“De la parte del Naciente/ cerca del Río Salado,/ salieron los tres jinetes/ buscando al recién llegado./ Salieron los Reyes Magos/ cerca del Río Salado.”

Juan Carlos Carabajal imaginó a los Reyes Magos Santiagueños y los hizo chacarera, dentro de la obra Navidad Sachera que complementa en cierto modo a La Misa Santiagueña. Otros poetas, entre ellos Don Lorenzo Gutiérrez, escribieron para las tradiciones cristianas de fin y comienzo de año trasladadas a la realidad de nuestra extensa provincia.

La ciudad de Santiago del Estero festeja cada mes de Julio su aniversario de existencia como ciudad criolla fundada por españoles. Muchas otras ciudades argentinas celebran con alegría el hecho de haber sido fundadas por los españoles para luego llegar a la realidad actual de comunidades mestizas. Los españoles trajeron consigo sus tradiciones religiosas, las que forman parte del acervo cultural criollo, ya sea tal como vinieron o adaptadas a las tendencias de los lugareños. Entre esas tradiciones cristianas, en nuestros pagos está muy arraigada la de Los Reyes Magos.

Se ha inculcado a nuestra infancia que antes del día 5 de Enero, hay que escribir una carta pidiendo juguetes a los Reyes Magos. Esa carta debe estar bien hecha, prolija y sin errores de ortografía; para eso, generalmente es la mamá quien ayuda. Con cierta sutileza, los padres guían a sus hijos para que los pedidos sean accesibles. Una vez preparada la cartita para los Reyes, hay que esperar el atardecer del cinco de Enero para cortar pasto y dejar esa noche junto a un recipiente con agua, “para los camellos de los Reyes”. También hay que dejar la carta con el pedido de juguetes junto a un par de zapatos o zapatillas; todo esto en el patio de la casa, o en la galería, o en algún otro lugar que no esté cercano a donde duermen los chicos. Al levantarse el 6 de Enero, los changuitos encontrarán su regalo de Reyes junto al calzado que dejaron.

Hay casos en que el regalo recibido no coincide con lo solicitado, pero el alma infantil se alegra con lo que recibe y piensa que, por algún problema que no se puede saber, es que los Reyes Magos no han podido dejar lo que ha sido pedido en la carta.

Hay otros casos en que los Reyes Magos no llegan. Como dice Don Lorenzo Gutiérrez en Sacha Reyes Magos: “… no se juega cuando aprieta la pobreza.” Hay niños en distintos lugares del mundo que no saben nada de juguetes ni de regalos. Ocurre en el mundo y Santiago del Estero no es ajeno al mundo y sus carencias.

“Vinieron siguiendo el rumbo/ marcado por una estrella;/ que en el cielo santiagueño/ no hay una cosa más bella. Los Reyes, con esa guía,/ no pueden errar la huella.”

Los tradicionales Reyes Magos quieren llegar a Santiago del Estero. Siempre aparece alguien que procura suplir la falta de recursos paternos, o la falta de padres en algunos casos. Los buenos vecinos quieren facilitar la venida de los Reyes con sus regalos; hay muchos ejemplos de tales actitudes.

En el Barrio 8 de Abril hay un emprendimiento particular llevado adelante por una humilde familia. Es el merendero Cuidemos de Nuestros Niños, dirigido por la Sra. Lidia del Carmen Barrera. Los niños “del Ocho” que no tienen recursos concurren a esa casa para compartir buenos momentos con sus vecinitos mientras se alimentan adecuadamente. Este año, los Reyes Magos llegaron para todas esas huahuitas en el merendero. La llegada de los Reyes en la casa de la calle Absalón Ibarra fue facilitada por la gente de la Fundación Una Nueva Luz de Esperanza. De yapa, hubo música y baile folclórico. Actuaron los folcloristas Juan Carlos Carabajal, Claudio Acosta, Oscar Mercado, más cantores, bailarines, chicos y grandes del barrio… una verdadera fiesta criolla de Reyes Magos Santiagueños.

“Vieron que por Atamishqui/ la estrella se detenía;/ y en un rancho muy humilde/ a un niño que sonreía/ en los brazos de una moza/ que se llamaba María.”

En Villa Atamishqui también se detienen los Reyes Magos para dejar una bolsada de alegría. Por ejemplo, en el barrio Lagunita Sur, cada año hacen un pesebre viviente organizado por la Comunidad Virgen del Valle. Este año, el lugar elegido ha sido El Museo de la Sacha, anexo a la casa de Elpidio Herrera. La fiesta atamishqueña de los Reyes Magos ha sido muy concurrida, los vecinos seguidores del acontecimiento y “puebleros” venidos de la ciudad de Santiago, Añatuya y otros lugares, han compartido un hecho cultural de los que Atamishqui produce casi sin notarlo.

Vecinos atamishqueños han representado muy bien a los protagonistas de la llegada de los Reyes Magos pocos días después de la evocación del nacimiento de Jesús de Nazaret. Hubo música y canto criollo, por supuesto. Las Sachaguitarras Atamishqueñas han interpretado La Navidad Sachera, con la participación de varios folcloristas; entre ellos, Pichi Leguizamón, Claudio Acosta, Cristo Pajón, Santiago Torres, Eugenio Torres, Silvina Irén, Yesica Bravo, Samuel Herrera, El Payo Pajón… muchos músicos, cantores y bailarines, como suele ser en la Villa. El pesebre ha sido armado y ornamentado con elementos sacheros y del campo. De hecho que no han faltado los regalos para los chicos. Para eso es que los emponchados Reyes habían llegado cargados de presentes.

La tradición de los Reyes Magos ha venido hace siglos allende los mares, desde la Península Ibérica. Es parte de la tradición cristiana que ha sido impuesta a los antiguos habitantes de nuestro continente americano. En la actual América Latina hay diversidad de cultos y tradiciones. En nuestros pagos santiagueños predomina el cristianismo y, como parte del mismo, los cultos a Jesús.

Los emprendimientos que se han mencionado son solo dos ejemplos de las muchas manifestaciones de nuestros comprovincianos que quieren, aunque sea algunas veces al año, volver hacia el niño, hacia el futuro que está pujando por crecer. Si queremos que nuestra comunidad crezca, debemos alentar a quienes marchan a buen paso, al tiempo que damos una mano a los que están menos favorecidos, así avanzaremos todos juntos de algún modo. Felizmente, hay gente que hace, aunque en general no se note demasiado.

“Vayamos donde está el niño;/ cuidemos todo su sueño./ Mañana cuando despierte/ y abra sus ojos pequeños,/ será todo algarabía/ en el monte santiagueño.”

10 de Enero de 2.012.