“...Mishqui Mayu, las voces quichuas lo llaman…” dice el poema de Dalmiro Coronel Lugones. El río a cuya margen derecha fue fundada la ciudad de Santiago del Estero se llama Río Dulce. Hay muchos ríos con el mismo nombre. Los hay en Guatemala, en la República Dominicana, en España, en Méjico, en Honduras y en Brasil. En portugués se dice Río Doce. Para el santiagueño, el Río Dulce es uno solo, el nuestro, el que nos pertenece y al cual pertenecemos.
Hay quienes dicen que el Río Dulce, hace milenios, llegaba hasta el mar. Que en algún momento, un movimiento telúrico que modificó la inclinación del suelo dejó de llevarlo hasta el litoral, y que así se formó la laguna de Mar Chiquita.
El Río Dulce forma una cuenca cerrada, que nace en las serranías del sur de Salta y norte de Tucumán, con el nombre de Río Tala.
Recorre la provincia de Tucumán de norte a sudeste, mientras desde el oeste provincial recibe una gran cantidad de afluentes que bajan desde las montañas del sistema del Aconquija. En Tucumán se llama Río Salí.
Desde la década de 1.960, unos kilómetros antes de la ciudad de Las Termas de Río Hondo, el río es frenado por un dique de contención. Es así que se ha formado un enorme lago artificial que abarca territorios santiagueños y tucumanos.
Entre la década del ’30 y la del ’50, unas cuatro leguas al norte de la ciudad de Santiago del Estero, ha sido construido el dique nivelador y derivador de Los Quiroga. Desde Los Quiroga, por el departamento Banda, sale el Canal Matriz, del cual derivan muchos otros.
En el paraje La Guarida, es muy interesante el sistema de compuertas y derivaciones. Hacia la izquierda nace un canal que va a irrigar gran parte del departamento Banda. Hacia la derecha hay un canal que descarga hacia el río nuevamente. Paralela a este canal, está la bocatoma del Canal San Martín. En este lugar, el Canal San Martín baja hacia un túnel, llamado sifón, que cruza por debajo del río hacia La Boca del Tigre, donde emerge un poco más allá de las barrancas costeras.
El canal San Martín llega hasta Loreto, regando campos de los departamentos Capital, Silípica y Loreto por un sistema de canales menores y acequias.
El Canal Matriz, por su parte, sigue ramificándose en distintos puntos por el sistema de compuertas. El Canal Jume Esquina aporta agua al Río Salado.
La siempre recordada acequia de la Avenida Belgrano fue construida hace siglos. Unos 100 metros al norte del Hospital Independencia, un monolito y un pequeño tramo nos recuerdan a la acequia, primera obra hídrica de nuestra ciudad.
La “acequia de la Belgrano”, hace pocas décadas perdió su alameda y su condición de “a cielo abierto” en aras del progreso.
El progreso modificó también al Río Dulce. Los puentes, las calles y viviendas costeras le quitan en ciertos lugares su aspecto natural.
Parcialmente domado por los diques, contaminado por el enorme volumen de agua estancada y por todo tipo de deshechos de tucumanos y santiagueños, el Río Dulce aún tiene mucho para decirnos y ofrecernos. El Mishqui Mayu no pide mucho a cambio: quiere nuestro cariño y nuestro respeto.
El Río Dulce es el gran amigo de Santiago del Estero. Hay que tratarlo como tal.
15 de Diciembre de 2.009.