El amor a la tierra, la amistad, la solidaridad, son valores que embellecen al ser humano. Si a estos valores éticos le agregamos la planificación, estamos en condiciones de emprender tareas de gran magnitud, sin temor al fracaso.
Nuestro Alero Quichua cumplió cuarenta años de emisiones radiales. Dos meses antes, las personas directamente comprometidas con la audición comenzaron la planificación de lo que debía ser una gran fiesta.
El intercambio de ideas se hizo salvando las distancias, de miles de kilómetros para algunos de los organizadores. Quienes estaban en Santiago del Estero debieron movilizarse arduamente para llevar adelante distintas gestiones. Pasaban las semanas y el plan inicial se iba modificando, según como se daban los resultados de los trámites previos.
En los festivales folclóricos, los artistas y los organizadores firman un contrato en el que establecen las condiciones para la actuación. Para el aniversario del Alero Quichua, el contrato se hizo “a la manera de antes”, sobre la palabra empeñada. En los festivales hay dinero en el medio. En el Alero no, pero los músicos y cantores obraron con calidad de profesionales.
Los festejos por el 40 Aniversario comenzaron el Martes 6 por la mañana, cuando el Concejo Deliberante de la ciudad de Santiago del Estero hizo un sentido reconocimiento a la tarea y trayectoria del Alero Quichua Santiagueño.
El Viernes 9, la comunidad educativa de la Escuela Mariano Moreno, de la ciudad de La Banda, presentó el resultado de los trabajos hechos en base a las cartillas Minkay, de la Fundación Tárpuy. Bajo el lema Orgullo de Ser Santiagueño, los alumnos de los turnos Mañana y Tarde explicaron a los numerosos concurrentes el sentido de los bellos trabajos manuales expuestos, y dieron clase de los conocimientos adquiridos sobre la vida de Don Atahualpa Yupanqui y de Don Sixto Palavecino. Además, explicaron sobre la flora, la fauna, ecología, leyendas, tradiciones y otras características de nuestra provincia.
Las representaciones teatrales, musicales y de danzas completaron la inolvidable jornada que se concretó gracias al formidable esfuerzo de docentes, alumnos y familia.
La minga (Mínkay), el trabajo mancomunado y solidario sembrado por Tárpuy (siembra) dio frutos y ya hay semillas nuevas.
En la noche del Viernes, quichuistas y tradicionalistas asistieron a la presentación del libro Lengua Quichua, Un Idioma Original de América, de Vitu Barraza, en la Subsecretaría de Cultura de la Provincia. Con la conducción de Juan José Rocabado, el panel formado por Vitu Barraza, Manuela Giménez (Alero Quichua) y el Profesor Jorge Alderetes (ADILQ), dejó en claro la necesidad de sumar y multiplicar esfuerzos para la supervivencia y crecimiento del quichua santiagueño.
El Sábado, los jóvenes de Tárpuy trabajaron intensamente para un video que están realizando. Mientras tanto, la gente del Alero Quichua ajustaba detalles y salvaba imprevistos para el día siguiente.
Al salir el sol del Domingo 11, la gente del Alero Quichua y de Tárpuy se movilizó hacia Radio Nacional. A las 10,10 comenzó la esperada audición especial. Hasta la hora 13 había que celebrar el pasado, presente y futuro del emprendimiento, con la participación de numerosos músicos, cantores, poetas, hablantes, estudiosos y amantes del quichua.
Un momento especialmente emotivo fue la entrega de recordatorios al integrante del grupo fundador, Raúl Salvatierra, y al hombre múltiple del Alero, Don Ernesto Suárez (Shaticu), representado esta vez por dos de sus hijos.
Es preciso resaltar la solidaridad de Adrián Montenegro, Juan Carlos Almada (ambos venidos desde Córdoba), los representantes de Sunisapis (Tucumán), y Luis Kakimoto (provincia de Buenos Aires), que acortaron su participación para hacer alcanzar el tiempo.
Sería arduo mencionar a todos: los conductores habituales, el personal de la radio, los jóvenes de Tárpuy… toda la gente que colmó el auditorio Sixto D. Palavecino puso algo muy valioso de sí.
El final de la gran fiesta se dio en El Patio del Indio Froilán, donde el recién llegado es recibido como un pariente que llega después de un largo viaje. El Alero Quichua Santiagueño no es para nada recién llegado a este patio criollo, pero viene de un viaje de cuarenta años, cargado de experiencias para contar y pleno de corazones santiagueñistas.
Que sean muchos más.
13 de Octubre de 2.009.