El chocolate es americano, es nuestro. Los aztecas y mayas lo utilizaban mucho antes de la llegada de los españoles. Lo llamaban xocoatl. Los arqueólogos encontraron evidencias de su consumo en los pueblos anteriores a los olmecas inclusive, hace miles de años.

Respecto al origen del nombre del chocolate hay varias hipótesis. Una muy interesante es la que dice que el nombre deriva de las antiguas palabras mexicanas que definían al cacao y a la ceiba, cuyas semillas eran empleadas para preparar la bebida en esos tiempos. La ceiba es prácticamente el mismo árbol que en nuestra región llamamos Palo Borracho o Yuchán. Al mismo árbol, en otras regiones lo llaman Palo Barrigudo. En Brasil es llamado Paineira y generalmente no presenta la forma de tronco barrigudo. Esta característica se puede observar en algunas provincias argentinas también.

El chocolate se obtiene de la fruta del cacao, que es una planta típica de las tierras tropicales, en las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco y en América Central. El árbol del cacao es alto, llega a medir unos diez metros y crece en clima cálido y húmedo siempre a la sombra de árboles de mayor altura. Las flores y luego los frutos nacen directamente del tronco o de los gajos mas antiguos. El chocolate surge de la combinación de pasta de cacao con manteca de cacao.

Los antiguos pueblos centroamericanos lo preparaban líquido o semi líquido y era una bebida preferida para rituales, festejos y como alimento energético.

No está muy claro aún si el uso del cacao comenzó en la zona de los grandes ríos de América del Sur y luego se extendió hacia América Central y actual México, o si el proceso fue inverso. Seguramente el uso del chocolate habría seguido extendiéndose entre los pueblos americanos, pero la invasión europea cortó muchos intercambios entre ellos.

Los conquistadores percibieron el valor que el chocolate tenía para las culturas americanas y probaron en sí mismos las bondades del novedoso alimento. El chocolate pasó a ser conocido y apreciado poco a poco en Europa. La idea de agregarle azúcar puede haber surgido en América o en Europa, pero el caso es que a partir de ese agregado es que el chocolate comenzó a tener las características actuales, para quedar definido cuando le agregaron leche en vez de agua para diluirlo.

Por costumbres que no son propiamente criollas, en esta época previa a la Pascua hay una demanda creciente de chocolate. En las ciudades, los negocios ofrecen bombones, huevos y conejos hechos con chocolate.

El chocolate que se utiliza para estos productos tiene un contenido variable de cacao. Hay distintos tipos de chocolate. Para simplificar podemos decir que el chocolate amargo o chocolate negro es el de mayor contenido de cacao y cuyo consumo es el más beneficioso para el organismo humano; el chocolate medio amargo también presenta una gran cantidad de antioxidantes que son buenos para la salud, aunque su porcentaje es menor que en el primero; el chocolate mezclado o chocolate con leche es más dulce y agradable pero con mayor porcentaje de materias grasas que el amargo y el medio amargo. El chocolate blanco está compuesto por manteca de cacao y leche en polvo, por lo que es el más calórico.

Si uno está sometido a fuerte esfuerzo físico, especialmente en un ambiente frío, puede alimentarse mejor con una pequeña cantidad de chocolate que con grandes volúmenes de comidas. Hay quienes conservan la tradición de desayunar chocolate con leche para los días patrios, que en nuestro país se dan entre Otoño e Invierno.

Como tantos otros alimentos que hace muchos siglos eran utilizados por las culturas prehispánicas, el chocolate ha sido aprovechado e incorporado por los pueblos europeos y los pueblos criollos. Así es como en el mundo es famoso el chocolate suizo, en nuestro país es muy apreciado el chocolate de Bariloche en Neuquén y el de Las Termas de Río Hondo en Santiago del Estero.

Cuando los turistas invernales visitan Las Termas de Río Hondo no pueden sustraerse a la tentación de los alfajores con chocolate, o los chocolates en barra o en rama. En Verano el helado de chocolate es muy procurado, especialmente por los niños. En este punto hay que reconocer el esfuerzo de algunos vendedores ambulantes que llevan helados a lugares alejados de las ciudades, permitiendo así que la gente que habitualmente no tiene acceso a ellos pueda degustarlos.

En estos inviernos que se vienen, no estaría de más que si uno visita escuelas o pobladores de la extensa campaña santiagueña o de otra provincia, lleve algunos buenos chocolates, "para no llegar con las manos vacías." El paisano no espera nada de la visita mas allá de una buena conversación, pero nunca está de más llevarle algo que no sea habitual en su lugar de residencia, sobre todo si es algo sano.

No debemos confundirnos ante los comentarios de que los mejores chocolates son de Los Alpes, pues en nuestro continente se produce muy buen cacao, incluso en regiones amazónicas habitadas por auténticos quichuistas que moran cerca de las nacientes de los afluentes del gran río sudamericano. El chocolate es americano. Es nuestro y se expandió por el mundo.

Si el poeta puntano Antonio Esteban Agüero hubiese conocido más este alimento típicamente americano, posiblemente habría escrito "Digo el Chocolate."

12 de Abril de 2.011.