"Contigo, pan y cebolla" es una frase simpática y amorosa que se viene repitiendo de generación en generación de enamorados. De hecho que significa el ofrecimiento de renunciar a todo en aras del amor y decidirse a vivir con poco, comiendo solamente cebolla y pan, por ejemplo.

El pan es la síntesis de la alimentación. Hay muchas alusiones al pan como el alimento por excelencia. Referirse al pan es referirse al sustento diario sin pensar en manjares. Así es como encontramos la famosa locución latina "pan y circo" como una afirmación de que al pueblo se lo podría mantener tranquilo si está de barriga llena y entretenido. Con esas dos premisas cumplidas, no hay problema por las carencias de justicia y equidad, donde vienen a parar las desigualdades impuestas.

Otra antigua alusión al pan como el alimento imprescindible es "el pan nuestro de cada día." Cada vez que los fieles dicen la frase al orar, están pidiendo por el sustento sin pretensiones. Piden por el alimento justo, el pan que se gana "con el sudor de la frente."

El pan simboliza muchas cosas. Es el producto del trabajo del agricultor que cultivó el trigo, de la siega, la trilla, la obtención de la harina en el molino, la preparación de la masa que lleva agua, harina, fermento, esfuerzo físico y mucho amor. Después los panes van al horno que ha sido construido con barro y con mucho cuidado. Ese horno se calentará con leña recogida de los montes cercanos, de árboles cobijadores de nido. En ese horno caliente se cocinará el pan, igual que se va dorando el ser humano en los calores de la vida. El pan es un alimento elaborado con esfuerzo, inteligencia y amor.

Si el pan basta para vivir, y si además uno está con la persona amada ¿Por qué el antiguo refrán agrega la cebolla? ¿Será por que la cebolla ha sido alimento suficiente para muchos en épocas de carestía y bajo cirunstancias desagradables? O tal vez sea por que a la cebolla se la relaciona con el sabor ácido y con las lágrimas.

La cebolla es una plantita relativamente fácil de cultivar. Solamente necesita de suelo blando y algo de cuidado. Se puede cultivar en grandes extensiones de campo o en una huerta, en el jardín, en maceta y hasta en cajones con tierra. Las raíces son pequeñas fibrillas que nacen desde un tallo breve, como un pequeño disco chato en la base del bulbo. El bulbo es la parte inferior de las hojas, engrosadas al punto que esas bases de las hojas forman una esfera. Lo que conocemos como hojas de la cebolla son las partes altas de las hojas, también comestibles.

Por un mecanismo defensivo, el bulbo de la cebolla suelta una sustancia irritante cuando es cortado. Por eso es que los cocineros prefieren pelar y cortar las cebollas colocándolas bajo un chorro de agua. Si no, sus ojos se irritarán a punto de producir abundantes lágrimas. Bien vale el llanto provocado por el trabajo de pelar y picar la cebolla, si luego esa cebolla irá a formar parte de una ensalada, del relleno de unas buenas empanadas, o de cualquier otro plato que con cebolla es más apetitoso y cargado de propiedades nutritivas.

Dicen que el consumo de la cebolla es bueno contra el reumatismo, el exceso de ácido úrico, la osteoporosis, problemas cardiovasculares, urinarios y de la próstata. Hasta ahora, nadie conocido dijo que la cebolla fuese nociva. Solamente deja su olor característico, pero es un problema con soluciones sencillas.

Cuando la cebolla va a florecer, le crece un largo tallo de mas o menos un metro de altura. Allí arriba se forma una umbela, que es un racimo de flores similar al de la zanahoria, el perejil y el apio.

En un momento dado de su vida, a la cebolla se le seca la parte superior de las hojas, las hojas verdes. Así aguanta las heladas, manteniendo la savia en lo más profundo del bulbo. Las hojas exteriores del bulbo se secan formando capas protectoras de un color determinado para las distintas especies.

Así como una cebolla puede perder varias capas exteriores para preservar su riqueza interior, así el ser humano puede ir superando sus superficialidades para llegar a lo profundo de sí mismo, donde va a encontrar su savia de ser sabio. Mudando a medida que mudan las situaciones, tal como lo hace la cebolla, podremos preservar nuestro interior profundo para brindar lo mejor de nosotros mismos.

Las distintas variantes que nos presenta la realidad también pueden ser semejantes a una cebolla, con distintas capas de textura y sabor diferente. A medida que vamos ahondando, podemos encontrar motivos para soltar lágrimas, pero también nos acercamos a lo más sustancioso y nutritivo. Es necesario deshojar la vida e ir hacia su interior.

Que no nos falte el pan nuestro de cada día ganado legítimamente, que a nadie le falte. Que lo sustancioso de la cebolla sea asequible a todos y que sepamos aprovechar sorteando la acidez de los obstáculos. Es necesario obrar de la mejor manera para lograr el derecho al pan, a la cebolla y a todo lo que la vida puede ofrecernos. Es bueno tener en cuenta que no debemos privar a otros de su pan y su cebolla.

Hay que estar atentos para detectar cuando nuestra vida se está convirtiendo en una simple sucesión de pan y circo, donde no hay lugar para la actividad intelectual, para los sueños, para desarrollarnos culturalmente y velar por la justicia en la vida de relación. Los principios de no robar (ama súa), no mentir (ama llulla) y no tener pereza (ama ckella), son muy necesarios para la vida en convivencia, donde será deseable compartir los días con nuestros cercanos, formando así una comunidad fuerte.

Si tenemos pan y cebolla, tenemos lo necesario, o al menos lo imprescindible, para nuestro sustento. Si además estamos con quien o con quienes queremos estar… ¿qué más se puede pedir?

15 de Febrero de 2.011.