El presente es el tiempo en el que vivimos mientras caminamos hacia el futuro. El pasado, fuente de recuerdos de toda índole, es para muchos una gran biblioteca o archivo para visitar frecuentemente en busca de información. El uso que hagamos de la información contenida en el llalliscka pacha (tiempo pasado), nos servirá para el cunan pacha (tiempo de ahora, presente) y para el ámoj pacha (tiempo viniente, futuro).
En un pasado no muy lejano (1.834), nació en Buenos Aires un criollo destinado a proyectarse fuerte en el futuro. José Hernández cumple años cada 10 de Noviembre. El autor del Martín Fierro, recibe cada año regalos de todo el país por cuya federalización luchó. En cada acto que se hace por el Día de la Tradición, estamos homenajeando al poeta relator de la vida y sentimientos del gaucho.
Analizar el Martín Fierro sería una tarea extensa y ardua. Hay gente preparada para ello y lo está haciendo. Desde este espacio, solamente invitamos al lector para que lea y relea “La Biblia Gaucha”. En cada nueva lectura hallará nuevos detalles y, posiblemente, modificará su modo de interpretar el mensaje de José Hernández.
La primera parte del poema, publicada en 1.872 como El Gaucho Martín Fierro, entusiasmó a la paisanada, por encontrar tanta veracidad en la descripción de la vida del gaucho, de su modo de ser, de las injusticias a las que el poder temporario somete a quienes no se doblegan ante él, y la rebeldía del hombre de las pampas ante el maltrato.
El Gaucho Martín Fierro era leído por alguien en voz alta en las pulperías o en tertulias familiares. La lectura entre padres e hijos se mantuvo vigente hasta pocas décadas atrás, antes de la entronización del televisor. El Martín Fierro era una de las lecturas preferidas en esos casos.
A poco de publicarse el poema de Hernández, el público del campo y de la ciudad comenzó a reclamar la continuación del relato. Querían saber qué había pasado con Fierro y Cruz luego de pasar la frontera hacia las tolderías. Considerando que aún faltaba lo mejor, La Vuelta de Martín Fierro se produjo en 1.879. Esta segunda parte es más reflexiva, cargada de ejemplos referidos a la conducta humana, consejos de distinta índole, recalcando que los valores a seguir por el gaucho son la honradez, la solidaridad y la fraternidad, todo ello desde una acertada autoestima que permitirá mirar directamente a los ojos del prójimo.
Con el tiempo, poetas que dominan otros idiomas han traducido la obra completa, pues ambas partes se imprimen en un único libro, conocido como El Martín Fierro. El trabajo de los traductores ha permitido que la epopeya del gaucho argentino fuese conocida en países de todo el mundo.
En algunos casos, el poeta que pasa una obra de un idioma a otro, lo hace para facilitar la lectura, superando la barrera de las diferencias en las lenguas. En otros casos, y sobre todo tratándose de una obra célebre, el traductor encara la tarea como un desafío, como una meta a alcanzar. El resultado final es generalmente belleza poética agregada a la belleza poética original.
Un integrante del grupo fundacional en el Alero Quichua Santiagueño, Don Vicente Javier Salto Taboada, quichuista y poeta del departamento Figueroa, hace unas décadas se puso en la tarea de traducir el Martín Fierro a la lengua quichua. Fiel a su estilo de usar poco y nada de castellano en sus poesías, Don Vicente Salto avanzaba lentamente en la ardua labor. La vida no le alcanzó para concluir la traducción, pero nos dejó trece estrofas, recitadas por él mismo, en el disco Volumen III del Alero Quichua. En algún momento habrá que rescatar y difundir las estrofas que aún no fueron publicadas.
Sergio Peralta era un poeta quichuista residente en Buenos Aires que también intentó traducir el poema de Hernández al quichua. También falleció sin completar la traducción. En el Alero, nos falta rescatar y difundir la obra de este santiagueño merecedor de reconocimiento.
Otros paisanos santiagueños tradujeron algunas estrofas a la lengua quichua.
Don Sixto Palavecino, con todo su conocimiento bilingüe, su gran capacidad poética y la inteligente decisión de pedir ayuda, consiguió traducir todo el Martín Fierro al quichua. Para la primera edición contó con la colaboración del Dr. Donald Burns, estudioso del ‘runa simi y sus variedades dialectales. Esta primera publicación estaba escrita en quichua santiagueño, con la signografía del Profesor Domingo Bravo. Años después, con la colaboración del poeta y músico bonaerense Gaby Conti, salió la segunda edición, escrita con la signografía de la academia mayor del Cuzco (Perú). En el año 2.007, Don Sixto presentó la tercera edición en el Teatro 25 de Mayo, en una fiesta inolvidable. La nueva presentación es similar a la segunda, con el agregado de los versos en castellano a la par del quichua. Cuatro estofas han sido musicalizadas por Don Sixto, logrando así una chacarera bilingüe ancha súmaj (muy linda).
Cuti y Roberto Carabajal han puesto música de distintas regiones del país a varios fragmentos, y han editado su disco compacto El Martín Fierro. Hay otras composiciones musicales con la letra del poema gauchesco. Su forma de versos octosílabos hace menos difícil la tarea de los creadores de música.
Si nos permitimos una breve fantasía, mientras miramos el cielo estrellado en una pampa, podríamos imaginar lo emocionante que sería para José Hernández ver hoy el alcance de su obra y los festejos por su cumpleaños. Pero la naturaleza manda y, físicamente, él es parte del rico llalliscka pacha.
04 de Noviembre de 2.008.