora deben repetir alborozados los oyentes de distintos lugares del planeta: “¡Por fin volvió el Alero Quichua!”
20 de Marzo de 2.012.