Estamos en Septiembre, el Mes de la Primavera para el Hemisferio Sur. En nuestro país Septiembre es además un mes muy relacionado con la educadión, pues el 11 es el Día del Maestro, el 17 es el Día del Profesor y el 21 es Día del Estudiante.
En este mes también ha nacido el maestro santiagueño Jorge Washington Ábalos. Este docente, investigador científico y escritor santiagueño nació el 20 de Septiembre de 1.915 en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires. Su trayectoria y su amor por la tierra se manifestó en Santiago del Estero, por eso lo consideramos santiagueño sin ninguna duda.
Don Jorge Washington Ábalos estudió magisterio en nuestra provincia y se desempeñó como maestro rural en diversos lugares, donde entró en contacto con la gente quichuista. Según cuenta en su libro Shunko, al necesitar una comunicación fluida con sus alumnos, primero había intentado imponer las directivas que llevaba desde los organismos estatales para unificar el habla en el castellano. Ante la casi imposibilidad de imponer el idioma oficial para que los alumnos aprehendan y comprendan los contenidos de la enseñanza, optó por aprender el quichua de sus alumnos y de los demás pobladores, generándose así un valioso intercambio que llevó al crecimiento cultural de toda la comunidad educativa, vivencias que tomaron proyección nacional e internacional por medio del célebre relato del maestro. Shunko ha sido traducido a distintos idiomas para que su relato sea apreciado por lectores de todo el mundo. Es un libro fácil de leer y difícil de abandonar inconcluso. Uno puede leer Shunko del comienzo al final en poco tiempo, sintiéndose durante ese lapso transportado en el tiempo y en la ubicación geográfica.
Durante esos años en contacto con la recia Naturaleza de los montes santiagueños, observó la fuerte incidencia de los animales ponzoñosos en la vida de la comunidad rural. Hizo importantes recolecciones de ejemplares para ayudar en las investigaciones del Dr. Salvador Mazza y después del Dr. Bernardo Houssay.
Cuando los altos funcionarios de la administración provincial supieron de la tarea que estaba cumpliendo el joven maestro rural, lo becó para que estudie en el Instituto Oswaldo Cruz, en Río de Janeiro. Después de volver desde Brasil, Jorge Washington Ábalos pasó a trabajar como entomólogo en la Universidad Nacional deTucumán.
La producción literaria del Dr. Jorge Washington Ábalos abarca los relatos, la divulgación científica y la investigación científica. Sus libros científicos, que son varios, tratan de animales venenosos de Argentina. En el área de divulgación científica escribió ¿Qué Sabe Usted de Víboras? y un libro de Zoología para la enseñanza a nivel secundario. Entre su obra literaria podemos enumerar: Cuentos con y sin Víboras; Animales; Leyendas y Coplas; Norte Pencoso; Terciopelo, la Cazadora Negra; Coplero Popular; Don Agamenón y Don Velmiro; Shalacos; La Viuda Negra; Iván Recick y Otros Cuentos; Andanzas de Jabutí, la tortuguita.
Cerca de un aniversario del nacimiento o fallecimiento del Dr. Jorge Washington Ábalos acostumbramos enumerar sus obras; lamentablemente, poca gente es la que tiene la oportunidad de leer tales obras, excepto Shunko, por lejos la más difundida. Los nombres de los libros son muy sugestivos y despiertan en uno las ganas de comenzar a buscarlos para leerlos bien y después comentarlos con quien también se interese.
Por ejemplo, el nombre de la tortuguita Jabutí es sugestivo, pues así es como se llama a la tortuga de tierra en las regiones de lengua tupí guaraní. Jabutí también es el nombre de un grupo lingüístico propio de una región ubicada en la Amazonia Brasilera cercana al norte de Bolivia.
La Viuda Negra seguramente relata hechos relacionados con sus trabajos de observación, con los accidentes en los pobladores rurales, con su intenso trabajo de recolección y envío para el luego Premio Nobel de Medicina Dr. Bernardo Houssay; todo referido a la araña Latrodectus Mactans, conocida popularmente como Viuda Negra. Además, enviaba otros animales venenosos. Es de imaginar los riesgos que habrá corrido tanto él como los vecinos que lo ayudaran a lidiar con víboras, escorpiones y otros animales ponzoñozos que enviaría a Buenos Aires.
¿Quién no quisiera leer Norte Pencoso, o Leyendas y Coplas? El Coplero Popular es bastante consultado por creadores musicales santiagueños. Hay coplas recopiladas por Jorge Washington Ábalos, por ejemplo, en las chacareras que eran instrumentales La Pedro Caceres y Apegado a mi Tierra.
Hombre ansioso por aprender y aplicar sus conocimientos en beneficio de la gente, organizó en 1.957 el Instituto de Animales Venenosos que hoy lleva su nombre. Los trabajos de investigación, de distribución de sueros, de enseñanza, de intercambio con instituciones similares y en definitiva de salvación de vidas que lleva adelante el Instituto de Animales Venenosos es de gran importancia tanto para nuestra provincia como para todo el país.
La Universidad Nacional de Tucumán y la Universidad Nacional de Santiago del Estero, confirieron a Jorge Washingotn Ábalos el título de Doctor Honoris Causa, por su labor científica tanto de campo como de laboratorio y de aula. Cuentan que el Dr. Ábalos, al recibir tales distinciones, quiso dejar aclarado que las recibía como maestro rural y en nombre de todos ellos.
Después fue a trabajar en la Universidad Nacional de Córdoba. Además de sus logros académicos, llegó a ver a su Shunko transformado en película exitosa y en libro leído por millones de personas en el mundo.
También era Mes de la Primavera cuando Jorge Washington Ábalos falleció en la ciudad de Córdoba el 28 de Septiembre de 1.979.
Pablo Raúl Trullenque escribió Pañuelo Para los Ojos de Shunko, letra a la que el cantor Pedro Navarrete puso música de zamba. El estribillo de esta bella pieza musical dice: “Jorge Washington Ábalos,/ maestro, el del alma de poleo y pizarrón:/ Tus alumnos shalaquitos que te amaron/ lloran penas de salitre y de mishtol/ en aquel pago dichoso de tu Shunko,/ el changuito de los ojos de carbón.”
En un rincón casi céntrico de Santiago del Estero está el Instituto de Animales Venenosos Jorge Washington Ábalos. Desde ahí, por medio del trabajo de profesionales, técnicos y otros funcionarios, el maestro rural santiagueño sigue cumpliendo una promesa que hiciera a sus alumnos del Río Salado ante la muerte de una alumna mordida por una víbora. El Dr. Jorge Washington Ábalos continúa matando a la muerte que provocaban los animales venenosos y el desconocimiento.
20 de Septiembre de 2.011.