“Los años pasan y pesan,/ y pasan sin que uno advierta/ que el paso de ellos más pesa/ por la experiencia que dejan.” Una estrofa de una chacarera, una copla… ¡puede decir tanto en tan pocas palabras!… En este caso, las ideas de Amadeo (Cacho) Lobo, musicalizadas por Elpidio Herrera en la chacarera Canto a mis Años Viejos, como toda sentencia de un adulto folclorista, tiene profundas verdades inspiradas en la vida.

Las verdades válidas para los individuos son también aplicables a las comunidades, pues ellas son, en definitiva, una suma y mixtura de individualidades con coincidencias colectivas.

Los años pasan en nuestro Santiago, en nuestra Argentina, en nuestro continente… y van dejando experiencias, algunas de ellas bien aprovechadas. Otras experiencias son desaprovechadas por el Hombre tanto como dice Pablo Raúl Trullenque: “Tropieza tantas veces con una misma piedra…”

Han pasado más de 500 años desde la llegada de los europeos a nuestro continente en tren de expansión de sus dominios. Buscaban territorios explotables con todos los recursos que la tierra tuviese: minerales, vegetales, animales y seres humanos.

Han pasado más de 456 años de existencia de la ciudad de Santiago del Estero. Han pasado más de 199 años de la Revolución de Mayo. Han pasado más de 193 años de la inmolación del Coronel Borges, y exactamente 190 años de que el Brigadier General Don Juan Felipe Ibarra declarase que Santiago del Estero es una provincia aútonoma.

Los años pasan y pesan. Nuestro terruño ha vivido experiencias de toda índole. Santiago del Estero ha sido cabecera de la Provincia de Tucumán, Juríes y Diaguitas, enviando expediciones fundadoras a todo lo que ahora es Noroeste Argentino. Después ha ido perdiendo rango dentro de la misma provincia. La situación de opresión que sentían muchos santiagueños movía la rebeldía callada de nuestra gente.

Las medidas centralistas del Congreso de Tucumán y del gobierno de Buenos Aires, finalmente detonaron la revolución, comandada por el Coronel Juan Francisco Borges.

La muerte del Coronel Borges no fue en vano. Su sangre derramada en suelo santiagueño germinó la autonomía provincial. Se entiende que autonomía es la potestad de una provincia, en este caso, de conducirse por sí misma, aunque integrando una nación.

Los años siguieron pasando y pesando en nuestro pago. Incluso la extensión territorial ha ido variando. Los santiagueños han seguido saliendo del pago, en expediciones fundacionales. Ellos creían que salían para buscar trabajo y progreso solamente, pero la cantidad de centros de residentes santiagueños existentes en el país y los emprendimientos de santiagueños en distintos lugares del mundo, nos dan la pauta de que la Madre de Ciudades no expulsa a sus hijos, sino que los envía a expandir la influencia de sus sentimientos.

Es así como los que alguna vez fuimos colonizados, luego nos liberamos, después acomodamos las jerarquías entre las provincias, y al mismo tiempo salíamos a descubrir el mundo.

Con el peso de los años y las experiencias vividas, uno mira hacia el pasado, que aparece un tanto confuso entre versiones interesadas y observaciones objetivas. En ese pasado se avizoran marchas y contramarchas, progresos y retrocesos, cambios de rumbo sorpresivos o anunciados.

Observando el no menos confuso presente, se nos hace cuesta arriba definir si somos verdaderamente una provincia autónoma, si estamos en un país libre e independiente, si nuestro continente ha quedado descolonizado. Es muy difícil determinar estos puntos. Los hechos chocan estrepitosamente con las enseñanzas teóricas. Es complicado armar los fragmentos de tales colisiones y dar con una imagen entendible.

Hoy celebramos el Día de la Autonomía Provincial. Pronto celebraremos los 200 años de la Revolución de Mayo. Son hitos importantes en nuestra historia. Hay que observarlos y analizarlos. Hay que estudiar la justa rebeldía del prócer federalista santiagueño Coronel Juan Francisco Borges. Tal vez aprendamos algo.

“Así se escribe la historia/ de nuestra tierra, paisano:/ en los libros con borrones/ y con cruces, en los llanos.” (Copla anónima).

27 de Abril de 2.010.