Por Crístian Ramón Verduc
22/12/2010
Llalliscka pacha del verbo múnay, pidió la yacháchej

“Llalliscka pacha del verbo múnay”, pidió la yacháchej. El alumno comenzó: “Nocka munarani, ckam munaranqui, pay munara…” Es una linda experiencia la de concurrir a los cursos de quichua, por eso asisten tanto los quichuistas como los no quichuistas. Los que no saben o saben poco aprenden y los que saben ayudan a enseñar y también aprenden, por que la vida es un permanente aprendizaje.

Llalliscka Pacha es el tiempo pasado. En ese tiempo pasado hubo gente enseñando quichua de distintas maneras, según los ámbitos y las circunstancias. Jorge Washington Ábalos contaba cómo aprendió la lengua de sus alumnos shalacos (de la zona del Río Salado) mientras él mismo enseñaba las materias escolares y algo más.

Don Sixto Palavecino nos cuenta que sintió reforzar su esperanza por la noticia de los cursos que el Profesor Domingo Bravo dictaba en la Biblioteca Sarmiento. Además, el Profesor Bravo implementó la cátedra de Lingüística Regional en la Universidad Nacional de Santiago del Estero y cursos en otras provincias, además de producir toda una bibliografía para la enseñanza. Para que el quichua tuviese más difusión popular, Don Domingo Bravo creó y dirigió la audición Áshpap ‘Rimaynin por LV 11 en 1.959.

El Alero Quichua Santiagueño nació como un medio para la difusión de la lengua quichua. Deben de haber sido llenas de planes y esperanzas las conversaciones entre Don Sixto y Felipe Corpos, cuando maduraban la idea de una audición radial en quichua. Nos cuentan que cuando estuvo conformado el grupo que concretaría la idea, Don Vicente Salto y Felipe Corpos iniciaron la enseñanza de quichua como actividad paralela a la audición radial. Con el tiempo, el Alero Quichua Santiagueño pasó a tener su Curso Elemental de Quichua, al que llamábamos cariñosamente la Escuelita del Alero y funcionaba los días Sábado por la tarde. El Profesor Domingo Bravo era el Director del curso de quichua que era dictado por las docentes Isabel Garnica de Pappalardo y Silvia Bernasconi. Además, Doña Isabel dictaba clases breves durante la audición radial. La docente Marta Palavecino de Quiroga enseñaba quichua a los changuitos del barrio Sarmiento en la sede del Alero.

El grupo de integrantes estables del Alero y luego la Comisión Directiva ponía una atención especial en esta fundamental actividad de la agrupación nativista, además de analizar y organizar la audición radial, las actuaciones de la agrupación, disertaciones, mesas redondas de estudiosos y grabación de discos.

En el Cunan Pacha (tiempo presente), nos encontramos con un Alero Quichua Santiagueño vigoroso en la difusión de su audición radial, con un curso de quichua por la página de Internet y tratando de volver a presentar a su gente en exteriores. La Universidad Nacional de Santiago del Estero sostiene la enseñanza del idioma con la Diplomatura en Lengua Quichua. Doña Ilda Juárez de Paz, Manuel José y otros yachachejcuna dictan cursos en nuestra provincia, mientras que el cantor Vitu Barraza enseña en Buenos Aires y en distintas provincias argentinas. Felizmente, los emprendimientos para la enseñanza de la lengua quichua son numerosos y aquí han sido mencionados solamente algunos.

El Ámoj Pacha, como su nombre lo indica, es el tiempo que está viniendo hacia nosotros. Ese tiempo viniente, cuando se transforme en Cunan Pacha, nos preguntará qué hicimos con el legado que nos entregó el Tiempo Pasado. Nuestra respuesta tiene que ser firme, basada en hechos verificables o mejor aún, en una expansión sostenida de la lengua quichua.

La enseñanza puede impartirse en forma metódica con distintas técnicas pedagógicas o puede darse en forma empírica por medio del ejemplo y la práctica. Es mucho lo que se puede hacer desde el lugar de cada uno. El quichuista debe hablar quichua en cada ocasión que se le presente. Por saludar en quichua a todos los pasajeros en un ómnibus, Don Sixto conoció a Felipe Corpos, por ejemplo.

Quien sabe algo de quichua, debería procurar ejercitarse y aprender un poquito más cada día. Quien cree que no sabe nada de quichua, debería acercarse a los que saben y comenzar a aprender. En una de ésas se sorprende descubriendo que ya sabía algo.

Suele ocurrir que quien está tratando de hablar quichua cree encontrar un rechazo por parte de los quichuistas que lo corrigen permanentemente y le hacen sentir que nunca hablará como ellos. Mas allá de los celos supuestos o reales que pueda haber, en estos casos el quichuista suele desconfiar de que una vez más quieran distorsionar el idioma de sus mayores, por eso exige que se hable bien.

Tenemos que prestar especial atención a los cantores folclóricos, pues algunos de ellos aprenden las letras a la ligera, incluso en castellano, y una vez grabada una canción, esa grabación se transforma en un documento sonoro. Ese documento puede ser tomado como prueba errónea en cuanto a pronunciación o contenido, o como prueba de la escasa preparación de quien ha grabado. Los cantores deben asesorarse debidamente con los autores o los referentes más responsables. En cuanto a la lengua quichua, deben preguntar a los autores y a más de un yacháchej, hasta estar seguros de no estar errando. La página del Alero Quichua es un recurso apreciable para quienes quieran aprender quichua. Está en los integrantes del grupo nativista que mejoremos cada día más lo que ofrecemos.

Los docentes e investigadores encumbrados deberían tomar a la lengua quichua como bandera a seguir. El reconocimiento popular llegará como consecuencia de los afanes del quichuista o estudioso, afanes que deben ser dirigidos hacia el rescate, revaloración y difusión de la lengua quichua por encima de las egolatrías.

Es mucho lo que tenemos que hacer. El tiempo no para. El Ámoj Pacha pugna por convertirse en ese Cunan Pacha efímero que pronto es nuestra referencia desde las distintas profundidades del Llalliscka Pacha.

Hagamos cada día algo más para mejorar culturalmente nosotros mismos, por que así ayudaremos a mejorar la comunidad. Cada día hagamos algo para retomar lo bueno del pasado que hayamos dejado de lado, evitando caer nuevamente en los errores que hayamos cometido.

Cuidémonos mutuamente mientras cuidamos la lengua quichua que nos legaron nuestros mayores. Es una siembra que da frutos a diario para que los disfrutemos. Esos frutos son cada día mejores. Evitemos su pérdida. La castellanización del quichua es una forma de retroceso.

La mentira y la desidia son plagas que pretenden atacar a nuestro idioma americano. Si evitamos esas plagas, podremos entregar a nuestros descendientes un quichua lleno de flores y frutos.

22 de Diciembre de 2.010.

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La audición radial se caracteriza por su espontaneidad, no se elabora un libreto en razón de que el programa se hace en vivo con la participación del público que se hace presente en el Salón Auditorium.
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