Santiago del Estero es una ciudad criolla. Nació criolla y creció criolla. Antes de la llegada de los españoles, sus habitantes labraban el suelo, cazaban y pescaban, en paz con la Naturaleza. Posiblemente en algún momento avanzadas del Taahauntinsuyu hollaron estos suelos.

En el Siglo XVI, este territorio comenzó a ser testigo de las andanzas de los españoles. Primero Diego de Rojas y su muerte por causa de una flecha recibida en combate con los defensores de la región invadida. Luego apareció Juan Núñez de Prado, procurando fundar una ciudad, a la que llamaría Ciudad del Barco para agradar al Licenciado Pedro La Gasca, venido a América desde Barco de Ávila. Núñez de Prado debió mudar dos veces el emplazamiento para que la ciudad esté a salvo de los ataques de la gente de estos pagos, quienes defendían sus territorios, y para evitar a los españoles venidos de Chile en planes de expansión de su zona de influencia.

Finalmente, Francisco de Aguirre tomó preso a Núñez de Prado, mudó la ubicación y el nombre de la ciudad, la que quedó finalmente emplazada en su lugar actual con el nombre de Santiago del Estero del Nuevo Maestrazgo.

El nombre de Santiago se debe a que Aguirre venía enviado por el Capitán General del Reino de Chile, Pedro de Valdivia. Valdivia era devoto del Apóstol Santiago, había fundado Santiago de la Nueva Extremadura (Santiago de Chile), y mandó a Francisco de Aguirre para tomar posesión de los territorios ocupados por Núñez de Prado.

Maestrazgo define a un territorio dominado por un maestre de una orden militar, que equivalía a un actual Coronel de Ejército.

Es del Estero por los bañados o esteros que abundaban en toda la región a causa de los desbordes del Río Dulce, que en esa época corría libremente sin diques que lo atajasen. El río cumplía sus ciclos naturales de crecidas y retracción dejando un suelo ribereño limoso y muy fértil, además del agua depositada en los esteros.

Durante mucho tiempo, los historiadores discutieron sobre quién es el fundador de nuestra ciudad, si fue Núñez de Prado, fundador de la Ciudad del Barco y no de Santiago, o si fue Francisco de Aguirre, que mudó el lugar y nombre del caserío sin haberlo fundado.

Finalmente, la Academia Nacional de Historia determinó, basada en la documentación existente, que Francisco de Aguirre fundó la ciudad de Santiago del Estero el 25 de Julio de 1.553. Tal decisión está mostrada con gran claridad en el monumento a Francisco de Aguirre en el Parque Aguirre. Se ve la estatua del conquistador español apuntando con su espada hacia el suelo en señal de dominación. Esa espada y la fuerte mirada del rostro pétreo apuntan hacia abajo, hacia donde pasa la Avenida Núñez de Prado.

Los españoles están perpetuados en el cemento. Los indios… los indios están en nosotros, en los criollos que asumimos o no nuestras dos vertientes culturales que motivan nuestra condición de pueblo bilingüe.

Desde Santiago del Estero salieron varias expediciones fundacionales. Es así como las ciudades capitales de las actuales provincias de Tucumán, Córdoba, Salta, La Rioja, Jujuy y Catamarca fueron fundadas por españoles y criollos salidos de Santiago del Estero. Y hubo otras ciudades en todo lo que hoy es Noroeste Argentino, que nacieron por obra de expedicionarios de Santiago.

Fue también desde Santiago que salió la primera exportación de manufacturas argentinas, pasando por el puerto de Buenos Aires. Desde Santiago del Estero salieron luchadores por la Independencia Argentina. Santiago debió luchar luego por su autonomía provincial, y lo hizo a costa de heroica sangre santiagueña. Cuando el país necesitó mano de obra en los campos y ciudades de otras provincias, allá fueron los santiagueños. Cuando hubo que poblar la Patagonia, allá fueron los nacidos en estas cálidas tierras a vivir entre fuertes vientos fríos. Cuando hubo que luchar en el Atlántico Sur, allá fueron soldados santiagueños a ofrecer su vida por la Patria. Cuando hubo que decir al mundo que existe un arte nacido del amor a una tierra de veranos tórridos e inviernos cancioneros, allá fueron los artistas santiaqueños.

Mientras el santiagueño trabaja, estudia o lucha en tierras lejanas, tiene en su alma una chacarera acompañándolo. Es la voz del pago que le dice que Santiago es su casa, a la que volverá algún día y de algún modo.

Desde un comienzo, Santiago del Estero envió su gente hacia otros lugares, con la misión de dejar la impronta de la Madre de Ciudades. ¡Y vaya si los santiagueños emigrantes han dejado su marca! Escritores, guerreros, científicos, poetas, cantores, obreros, músicos, deportistas, docentes… todo brindó y brinda nuestro pago para la Patria Argentina y para el mundo.

Santiago tiene sus bellezas materiales y de las otras. Los santiagueños debemos tomarnos el placentero trabajo de conocer nuestra provincia. Veremos así los bosques que aún sobreviven a la deforestación, los campos labrados, las salinas, las serranías del Oeste y del Sur, los ríos, lagunas, canales y acequias con los infaltables ceibos, los criadores de majadas, los artesanos que hacen instrumentos musicales, las teleras de manos mágicas, los interminables caminos de tierra, las cachipampas hirvientes en verano y con frío estepario en invierno.

En la provincia de Santiago del Estero tenemos de todo para conocer y mostrar. Tenemos música, tenemos alegría, tenemos hospitalidad; pero, como decía Blanca Irurzun, lo mejor de mi tierra... son los ojos de los niños.

¡Felices 457 años, Ciudad Madre de Ciudades, Cuna del Folclore Argentino!

20 de Julio de 2.010.